Tras recibir una llamada de la comisaría de Wildwood, Yvonne Winchester recibe una nueva misión, destruir la mayor mafia del país y meter entre rejas a su líder, Ashton Owen.
Ashton Owen es calificado como el "hombre tatuajes" el más temido de todo...
Después de llegar de estar con Yvonne a visitar a su hermano, él cuál aún no ha despertado, camino a mi despacho para revisar las últimas entregas.
Una vez dentro, miro la pila de papeles acumulada sobre el espacioso escritorio, me siento sobre la silla de ruedas negra y bebo un sorbo del vaso de wishky que se encuentra a mi derecha. Reviso los papeles uno a uno, y cuando llego a una carta sin remitente frunzo el ceño, y haciendo los demás papeles aun lado.
Querido Ashton:
¿Estás completamente seguro que puedes confiar en tu gente? ¿no has notado todavía nada extraño? ¿no has sentido que te ocultan cosas?
Pues bien, espero que esta foto te sirva de algo, por lo menos, que te plantees si realmente puedes confiar en aquellas personas que te rodean.
Miro fijamente la foto que venía con la carta, en ella aparece Yvonne, con un hombre que a simple vista no logro reconocer, pero sus facciones me suenan.
Dejando de lado todos los demás papeles, llamo a Jake para que se encargue de ellos mientras yo me pongo a investigar un poco, pues se me hace conocido, pero no logro adivinar de dónde.
Cojo las llaves de una de las motos que se encuentran en el garaje, junto a mi chaqueta de cuero y me encamino a la dirección del bar donde estuvieron, pues allí trabaja Emily, una vieja amiga de la familia.
Una vez llego, entro haciendo que el calor que desprende el lugar impregne cada partícula de mi ser, pues el frío invernal estaba calando mis huesos. Camino hasta una mesa y espero a que Emily venga, pues lo único que sé es que ella se encarga de todo esto sola.
- Buenas tardes cariño – me saluda con una sonrisa y me levanto a darle un ligero abrazo - ¿Qué quieres?
- Hola Em, un café está bien – antes de que ella se valla a por mí café echo una mirada al local, el cual se encuentra vacío, pues son las siete y media y está anocheciendo – me gustaría hablar contigo, ¿podrías hacerme compañía mientras tanto llega alguien?
- Claro pequeño Ashton – soltamos una carcajada y ella se encamina a por mí café.
Emily tiene alrededor de sesenta años, la conozco desde que tengo uso de razón, era una buena amiga de mi mamá, recuerdo que ella estaba en casa siempre, cuando mis padres murieron, recuerdo que ella se hizo cargo de Adrien y de mí hasta que logré recomponerme de su muerte y hacerme cargo de todo.
Recuerdo aquel día como si fuera ayer, recuerdo los gritos de todos los que nos encontrábamos allí, recuerdo los disparos que resonaron por toda la casa, hasta que el estruendo del último disparo se escuchó, recuerdo la sangre esparcida por todas partes, todos los muebles de la casa destrozados, la fuente del jardín con personas muertas dentro, los coches patas arriba, recuerdo las últimas palabras de mi madre, y como sujetaba la mano inerte de mi padre, cuando yo lo único que podía ver es como salía sangre del agujero que se hallaba entre sus cejas.
- Aquí tienes – dice poniendo el café frente a mí y sentándose - ¿de qué querías hablar?
- ¿Recuerdas a esta pareja? – digo enseñándola la foto, la cual toma y sonríe.
- Claro, no sé cómo se llama la chica, pero Marc se encontraba bastante serio – dice entregándome la foto – no sé si lograrían aclarar sus diferencias, hacían buena pareja.
- ¿Quién es Marc? – pregunto con curiosidad, aunque sé qué ella ha notado mi cambio de humor, pues esas últimas tres palabras duelen, pues, aunque no lo quiera me gusta Yvonne.
- Es el jefe de policía, cariño – me mira directamente a los ojos preocupada – pensaba que con tu "negocio" sabrías eso.
- Gracias por ayudarme Em – me despido de ella con dos besos y pagando el café – espero verte pronto, ven a visitarme algún día.
- Claro, un día pasaré a verte – me da dos besos y termino saliendo del local.
¿Qué haría Yvonne con el jefe de policía? ¿Acaso no sabía quién era? O peor aún, ¿sabía quién era y no lo había dicho?
Arranco la moto y me encamino a casa, una vez llego, aparco la moto, saludando a los chicos que están fuera revisando los vehículos, pues no nos podíamos permitir que alguno de ellos fallase e algo cuando necesitemos utilizarlos por alguna emergencia.
Camino hasta el despacho encontrándome a Jake dentro.
- Hola hermano – levanta la mirada y frunce el ceño - ¿qué ha pasado? Vienes muy serio.
- Aquí pasa algo raro – digo a la vez que le entrego la foto de Yvonne y el tal Marc – ese hombre es el maldito jefe de policía, ¿qué mierda hace ella con él?
- Tranquilízate, seguro que no lo sabía, por eso no nos ha dicho nada.
- Espero que así sea, porque de otra manera, si nos está traicionando, la mataré – digo esto último sintiendo una pequeña opresión en el pecho de tan solo pensar que ella podría faltar.
- ¿Qué coño dices tío?, ella no nos haría eso, créeme- se levanta de la silla, y veo que ya está todo recogido, y eso significa que ha acabado – nos es fiel, yo creo en ella.
Jake da un portazo y me tiro sobre la silla llevándome las manos a la cabeza, por favor Yvonne, no os traiciones, pues realmente tendré que acabar contigo.
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