Capítulo 38 (Editado)

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15 de noviembre, 2018

POV Ashton

Últimamente las cosas no marchan bien, hemos tenido varios ataques, por suerte ninguno de mis hombres ha salido herido, cada vez son más continuos, hemos tenido días en los que uno no era suficiente y hemos llegado hasta tener tres o cuatro.

He tenido que incrementar el índice de seguridad alrededor de la mansión, pues siento que nada es suficiente. Suspiro resignado y camino a la habitación de Yvonne, pues últimamente cuando sentía que no sabía que hacer me iba allí a relajarme, pues todavía está impregnada de su olor. Me siento sobre su cama, apoyo mis codos en mis rodillas y mi cabeza sobre mis manos, mi mirada en todo momento apunta al suelo.

Frunzo el ceño cuando veo algo blanco asomar de debajo de la cama, me agacho y lo cojo, empiezo a leer los papeles uno a uno y mi sangre se congela, es un informe de cada uno de nosotros, de todo lo que hacemos o dejamos de hacer dentro de la banda. Enfurezco y quiero llamar a Jake para localizarlo e ir a matar a esa zorra, pues me ha traicionado de la peor manera posible, jamás pensé que nos vendería de tal manera.

Saliendo de la habitación como alma que lleva el diablo me vuelvo a encaminar al despacho, busco mi teléfono, pero no lo encuentro, bufo frustrado y sigo buscándolo, no puede haber ido muy lejos.

Dejo de buscarlo cuando disparos retumban abajo, extrañado cojo un par de pistolas colocándolas en mi cintura, bajo con cuidado rezando para que alguna bala perdida no me dé, pues el salón de mi casa parece un campo de tiro, mis hombres, algunos de ellos heridos, se defienden como pueden.

Varios hombres con pasamontañas se encuentras sin vida sobre la alfombra de mi salón, mierda, eso costará muy caro limpiarlo, meneo mi cabeza alejando ese tipo de pensamientos y me concentro en el campo de tiro que se encuentra pocos metros de donde me encuentro.

Bajo silenciosamente y disparo a todos los hombres que lleven pasamontañas puestos, cuando estos se dan cuenta de que estoy abajo, en vez de dispararme, cogen a Bob y Tyler, y por mucho que dispare, ellos también nos atacan, logrando llevárselos frente a mis narices.

Como puedo marco el número de Jake exigiéndole que venga lo antes posible, pues necesito que me ayude a curar a todos los heridos.

- Señor – dice uno de mis chicos – he logrado capturar a uno de estos hijos de puta – hace que se arrodille frente a mí y sonrío.

- Llévalo al sótano y haz lo mismo de siempre – pasa un cuchillo por el perfil de su cara – veremos que nos dice – corto un poco su mandíbula y ahoga un gemido de dolor.

La guerra se desata en mi cabeza, me estoy volviendo loco de la peor manera posible, pues siempre hemos tenido enfrentamientos con bandas, pero nunca al nivel de meterse en la casa. La puerta principal se abre, un Jake sudoroso entra por la puerta, su respiración agitada y los gemidos de dolor por pare de los hombres heridos es lo único que se escucha en toda la sala.

Jake rápidamente me ayuda a mover a los chicos, acomodándoles mejor, y una vez tenemos a todos bien acomodados empezamos a curarles, y por mucho que me enfurezca, sé que le debería de haber dicho a Jake que trajera a Yvonne con él.

- ¿Me vas a decir de una vez que coño ha pasado aquí? – dice Jake mientras da puntos de sutura en el hombro de uno de mis hombres.

- Estaba arriba – omito la parte de los informes pues prefiero que se concentre en esto -, he oído disparos y cuando he bajado todo esto parecía una sala de tiros, Gregory ha logrado capturar a uno de ellos, le he dicho que lo lleve al sótano, que haga lo de siempre hasta que baje – tapo la herida que estaba curando y ayudo al chico a ponerse en pie, pues está un poco mareado.

- Debería de haber traído a Yvonne conmigo – oigo a Jake susurrar y gruño - ¿pasa algo? – pregunta confundido.

- Debes saber algo sobre ella, pero ahora no es el momento – y después de esas palabras seguimos curando a los chicos en silencio.

Ayudamos a los chicos que lo necesitan a subir a sus habitaciones, no nos lleva más de media hora, pues la mayoría de los chicos estaban heridos de uno de sus brazos. Gracias a Dios no ha habido ningún herido por una bala en alguna parte de su torso, pues lo tendríamos que haber llevado al hospital si no.

Voy a mi cuarto para darme una ducha y quitar los restos de sangre de mis manos, me cambio poniéndome algo cómodo y llamo a Jake para bajar al sótano, pues no se me ha olvidado que uno de esos cabrones está allí.

Junto a Jake, caminamos al sótano, cuando llegamos ya todo está preparado. Ese hombre está sentado en medio de la sala, atado de pies y manos, la luz solo se cierne encima de él, al lado derecho se encuentra una mesa llena cuchillos.

Me acerco a él y levanto su cara, viendo golpes en todos lados, la sangre brota de su nariz, tiene los labios partidos, al igual que las cejas.

- Eh tú – digo dándole palmadas bastante fuertes en la cara para que despierte – vamos, no tengo todo el maldito día. – abre ligeramente los ojos, o más bien todo lo que podría hacerlo, pues los tiene hinchados por algún que otro golpe – Tú nombre.

- Aidan – dice a duras penas.

- Bien Aidan ¿quién coño os ha mandado aquí? – el chico no responde y le doy una bofetada cruzando su cara – vamos a ver – rio – creo que todavía no te ha quedado claro que el que manda aquí soy yo – me pongo a su altura mientras digo: - más te vale responder todo, si no lo próximo que sientas en tu cuerpo es la hoja de este cuchillo – se lo muestro – atravesar tu estómago , ¿ y tú no quieres eso verdad? – este niega con rapidez y sonrió – pues dime lo que quiero saber, y lo único que tendrás será una muerte rápida.

- Le prometo señor que no sé quiénes son, nunca me dijeron el nombre de la banda, tan solo pagaban bien y me hacía falta el dinero – dice asustado y en sus ojos se refleja que dice la verdad.

- Pues siento decirte querido Aidan, que la vida para ti termina ahora – sacando rápidamente una de mis pistolas disparo entre sus cejas – recoged todo – digo frustrado y me voy de allí como alma que lleva el diablo.

- Pues siento decirte querido Aidan, que la vida para ti termina ahora – sacando rápidamente una de mis pistolas disparo entre sus cejas – recoged todo – digo frustrado y me voy de allí como alma que lleva el diablo

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Infiltrada ( Amores en guerra #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora