Capítulo 3: Un secreto

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Capítulo 3: Un secreto

Garfio se apoyó en la borda del barco. El mar estaba en calma, ligeramente teñido de añil y el suave balanceo del barco resultaba reconfortante. El pirata echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados e inspiró profundamente antes de comenzar con las preguntas. Los últimos rayos de Sol del atardecer jugaron con su cabello aclarándolo en las puntas y por un momento Emma se olvidó de respirar. Tras unos segundos de espera, clavó sus ojos en ella y le formuló una pregunta muy similar a la que le había hecho anteriormente cuando estaba en la celda.

-          ¿Qué haces aquí?

En esta ocasión fue Emma la que dio un largo suspiro antes de responder. No quería contar su historia y mucho menos a un desconocido pero sabía que tarde o temprano saldría a la luz muchas de las cosas que pretendía esconder y olvidar a cada segundo. Por el momento se limitó a dar una respuesta, que aunque no era una mentira, tampoco desvelaba nada de la cruda verdad y los acontecimientos que la habían llevado hasta aquel barco.

-          Huir

Garfio enarcó una ceja y su mirada se llenó de impaciencia. Emma sabía que no podría tentar durante mucho tiempo a la suerte ni dar constantemente respuestas esquivas que acabarían provocando la ira del pirata.

-          ¿De quién? – inquirió

-          Del pasado.

Aquella respuesta pareció divertir al Capitán que la miró con una sonrisa burlona y espero unos segundos como si esperará que aquello solo fuera una broma.

-          No se puede huir del pasado, Swan. – afirmó con cierta amargura en la voz. Emma pudo ver como su rostro se ensombrecía al mismo tiempo que se mordía el labio inferior. Conocía aquella expresión, el dolor que provocan los recuerdos no siempre es fácil de ocultar.

-          Tú lo sabes bien, ¿no? – dijo ella y miró el objeto plateado que sustituía a su mano izquierda.

Garfio se dio cuenta y apartó la mirada de su rostro.

-          Supongo que sí – comentó mientras rozaba el garfio con su mano derecha- intentar huir del pasado solo es mentirse a uno mismo, debes aprender a convivir con él. De todos modos no es de mí de quién hemos venido a hablar, sino de ti.

Parecía ligeramente alterado, Emma se dio cuenta de que él tampoco quería hablar de su pasado, tal vez también tenía muchas cosas que ocultar, podía ser que incluso más que ella. Aunque aquello resultaba difícil de creer. El pirata sacó una petaca y se la ofreció.

-¿Qué es? – preguntó.

- Ron

- No, gracias – le dijo con cierto sarcasmo en la voz que esperó que él captara – no bebo antes de un interrogatorio.

Él se encogió de hombros y dio un largo sorbo de ron antes de volver a guardar la petaca en su sitio. Después de aquel gesto parecía mucho más calmado.

-          Tú conoces mi nombre, pero yo aún no sé el tuyo, creo que eso es algo que si podrías responderme.

-          Tus intentos de ganar tiempo no te van a librar de las preguntas que tengo que hacerte, pero puesto que tienes razón te lo diré – el hombre la miró con intensidad y con una ligera sonrisa en el rostro mientras desvelaba su identidad – Killian Jones, aunque algunos prefieren llamarme por mi nombre más pintoresco, Garfio. Y ahora que ya hemos resuelto tu gran duda, ¿podemos centrarnos en ti, señorita Swan? Has dicho que quieres huir de tu pasado, una respuesta poco precisa que realmente no responde a lo que te he preguntado, ¿por qué estás en mi navío? ¿por qué escogiste mi barco y no cualquier otro?

Derribando muros de salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora