Capítulo 21: Reencuentro

738 39 1
                                    

Capítulo 21: Reencuentro

La culpabilidad se reflejó en la mirada de Emma y la voz del hombre tembló levemente cuando volvió a hablar. Clavó sus ojos en los de ella para que pudiera ver todo el dolor que le provocaban los recuerdos de lo que sucedió aquel día.

- Me arruinaste la vida – espetó sin ocultar su odio – me convertí en un prisionero de mi propia desgracia y poco a poco fui consciente de que mi existencia carecía de sentido. Me importaba tan poco si vivía o moría que decidí unirme a la tripulación del Jolly Roger en cuanto se presentó la ocasión – la confusión cruzó el rostro de Emma y el hombre la miró con sorna – Por supuesto tú ni siquiera te diste cuenta de mi presencia en el navío, porque solo tenías ojos para tu querido capitán. Dime Emma, ¿qué fue del hombre por el que mi hija tuvo que sacrificarse?

La mujer quería expresar sus disculpas en voz alta, gritar que lo sentía y que todo había sido un error; pero las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta y fue incapaz de hablar. Dos manos la alzaron bruscamente del suelo obligándola a ponerse de pie y, acto seguido, fue conducida a empujones hasta la cubierta del barco. El hombre le pidió la judía a su compañero y la sostuvo entre los dedos antes de darle la espalda a Emma y clavar la mirada en el océano que se extendía impasible ante ellos.

- El destino quiso que volviéramos a encontrarnos  – dijo mientras tomaba impulso para lanzar la habichuela al agua – y aprovecharé esta oportunidad para vengar a mi pequeña.

Emma sintió como la sangre se le congelaba en las venas mientras observaba impotente como la judía rozaba el aire y se precipitaba hacía las olas. No quería creer que Garfio la hubiera traicionado, pero conforme avanzaba el tiempo la duda cobraba fuerza en su interior.  Un cosquilleo le recorrió la espalda cuando recordó la noche que habían pasado juntos y el calor de sus labios cada vez que se besaban, ¿realmente había sido todo un engaño? ¿Todo formaba parte de un plan para ayudar a uno de sus marineros a cumplir su venganza? A pesar de sus esfuerzos por continuar creyendo en el pirata, su corazón ya comenzaba a sentir el dolor de la traición.

- ¿Qué diablos...? – la voz del hombre se perdió en la confusión cuando una figura emergió rápidamente del agua y cogió la judía mágica antes de que tocara el agua.

Un silencio absoluto se instauró entre los dos hombres que observaban atónitos el mar en calma dónde debería haberse abierto un portal al caer la habichuela. Emma contuvo la respiración mientras asimilaba lo que acababa de pasar. Estaba segura de que la silueta que acababa de ver correspondía a una sirena, y esa solo podía ser Ariel. Su corazón comenzó a latir rápidamente y barrió todo el océano con la mirada con la esperanza de ver el barco de Killian, pero no parecía haber ni rastro del Jolly Roger. Pasaron varios segundos que a Emma le resultaron eternos antes de que los dos hombres se girarán hacía ella. El que había lanzado la judía le miró con los ojos inyectados en sangre.

- ¿Qué ha ocurrido? – dijo dirigiéndose directamente a la chica que no tenía ni idea de que podía responderle.

Al ver que no contestaba, la tomó por el cuello y lo presionó suavemente.

- Bien, no sé qué clase de jueguecito te traes entre manos – comentó mientras aumentaba la fuerza alrededor del cuello de Emma – pero si no puedo entregarte al Ser Oscuro, yo mismo terminaré con tu miserable vida.

La horrible sensación de ahogo que ya conocía volvió a invadirla mientras forcejeaba inútilmente por librarse de la mano que la atormentaba. Aquel hombre podría terminar fácilmente con su vida y permitirle tener una muerte rápida y menos dolorosa, pero Emma comprobó rápidamente que aquel no era su deseo. Quería que ella sufriera por lo que había hecho y darse el placer de verla retorcerse en busca de un poco de aire.

Derribando muros de salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora