-El líder de los mandamientos es realmente aterrador, el no tiene compasión por nadie, a pesar de su apariencia de niño, el es realmente cruel y despiadado, por ningún motivo deben ayudarlo no deben acercarse a el en lo mas mínimo
¿Entendieron todos hijos míos?-¡Si madre!
La deidad suprema acababa de hablar frente a todos sus ángeles y arcángeles, se encontraban en una estabilidad en el mundo, el clan demonio, el clan de las diosas, el clan de las hadas, el clan de los Gigantes y el clan de los humanos.
Hicieron un pacto desde años atrás y cada quien lo respetaba desde entonces, la armonía reinaba, y todo parecía seguir así o eso creían.
-¡Elizabeth!
-¡Nerobasta!
-Te volviste a escapar de la oratoria de mama.- la reprendía una diosa de grandes pechos y cabello rosado.
-No se porque insiste en decir lo mismo, a todos nos queda muy claro que no debemos meternos con ningún clan, aunque sinceramente, me gustaría hacer algún amigo, de otro clan.
-Tu si que eres desobediente Elizabeth, tienes suerte que la deidad suprema es tu Madre biológica.
Elizabeth es una diosa de cabello largo plateado con flequillo que dejaba ver sus ojos con la marca del clan perteneciente, aunque a menudo su marca la ocultaba para adentrarse entre el mundo humano...
Ella era rebelde, pero dulce amable y gentil, de naturaleza, siempre ayudaba a otros sin importar de que clan sea, y quizá eso era su mayor debilidad.
-Bueno nerobasta, debo ir por ahí, a agitar las alas, ¡Te veo después!
-¡No te metas en problemas Eli!- grito la diosa de cabello rosado y enormes pechos mientras veía alejarse a su amiga.
-Nuevamente Se fue ¿no?
-¡Arcangel Ryudoshiel! No note su presencia perdoneme- hablo con mucha vergüenza la pelirosa e inclinando ligeramente su cabeza.
-Tranquila Nerobasta, se que eres distraída, ojalá que Elizabeth no se meta en problemas, su gentileza puede ser su mayor debilidad.
Elizabeth volaba por los cielos sin rumbo fijo, algo hizo mirarla hacia abajo captando su atención un perrito mal herido. Ella descendió rápido y lo curo enseguida. El can agradecido comenzo a lamerla, y ella sonreía. Escondió su marca de diosa y sus alas pasando desapercibida como una humana.
-Bien perrito debemos encontrar a tu dueño, ¿Tienes dueño cierto?
El perrito pareciera entender y solo aulló de miedo.
Ella lo abrazo mas y camino con el hacia un pueblo, preguntaba si era de alguien pero nadie parecía saber y menos quererlo, una noble anciana le dio comida para el perrito y ella agradeció y se alejo con el de aquel pueblo.
Camino y camino hasta que encontró un lago cristalino en el bosque, bajo al perrito y el comenzo a beber agua.Ella lo miraba pensativa,
¿Que debería hacer con el?
Recordó que había un viejo edificio llamado el palacio de los cielos que era sede de las reuniones de los clanes de la tierra, asi que decidió llevarlo ahí, ya que nadie lo frecuentaba y asi ella podría cuidar de el.Abrió sus alas y lo llevo hasta allá, estaba por descender cuando vio a un joven de cabellos rubios tirado en el piso, por un momento creyó que estaba herido asi que descendió mucho mas rápido, el joven abrió los ojos justo cuando ella estaba por tocar el suelo.
Sus miradas chocaron, la mirada esmeralda del rubio y la celeste de la diosa se perdieron una en la otra, algo creció en ellos en ese instante.-Lo lamento, creí que estabas herido y baje a ayudarte.
-¿Eres una diosa?
-Si, ¿Que haces aqui? Se supone que nadie viene aqui.
-Es un lugar solitario el ideal para pensar.
-En eso estoy de acuerdo- respondió con una sonrisa la ojiazul
El perrito salio de entre sus ropas de la diosa y corrió hacia el rubio haciéndole fiestas, el chico lo miro y una leve sonrisa se dibujo en su rostro, se agacho y comenzó a acariciarlo
-¿Es tuyo?
-Si, bueno lo encontré herido y lo cure, no sabia donde llevarlo y lo traje aqui.
-Sera buen lugar para el.
-Aunque estará muy solo. Pero yo vendré cada día a cuidarlo y jugar con el.
-Que bueno.
-Disculpe ¿Quien es y que hace solo aquí?- pregunto mirándolo fijamente, su apariencia era de un niño.
-No importa quien sea, y lo mejor sera que no nos veamos de nuevo, adiós diosa.
La chica no entendió solo vio alejarse a aquel rubio. Se dispuso a jugar con el perrito y le dio su comida le acariciaba su cabeza y cuando se durmió se fue de ahí, extendió sus alas y comenzó a volar, no estaba tan lejos de aquel lugar cuando vio a ese rubio de nuevo herido, podía ver su sangre alrededor de el, horrorizada bajo rápido en su ayuda no veía a nadie a su alrededor, no dudo en comenzar a sanarlo y poco a poco el fue abriendo los ojos.
-¿Quien te hizo esto? Es muy cruel.- le hablo cuando abrió ambos ojos.
-Tu, de nuevo, parece que el destino se encarga de reunirnos nuevamente.
-Tranquilo no hables.
-¿Dime tu nombre al menos no?
-Elizabeth.
-Me llamo Meliodas- contesto enseguida el rubio
Cuando sus heridas cerraron por completo ella suspiro aliviada el rubio le dio las gracias y ella sonrió.
-Espero que te cuides mucho Meliodas.
-Estaré bien, gracias por tu ayuda.
-Bien, debo irme o me ira mal jiji- hablo avergonzada rascando su cabeza.
Abrió sus alas de nuevo dispuesta a emprender vuelo pero el rubio sujeto la parte baja de su vestido haciéndola mirar.
-¿Te puedo ver otro día?
La peliplata se sonrojo, pero acepto y se alejo rápido de ahí.
Cuando ya no estaba visible el rubio ahora extendía sus alas, pero a diferencia de ella, este tenia alas oscuras..Cuando Elizabeth llego al palacio de los cielos, fue directo a su habitación, ahí se tiro en su suave cama recordando a aquel joven rubio. Era muy extraño primero le dijo que no se verían de nuevo y al final le pidió verla..
Quizá quería agradecerle por haberlo curado.Y definitivamente lo volvería a ver.
El destino comenzaba a tomar su rumbo...

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Demonio y Diosa
FanfictionEl amor debe ser el sentimiento mas puro y sincero en el mundo. Pero para nuestros protagonistas no sera así, ese sentimiento es inadecuado e incluso prohibido para ambos. Pertenecen a diferentes clanes y cada clan siempre estara en contra uno del o...