El enfermero y la contable...

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Aviso

Recibe de mi parte un cordial saludo, estimado lector. Escribo para informarte que esta obra fue escrita en una etapa inmadura, por tanto, podría encontrarse con faltas ortográficas y algunos errores propios de la literatura. La historia tiene potencial, únicamente es eso y otros detalles.

Decidí hacer esta nota hoy 25/05/2024 por respeto al que lee. En algún momento editaré y mejoraré la historia. De ante mano, pido disculpas por no hacerlo ahora; pero si eres un fiel seguidor, notarás una gran evolución en mí como escritora.

Gracias por tomarte tu tiempo para leer esta nota; y mucho más si, a pesar de las advertencias, decides leerla. 

Capitulo

El enfermero y la contable....

Joseph

Mis días en la escuela eran fantásticos y llenos de emoción a causa de una persona, Elizabeth... Ella es mi mejor amiga. Nos entendemos perfectamente, de vez en cuando en algunas cosas éramos iguales. Pero no estábamos en la misma área, yo estaba en el Área de Cuidados de enfermería y promoción de la salud (enfermería) y ella en el área de gestión administrativa pública y tributaria (contabilidad).

Tenía que llegar temprano al aula ya que un enfermero tiene que ser puntual, Esas eran las palabras que siempre repetía en clase. Como de costumbre tome la ruta que me llevaba a mi salón de clases. Subí las escaleras y al llegar me senté en mi lugar arreglando mis materiales para esperar al profesor que impartiría la clase de la primera hora.

Elizabeth

La escuela para mi era un negocio. Todo lo tenía planeado desde que llegaba hasta que salía, todo tenía que salir al pie de la letra. No por ser perfeccionista pero me gustaba ser así. Pero Joseph mi mejor amigo me devolvía a ese mundo donde era una chica normal, divertida, despreocupada y llena de alegría. El para mi era lo mejor del día, similar a la sensación de sentir cuando el chocolate se derrite en tu boca. tocaron para receso, claro luego de ordenar mis materiales, salía ansiosa por ver a Joseph...

--Elizabeth, ella es de labios rosados pero algo pálidos, ojos marrones, piel clara un poco aceitunada, cabello corto oscuro que le quedaba por debajo de los hombros--.

Todo en el aula era algo de orden y elegancia pero al salir a receso eso cambiaba, hasta que lo veía a él, Joseph.  El es alto mucho más que yo se podía decir que medía 1.72 metros de altura apenas le daba hasta la barbilla, es un chico de piel oscura, ojos marrones un tanto oscuro, cabello crespo, labios carnosos y una enorme sonrisa imposible de ignorar.

Joseph

-¡Elizabeth!- Grito al verla para después abrazarla y ser correspondido. 

-¿Cómo te ha ido en estas primeras dos horas de clase?- Me pregunta mirándome desde abajo. 

-Todo bien. No me quejo, aún faltan seis horas más- Le respondo para luego tomarla de la mano e ir a sentarnos. En los politécnicos de nuestro país la tanda es extendida. Dan comida y merienda, también talleres.

Con el paso del tiempo llegaron las pruebas nacionales de cuarto de bachillerato ahora llamado sexto... Gracias al señor ambos pasamos todas las pruebas. Pero los dos nos inscribimos en universidades diferentes.

--En la Actualidad--

 lo único que lamento de esos tiempo es que ya no puedo ver a Elizabeth con frecuencia. Solo hablábamos por redes sociales. Ella consiguió un empleo en una empresa tecnológica como contable de la misma. Eso había escuchado hace tres años. Yo aun tengo que esperar que el ministerio de salud, de mi región, me nombre para trabajar en algún hospital. Tenia mucho tiempo libre, pero Elizabeth no. Recuerdo que cuando estaba en la secundaria, veía todo el tiempo a Elizabeth, la miraba tanto que podía dibujar su rostro, cada detalle de su cuerpo, sin necesidad de tenerla presente y literalmente lo hice. Dibujé a Elizabeth en una noche de luna llena, no era que me gustara eso de dibujar pero no lo pude evitar, ya que era de noche la imaginé en un espacio nocturno de luna llena parada al lado de un riachuelo distanciada de un frondoso bosque sonriendo delicadamente con sus finos labios rosados, del otro lado del dibujo, la cual estoy viendo ahora enganchado en la pared frente a mi cama.

El enfermero y la contableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora