<<¡Saludos! primero se empieza saludando ¿no?. A continuación se presentarán todos los pensamientos que había tenido Alex en ese mismo día. Si no has leído el capitulo XVII 1/2, no entenderás nada de lo que se presentará a continuación, te exhorto a leer todos los capítulos sin excepción a una. ¡Bon appetit!.>>
Alex
No puedo creer que pasé la noche con Elizabeth.
Su cuerpo es tan cálido y su piel tan suave, mi primera vez con Elizabeth. La primera vez que duermo en la misma cama con ella aunque no era lo que espera, pero me basta.
Un poco más que no me despierto y ella se hubiera dado cuenta, que suerte tengo de tener la costumbre de despertar a las 6am. Me aseguré de recoger mi ropa que había dejado en el suelo y arreglar el lado de la cama en donde me acosté.
¡Es tan maravilloso! Siento como si me dieran diez mil años de vida ¡Ya quiero casarme! Aunque, con ella.
Me doy un baño, en el cuarto de huéspedes donde tengo mis otras pinturas, esta la cierro con llave y prefiero que Elizabeth no sepa que están ahí.
Después del baño, me quedo en shorts y fui a hacer el desayuno por si Elizabeth despertaba hambrienta *Sería un buen esposo, ¿no? Mientras, preparaba una ensalada de quinoa y frutas.
Escucho la voz de Elizabeth. Volteo a mirarla, sonriéndole y respondiendo a su saludo para volver a lo que estaba. Fui preguntándole por cortesía que como había dormido, sabiendo que ayer ella lloro mucho. En medio de nuestra conversación ella me pregunta que si yo había entrado a la habitación anoche...
*¿Se dio cuenta? ¿Realmente me vio? ¿será que cuando abrió los ojos pudo notar que era yo?
Los nervios empezaron a traicionarme y no hice más que mentirle, sino ¿Qué hubiese dicho? Por más amigo que crea ella que soy, no tengo derecho a acostarme, aunque sea a su lado, en la misma cama.
Ella seguía insistiendo, no me podía mostrar nervioso o se daría cuenta, pero de repente deja el tema mencionando que tal vez había visto un fantasma.
Se me escapó una pequeña risilla, creo que no lo notó y dijo que iría a darse un baño. Concuerdo con ella permitiendo que se fuera. A los segundo escucho algo caer y voltee a ver, era Elizabeth, cayó de lado al suelo. voy hacia ella de prisa, me arrodillo elevando su cabeza y la parte superior de su cuerpo haciendo que se siente.
Ella abre los ojos de un momento a otro y empecé a interrogarla, pero sugirió que me tranquilizara, que estaba bien. La ayudo a levantarse y sentarla en la sala. Mientras voy por un vaso con agua para darle. Una vez hecho eso, la miré detalladamente, se veía pálida, su rostro estaba un poco hinchado.
Ella de pronto se levanta bruscamente dejando el vaso de lado. Yo sin entender, la sigo encontrándome con la escena de verla vomitar un montón. Entendí que lo que tenía que hacer era recoger su cabello para que no se ensuciara, luego bajé la palanca del baño y le abro la llave del lavamanos. Ella se enjuaga a boca y se disculpa.
Algo no anda bien ¿Qué es esto de repente? Ella voltea a mirarme y yo hice lo mismo, sus labios estaban resecos.
Todo esto por culpa de ese negro, ¿es necesario tanto espectáculo? Ella dice algo que me choca : -¿De qué otra forma puedo estar? ¿Acaso me entiendes?- Claro que la entendía, pero lo negué aunque sé lo que es sufrir por amor y aun así no me doy el lujo de deprimirme.
La dejé sola para que se pudiera dar un baño y fui a terminar lo que había comenzado en la cocina.
Más tarde... Durante el desayuno, se veía igual a como la vi cuando había vomitado ¿Sucedió otra vez?
Continué mirándola sin notar que había un incómodo silencio entre nosotros así que le pregunté por cómo le pareció el desayuno...
Minutos después, escuchamos a alguien tocar la puerta con desesperación. Ella dice que probablemente sea Joseph.
Creo imposible que ese negro nos haya encontrado. No lo puedo permitir, aun no he estado lo suficiente con Elizabeth.
Mataré a Candy, se supone que debe distraerlo. Cuando abro la puerta a quién veo es a mi padre... Quedé sorprendido. Elevo mis cejas, abrí los ojos más de la cuenta y solo pude decir - Papá.-
Él ni se molesta en saludar y prosigue con sus regaños, lo que no me esperaba era una cachetada.
Él avanza, pero le bloqueo el paso y esto provocó su enojo y continuó golpeándome.
Él nunca se interesó por mí *¿Qué quiere decir con todo esto ahora? ¿Cómo lo descubrió? Quedé de lado, sin ganas de resistirme a sus golpes, y pude ver de reojo a Elizabeth que venía hacia mí, le hice una señal para que no viniera. Cosas peores podrían pasar si mi padre la viera, le diría prostituta... *¿Diría que vivo aquí para acostarme con una prostituta? Que esta es la razón por la que no he aceptado casarme con la hija de su amigo ¡Y a él qué le importa! ¡Nunca le importé, que no venga a fingir ser un padre ahora!
Por un momento él deja de gritar y me amenaza con que me desheredará. Una vez se fue, cerré la puerta y posé mi cabeza en ella para luego voltear y posar mi espalda mientras mantenía mis ojos en el suelo. Elizabeth se acerca y lo primero que hace es preguntarme sobre lo sucedido, esta vez tenía que decir la verdad ¿O qué diría?
Ella me toma de la mano llevándome a la cocina. Aunque no lo quiero admitir sé que es vergonzoso.
Me siento en la meseta y ella empieza a pasar el paño que contenía el hielo en mi mejilla.
La miro mientras hace eso. Sé que es un mal momento, pero me entran ganas de besarla ¿podría atreverme a hacer tal cosa? Si lo hago sabrá lo de anoche.
Elizabeth me pregunta por qué la miraba de esa forma. Estaba más que claro que sabe diferenciar de cuando una persona te mira normal y de cuando sus movimientos corporales indican querer contacto, solo le respondí. - Se supone que yo soy el que debe cuidarte.- Se nota que fue algo incómodo para ella, así que quise suavizar el ambiente contando un chiste. No se me ocurría nada, solo uno que aprendí hace mucho tiempo a finales de mi escuela secundaria. -¿Sabes el chiste de pocoyó?- Le pregunté y como lo esperaba me contesto que:
-No.- lo pude completar diciendo:
-Tampoco yo.- No era un gran chiste que digamos pero pude hacerla reír.
Como es fin de semana no había mucho que hacer así que la llevé a salir para visitar el lugar ¿Cuál es la diferencia entre costa y bahía? siempre veo gaviotas.
Elizabeth quedó fascinada por el paisaje. Como no olvidar nada es su don, me volvió a preguntar sobre lo sucedido esta mañana y pude explicarle con calma aunque excluyendo algunos detalles.
Ella comenzó a temblar del frío, para mí el clima de la bahía era fresca, pero puede ser que Elizabeth se esta enfermando y le afecte. La lleve adentro entregándole mi abrigo y fui de inmediato a prepararle algo de sopa.
Si se esta enfermando por la situación que creé entre ella y ese negro, no la perdonaré. Se supone que debe olvidarlo gracias a mi compañía, pero no lo consigo todavía.
Ella se come a gusto el tazón de sopa que le preparé y luego me dice que se irá mañana. Solo hemos pasado dos días juntos... No, ni dos días. ¿Para qué se irá? ¿Para qué quiere enfrentar la situación? ¿Tan difícil es quedarse quieta y olvidar? Uso la coartada de que ese negro no la buscaba y no la llamaba aunque, era todo lo contrario, ese idiota no la ha dejado de buscar ni de llamar. Gracias a que le dije a Elizabeth que su celular había caído en agua, claro está que eso es mentira pero tengo poder sobre ello, puedo borrar las llamadas o apagar su celular. Por ende, ella se comunica con su madre desde mi celular.
Continué hablando, pero me di cuenta que fui demasiado lejos y me disculpé ya que ella empezó a llorar. La abracé aunque el que está dolido y cansado de verla llorar era yo. -¿No has pensado llorar por mi mejor?- Le pregunté, fuera de bromas y de todo chiste. Pero ella lo entendió nada mas como un chiste.
No miento prefiero que esas lágrimas fuesen para mí, así no tendría que consolarla una y otra vez mas, yo nunca la haría llorar...
¿Por qué si el amor es el mas hermoso sentimiento tiene que estar acompañado del dolor y la tristeza?
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El enfermero y la contable
RomanceDesde niños los cuentos se han encargado de distorsionar una realidad, expresándola en una frase: "Y vivieron felices para siempre". Cuán emocionante era leer el mismo final cliché, cuando la realidad es otra. El amor no es de color de rosa con la...