Capitulo XXIII - Fingiendo inocencia

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Joseph

-¿Qué haré con la chica? Nada, quiero que salga de mi vida. No he ido más al trabajo de Elizabeth porque no sé qué tipo de explicación que le daría... No puedo decir: Ayudé a la chica que arruinó todo entre nosotros, la dejé entrar a la casa, vestirse con mi ropa y luego fui al trabajo dejándola en la casa entonces ella entro a nuestra habitación y dejó su ropa interior allí.. Ni loco le diría algo así, aunque no es mentira... No he sido prudente, esto es mi culpa, no de esa chica. Por qué si hubiera pensado con detenimiento dejando mi moral a un lado, nada de esto hubiera pasado. Pero por otra parte, no soy una persona tan cruel como para dejar una chica bajo la lluvia, perdida y asustada sin brindarle mi ayuda.

¿Qué clase de enfermero sería? No solo en el hospital se cuidan vidas o se ayuda a personas ... Sentado en mi despacho tomaba una taza de té verde, mi favorito. A Elizabeth le gusta el té de manzanilla porque la relaja, mientras que a  mi gusta el té verde tiene un sabor más fresco y no necesita leche ni azúcar. De repente tocan el timbre, dejo la taza a un lado al igual que los papeles y me levanto dirigiéndome a la sala para ir a abrir. Miré a través de la mirilla pero no veo a nadie, volteo y vuelven a tocar, miro otra vez y nada. Vuelven a tocar y abro la puerta, quien estaba ahí era Candy. Ella y Elizabeth son del mismo tamaño y la mirilla les queda más alto, con razón. -¿Qué haces aquí?.- Ella desciende su cabeza y habla casi susurrando. -No te puedo escuchar.- Vuelve a levantar la cabeza y dice :

 -He venido por mi ropa interior.- Cómo no pensé en eso, ella vendría por eso.

 -Espera aquí. 

-¿Puedo entrar?.

 -¿Para qué? ¿para dejar tu ropa interior otra vez? ¿donde? tal vez en la cocina. Quédate aquí.- Voltee y fui por la ropa que ya lo había puesto anteriormente en una bolsa. Volví a la sala pero la puerta estaba abierta y ella no estaba allí. -¡Candy!.

 -Buh.- Voltee y ahí estaba ella. 

-¿Qué haces?

 -Trate de asustarte pero no funcionó. 

-Toma.- Dije para entregarle la bolsa.

 -Solo estaba tratando de mejorar tu humor. 

- Ahora ya vete. 

-No solo vine por mi ropa interior.

 -No me digas.- Dije sarcásticamente.

 -Es vergonzoso... pero tengo hambre.

 -¿Vives sola?.- Ella sonríe.

 -Sí.

 -Entonces te recomiendo que vuelvas a casa de tus padres.- Su sonrisa se desploma y su mirada se desvía. ¿Y esa reacción? ¿Fue lo que dije? -Sino, ve a trabajar, gana dinero para que puedas comer. -¿Creíste que vivo como vaga? Yo trabajo pero últimamente no rinde. -¿Y tengo la obligación de alimentarte?.

 -No, de hecho no, gracias.- Ella toma la bolsa de mis manos de un brusco arrebato

 -Ahora no solo tengo hambre sino que también me has deprimido-. Gritó para después dirigirse a la puerta. 

-Espera... Te daré dinero para que puedas comer pero no vuelvas. 

-Vaya, esto es peor que el trato que le dan a las prostitutas, me das dinero y luego me tengo largar... ¡Qué bonito!, Odio a las personas como tú.

 -¿Qué hice ahora? Ten en cuenta que no tenemos ninguna relación ni siquiera una relación interpersonal.

 -Y yo que pensé que ésta vez podría tener un amigo por primera vez en mi vida-. Lo que dijo me sorprendió, aún más por ver caer una lágrima por su mejilla e irse cerrando bruscamente la puerta. Es mejor dejarla, después de todo, la quiero, lejos de mi vida. Pero al decir padres .... Esa expresión que mostró y "tener un amigo", no parece una chica que se la pasa sola pero Candy tal vez sea una chica huérfana. No, no puedo mostrar interés en su vida. En el hospital van muchos usuarios con trastorno psicológico de todas las clases que incluyen los de personalidad. Puede que fui muy duro con ella... Pero no puedo ir tras de ella, tengo mis propios problemas, debería concentrarme en solo encontrar a Elizabeth y ayudar a mi madre, dejando de lado el  buscar más problemas. Pero ella tenía hambre, eso fue lo que dijo. Tomé mi celular y le escribí: "Siento haber sido tan rudo contigo. Estoy bajo estrés y no puedo actuar correctamente. Espero entiendas el porqué prefiero distancia entre nosotros".

Candy

-No podré comprarme esos botines marrones que vi en la tienda, debí aceptar el dinero y no haber actuado tanto. Ya que ahora no me puedo comprarlos en su lugar voy a comprar pequeños aretes en forma triangular, circular, de estrella y espada. Todos ellos para todas mis perforaciones. A parte de ropa, aretes, música y Alex no necesito nada más. Después de realizar mis compras y ya en casa empecé a alistar para trabajar esta noche. Me vestí con una falda color rojo vino, una blusa negra encima de ésta una chamarra de cuero negro y finalmente y unos botines negros. Tomé mi guitarra eléctrica que es de color negro, arregle mi largo flequillo y me dispuse a salir pero antes revisé mi celular por si Alex me había mandado algún mensaje. En vez de él, el moreno fue quien me envió un mensaje y  le responde: "Tampoco me sentía bien, discúlpame tú a mí ".  Debo seguir fingiendo inocencia con él, no parece tonto. Mientras que por otro lado, Alex esta feliz de la vida porque los trámites del divorcio de la princesita se han puesto en marcha. Me hace feliz saber que él lo está pero siento que lo estoy perdiendo.

El enfermero y la contableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora