Capítulo XXXIII - ¿El corazón puede doler?

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Alex

Flashback.....

Quince años han pasado y no he hecho nada... Siempre tuve el compromiso, siempre dije que lo haría pero no he hecho más que rebelarme ante él. Ya ésto acabó, no tengo nada más  que perder. En cambio él lo sigue teniendo todo... No lo mataré, no mataré a mi padre. No tengo el valor de hacer eso, yo estoy a favor de la vida. Sólo le haré sentir desamparado y sin amor.

-Gracias por aceptarme en la compañía a pesar de que rechacé esa oferta en múltiples ocasiones.

-No te preocupes, los padres deben tener paciencia con sus hijos y ser firmes en reconocer lo que les conviene. Además me lo debes, para esto estudiaste. No permitiría que siguieses siendo un pedazo de vago.

-Gracias- sumisión, ese será mi postura ante él antes de clavarle el cuchillo por la espalda.

-Ahora ve a trabajar, tengo mucho que hacer. Y conste que serás como cualquier otro empleado... Aquí nadie te conoce así que no estés alardeando de que eres mi hijo, además cuando acabe el día irás a la mansión puesto que mandé a demoler esa choza que tenías por casa.

Odio... Una vez habita éste sentimiento en el corazón, las personas cambian para mal. -Esta bien papá pero ¿y las pinturas?

-Tus manos estarán muy ocupadas aquí supuse que no los ibas a necesitar.

*El cuadro de Elizabeth, ¡mierda!*. Me levanto del sofá y me dirijo a la puerta para salir de su oficina.

Fin del flasback...

2 meses más tarde

Vivir en una mansión vacía  pero llena de recuerdos de mi madre... Hermosa mujer de piel pálida y cabello rubio ondulado, cuya sonrisa radiante competía con el sol, amante de la naturaleza y pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos. Sólo las sirvientas que trabajaron aquí por más de 30 años pueden contar su historia por como fue poco valorada por su esposo aún cuando ella dio a luz un hijo suyo, pero su hijo fue su alegría hasta que una enfermedad terminal determinó que no podría envejecer viendo a su hijo crecer....

Un ambiente sombrío y silencioso fueron mi compañía a menos que llegarán las nuevas sirvientas a hacer las labores.

Paso a paso solo en dos meses, logré  sabotear muchos proyectos de la compañía, logré triturar aquellos contratos que lo harían progresar y logré el despido del 30% de los empleados.... No hay logro sin sacrificio. He venido a ser el trébol la mala suerte de mi madre... No paro de reír al verlo desesperado sin saber qué hacer, y como lo esperaba la usurpadora de Natasha lo abandonó antes de que él pudiese quedar en banca rota.

Me empecé a reír durante la cena olvidandome de que mi padre estaba frente a mí - ¿Qué es tan gracioso para ti?

-Nada, simplemente estaba recordando algo.

-Como sea... Mañana trabajarás horas extras, nos faltan empleados.

-Papá, mañana es sábado. No trabajo los fines de semana.

-Pues tendrás que hacerlo.

-No quiero.

-Entonces dejaras de comer, caminar o respirar bajo mi techo si no te ganas ese derecho.

-¿Qué estas diciendo? ¿Me echarás por no querer trabajar los fines de semana que no están dentro de mi contrato? Eso déjalo a tus esclavos, no yo.

-Maldito engendro, eres un mantenido igual que ella. ¿Acaso no te importa ser pobre?

-La verdad no, hay muchas cosas que apreciar en la vida. Necesitamos dinero porqué el mundo se mueve con dinero y fin.- Él se levanta de su asiento y camina hacia mí, me mira y me da una cachetada.

El enfermero y la contableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora