Capítulo XXXVII - Aún eres mi novia.

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2 años más tarde...

Joseph

Sentado debajo del árbol en el patio me puse a pensar en un vago recuerdo de la secundaria cuando mi profesora del módulo de Asistencia en caso de accidentes, preocupada por vernos (sus alumnos) angustiados por los trabajos finales, dijo: 《Me gusta la calma que da el tiempo, por que lo que ayer se sintió como un huracán, hoy nos damos cuenta que era el viento abriéndonos camino》.

Es que si una persona no pasa por dificultades su nivel de madurez y aprendizaje en la vida se vuelve más lento.

Esa frase se puede interpretar de distintas maneras y dependiendo de las circunstancias, pero la idea principal es: El tiempo cura. El tiempo se encarga de que un presente desastroso se vuelva parte de un pasado menos doloroso.

Hace años atrás, estaba viviendo una locura; mi vida de paz al lado de la mujer que amo se fue haciendo añicos, pero gracias a que la gente cosecha lo que siembra, todo el problema se solucionó más tarde... Dejando una lección de vida.

-Joseph... ¿No quieres merendar algo?, estoy preparando unos sándwiches.

-Claro, ya voy.- Me levanto del fresco suelo de tierra con escasez de hierba y voy con Elizabeth para acabar con una pequeña hambruna.

Desde que Elizabeth me enseñó a cocinar, ya no le permito pasar mucho tiempo en la cocina. Si no fuera enfermero Tal vez hubiese sido un chef. Reí internamente. Pero cuando ella cocina o prepara un sándwich, lo hace con sutileza. No es gran cosa pero da gusto a la vista. -Aquí tienes. ¿Te sirvo jugo de uva?

-Sí, por favor. - La joven esposa ahora de 31 años, abre el refrigerador y me sirve un vaso medio lleno de la deliciosa sustancia llamada "jugo de uvas"

-Aquí tienes...- Lo coloca a un lado y observo el vaso con su contenido. -¿Querías que lo llenara?

-No. Sólo me pregunto si está medio lleno o medio vacío. -Elizabeth estalla de la risa.

-Es lo mismo que decir... ¿Quién estaba primero? ¿El huevo o la gallina?- Vuelve a reírse y sirviéndose también, se sienta a mi lado.

Nos miramos y estallamos de la risa, por darnos cuenta la seriedad con la que abarcamos ese tema. Después de comer le agradecí y recordé lo que tenía planeado para hoy. -Hoy no haré la cena.

Sin mirarme y tomando el último sorbo de jugo, me contesta -Está bien, yo lo haré.

-Tú tampoco.

-Ah, está bien. Después no te quejes cuando te gruñen las entrañas.

-Pero sí cenaremos.

-A parte de andar pensativo, ahora te crees muy inteligente. Pero no será a mi Elizabeth Growell a quién engañaras.- Me regaña y a la vez mueve de un lado a otro su dedo índice negando.

-Es Elizabeth Levitt o Elizabeth de Levitt, también puede ser señora Levitt. Todas son correctas.- Reí y continué- no me di a explicar correctamente... Quiero decir que cenaremos fuera, hoy es 23 de abril. Será en conmemoración a nuestra primera cita y, también celebraremos nuestro aniversario. Ya tenemos 5 años, sin contar que nos conocemos de toda la vida.

El enfermero y la contableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora