Elizabeth
Estábamos de vacaciones así que hicimos un largo viaje a una playa llamada ''Playa Bávaro'' según nuestras investigaciones es la playa mas hermosa de punta cana en la República Dominicana. Cuando llegamos fue pura diversión y también era realmente relajante. Estamos alojados en un Hotel cerca de la playa cuando empezó el anaranjado atardecer.
Joseph me pidió que me quedara en la habitación a lo que él salía. Me quede en la cama viendo la televisión cuando un pensamiento que me dio escalofríos paso por mi mente *y si Joseph quiere... Me levanté de golpe y me adentro al baño, tomé mi cepillo y me arregle lo mas rápido posible.
-¡Elizabeth! Quiero que vayas a la playa ¿de acuerdo?- escucho a Joseph decirme en voz alta. -Te espero- No esperó mi respuesta y me di cuenta de que ya no estaba en la habitación. Salí de la ésta algo nerviosa, tomé el ascensor y baje. llegué a la playa y me aproxime... lo que vi me dejo sin palabras, Joseph estaba parado en la arena dentro de un gran corazón de flores, una mezcla de rosas rojas y blancas, junto con muchas velas a su alrededor estaba a punto de llorar al verlo. Me acerqué aún más...
-Joseph ¿qué es todo esto?
Joseph
Sonreí al verla. Saco una cajita color rojo vino de mi bolsillo, seguido de eso me arrodillé y abrí dicha caja. -Elizabeth, ¿qué dirías si te pido que vivas conmigo todo el resto de nuestras vidas?, Lo que quiero decir es que... ¿Te casarías conmigo?- Ella sonrió mientras sollozaba hasta gritar.
-¡Sí! sí Joseph, claro que sí- Me levanto, tomo su mano y empiezo a colocarle el anillo en el dedo anular.
-Se dice que la vena amoris pasa por el dedo anular derecho que conecta directamente al corazón- dije para después besarla apasionadamente. Ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello. Me detengo, la miro y le digo -Te amo Elizabeth.- Vuelvo a besarla mientras escuchábamos el sonido de las olas. De un momento a otro nos separamos, aprovecho y le mordí levemente su labio inferior.
-Mamá se pondrá feliz cuando le cuente- Sonreí al escucharla.
-Eso sería un milagro ya que nunca la vi sonreír... Pero ¿sabes qué?.
-¿Qué?- La levanto sosteniendola de la cintura para darle vueltas.
-¡Me casaré con Elizabeth!- Grito a todo pulmón. Ella se ríe disfrutando de las vueltas y el viento desordenando su cabello.
-¡Y yo me casaré con JOSEPH!
El gran día había llegado, esperaba con ansias a Elizabeth en el altar. Todas las miradas estaban puestas en mí... La marcha nupcial empezó a sonar eso ya me indicaba que Elizabeth se aproximaba, hasta que la vi venir despacio con aquel largo vestido blanco, con escote de sirena y un poco de encaje. Mi boca quedo entre abierta, perplejo al ver cual perfecta era mi futura esposa; ver sus labios rosados y su cabello caído delicadamente sobre sus hombros.
Elizabeth
Mientras caminaba hacia el altar, veía a Joseph con una sonrisa boba en su rostro pero aún así se veía guapo con aquel traje Azul marino que brillaba con los reflejos del sol, con una sencilla y sofisticada camisa blanca; Ya estando frente a Joseph entrelazamos nuestros dedos, mientras que, con mi otra mano sostenía el ramo de flores que eran del mismo color su traje... El pastor decía un pequeño sermón y hablaba de lo importante que era el matrimonio, y yo ya estaba imaginando mi mundo junto a Joseph...
Joseph
El pastor daba el sermón pero miraba de reojo a Elizabeth, era inevitable su belleza parecía iluminar todo el altar o ¿Es solo por estar enamorado?... *Estos benditos sentimientos. Pensé.
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El enfermero y la contable
RomanceDesde niños los cuentos se han encargado de distorsionar una realidad, expresándola en una frase: "Y vivieron felices para siempre". Cuán emocionante era leer el mismo final cliché, cuando la realidad es otra. El amor no es de color de rosa con la...