*Capitulo 3*

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Capitulo 3

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En mi habitación, me puse a pensar en lo mucho que un soldado debe dejar atrás para servir a su país, tienen una intensa determinación para lograr algo y pienso que seguro están allí para proteger también a aquellos que aman seguro para el sargento NO era nada FÁCIL dejar a su pequeño hijo y tener el sentimiento de quizá NO poder volver para abrazarlo.

Quizá así se sentía papa cada vez que tenia una misión y así hasta que  lo que mas temía se volvió realidad NUNCA mas volvió, volvió en una caja desde donde nadie podía ver mucho y una caja de la que NUNCA salio, seguro lo extraño, pero he aprendido a valorar lo que hizo su vida salvo la de muchos, niños y grandes y aunque no los conozco, he aprendido a quererlos y NO ha odiarlos, NO fue su culpa que papa muriera, fue la guerra y la violencia, la que se lo llevo.

"NO odies, odiar hace daño y te mata de dentro hacia afuera, mejor AMA y vivirás contento y el dolor ira sucumbiendo" - esta frase siempre me ayuda en esos momentos en los que el rencor o resentimiento hace huella en mi, pero No permito que ese sentimiento sea el que gobierne mi vida, he aprendido lo que el odio y las diferencias pueden hacer.

— Mama, ¿crees que puedas darme la dirección del sargento Cox? — pregunto al bajar las escaleras, ella me mira con sorpresa y sonríe — Supuse que la pedirías, aquí la tienes — dice extendiéndome un papelito con la dirección escrita.

— Gracias mama, supongo que quiero conocerlo un poco mas no sabría que mas escribirle en las demás cartas ¿sabes?, me gustaría conocer a Ian y hablar de su padre  y conocer a su madre creo — digo — Ya sabes, tal vez le vendría bien saber de ellos ¿no? — me encojo de hombros y la abrazo.

— Bien, a lo mejor tienes razón, solo se muy cautelosa no a todos los soldados les gusta que se metan en su vida privada — dice y yo sonrió — Lo tendré en mente mama — digo y subo de nuevo a mi habitación...

La semana corría, el tiempo se escapaba entre mis manos y solo podía pensar y pensar en el aun tan desconocido Kenneth Cox, era 8 años mayor que  yo, tenia un hijo pequeño y bueno, no lo se tenia mucho en lo que pensar, era interesante, cada vez que conocía algo de el me sorprendía creo que era la primera vez que estaba tan interesada en alguien del sexo opuesto y creo que mi madre se sentía rara al verme tan desesperada por saber de aquel hombre.

Habia escrito unas 30 cartas en toda la semana y en tres días mas, las cartas tomarían un largo camino rumbo a su destino, aun no había ido a su casa, pero si había pasado constantemente por allí, era bastante grande, tenia juegos y una piscina, a veces veía a Ian con su abuela jugando en el patio, pero no me animaba a acercarme, pero hoy eso cambiaría, era sábado y NO tenia nada que hacer.

— Kayden, Jude saldré, vuelvo mas tarde — digo a mis hermanastros mayores — Vale, no te tardes tanto Sarahi — dicen ambos desde la cocina — NO lo haré, ¿quieren que traiga algo cuando regrese?

— Puedes traer por favor crema de avellanas  y unas galletas dulces, es para el postre — dicen ambos y yo solo río — Vale, vale, yo la traigo, creo que regreso en una hora y media aproximadamente — digo y tomando, el bolso, mis llaves y dinero, salgo de la casa.

Mama, salio con los gemelos a sus clases de natación y Robert trabaja hasta mediodía en el banco  y Kayden y Jude se encargan de la casa, yo casi no tengo nada que hacer, a mi me corresponde la casa los domingos, así que aprovechare mi tiempo para salir y conocer la familia Cox.

Subo al auto, si, no es muy lejos pero el supermarket si lo esta, por lo que subo en el, y voy al super primero, compro lo que me han pedido, incluyendo un carrito de juguete para Ian, una tarta de nueces y un ramo de flores, salgo del super y meto todo en la maletera del auto y subo para partir hacia la casa de la familia Cox.

Me detengo en la entrada de la casa y bajo del auto, abro el maletero con el par de bolsas que traigo para ellos y camino hacia la puerta, el timbre esta un poco alto por lo que debo empinarme para alcanzarlo, y entones al fin lo alcanzo.

Unos minutos después, una mujer mayor pero bastante bien arreglada abre la puerta con el pequeño Ian a sus pies, sonrío lo mejor que puedo y — Buenos días, ¿es usted la señora Cox? — la mujer sonríe y asiente con amabilidad — Vera, soy Sarahi Lee, vivo a unas cuantas calles de aquí y justo ahora estoy aquí para visitarla, esta semana he estado escribiendo cartas para su hijo — digo , ella me regala una sonrisa y mirando hacia afuera me invita a pasar.

— Bienvenida, niña mi nombre es Claribelle Gray o Cox por mi difunto esposo, siéntate — dice y yo acepto su invitación y me dirijo al niño pequeño, que luce igual a su padre — Hmm, tu debes de ser Ian ¿no? — digo y el pequeño ríe y da palmadas, amo a los niños pequeños y noto que este sera uno bastante bien parecido.

— Es idéntico al sargento — digo haciendo que la señora Cox me mire asombrada — ¿Conoces a mi hijo? — pregunta con asombro, un calor se apodera de mis mejillas y sonrío con timidez — No, no en persona, pero mi madre y su trabajo me permite conocer algunas cosas de los soldados y su trabajo — digo con una sonrisa, mientras le extiendo las bolsas y le pregunto donde acomodarlas.

— No tenias que molestarte — dice y solo lo pienso esta señora ya me cae bien, seria una excelente suegra, lastima que a su hijo lo hayan dejado.


Dear Soldier (Querido Soldado) Soldier's Lover Series  ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora