Sarahi Lee Walker, es una estudiante de segundo año de preparatoria cuando una maestra de literatura les pide a cada uno de los chicos de su clase incluida ella escribir una carta a un soldado, la maestra pasa una urna con papelitos en los que se en...
"Estoy..Estoy...Mama, creo que estoy embarazada"(Parte II)
El resto de las clases la pase mirando por la ventana o simplemente escribiendo pero sin prestar mucha atención a lo que los profesores decían, estaba mas interesada en acariciar mi vientre que aun se veía plano y pensar en ir a comprar una prueba de embarazo, Jess y Becca no se separaron de mi ni por un instante y estuvieron al pendiente de que no me atrasara en clase, faltaban otros tres meses para que el curso terminara y para entonces mi embarazo seria mas que notable, pero lo que mas me carcomía era tener que decírselo a mama, a Rob y a los chicos.
Dios, no solo, eso, ¿Con que cara iba a presentarme a la tumba de papa para contarle todo?, no lo sabia, pero sabia que sin duda no podía dejar pasar demasiado tiempo para contarle todo a mama, por Dios a mi familia.
Baje mi rostro a mi vientre y es entonces cuando la voz de la maestra Redford llama mi atención —Señorita Lee, ¿podría decirme algo de lo que se a tratado la clase? — pregunta mientras mis compañeros me observan mas que extrañados.
— Claro maestra — digo y empiezo a hablar de la importancia de la aritmética, la matemática y sus aplicaciones en la vida cotidiana, la maestra sonríe y como siempre se que no es para dejarme mal, sino para hacerme notar.
[...]
— La maestra Redford se veía realmente aterradora cuando te llamo la atención — dice Becca mientras caminamos al estacionamiento
— Ni que lo digas, enserio pensé que iba a sacar toda su diatriba sobre prestar atención a las clases y todo eso — dice Jess — Ya, chicas, les recuerdo que ustedes son quienes me pusieron a pensar en todo el asunto y no se que voy a hacer — digo resignada y ambas me abrazan.
— No te sientas mal, Sara, estamos para ti somos tus amigas y para eso estamos para apoyarnos — dicen ambas — Lo se, tengo a las mejores amigas del mundo — digo y las abrazo con fuerza
Todas subimos a nuestros autos y salimos del estacionamiento, les prometí que les haría saber del resultado que obtuviera cuando me hiciera la prueba, puse música en el coche otra vez y me permití pensar en como llamarle a mi bebe.
"Vaya, tenia tantas cosas por contarle a Kenneth" — pienso y entonces me detengo frente a una droguería, compro un par de golosinas y tomo tres cajas de pruebas con dos unidades y voy a la caja.
— Son 19.95 — dice la chica mientras mastica un chicle y eleva su ceja perforada — ¿De cuanto estas? — pregunta con una sonrisa y yo se la devuelvo mientras saco el dinero
— Tres meses, si lo que creo es verdad — digo y ella me extiende su mano — soy Brenda, Brenda Carrigan ¿y tu? — dice con una sonrisa mas — Soy, Sarahi Lee, pero puedes llamarme Sara — digo y le pido que se quede el cambio.
— Me encantaría que fuéramos juntas a tomar un helado algún día — dice y yo asiento dándole mi numero — Parece que es lo único que tenemos en común todas las embarazadas — dice y me enseña su vientre un poco mas hinchado que el mio.
"Alguien que me entiende" — pienso y tras despedirme, vuelvo a subir al auto y marcho a casa.
[...]
No había nadie en casa, solté el aire que había estado reteniendo y subí a mi habitación, encendí mi laptop y mi TV y me sumergí en el baño, tenia un tarro de jugo de piña que era bastante diurético y comencé con la faena...
Un rato después estaba con mis 6 pruebas de embarazo en la mesita de noche de mi cama, un bote de helado de frambuesa y mi laptop redactando una tarea de clase, no quería ver las pruebas aun, estaba muerta de nervios y no, no porque no quisiera al bebe, sino por que no estaba segura de poder ser una buena madre.
¿Y si le pasaba lo mismo que a mi? ¿Si no podía tener un padre al igual que yo? ¿Que le iba a ofrecer? ¿Como paso si yo me cuide? Ken también se había protegido, amenos que contara aquella vez que... el día que se marcho.
Cada vez que pensaba en los recuerdos de aquella madrugada mi piel se estremecía y sabia que mi rostro se tornaba rojo, Ken siempre había sido dulce pero aquella madrugada me dijo que no podía serlo y claro, yo había tenido un resfriado de mala muerte y tuve que tomar antibióticos para ello y la fiebre que me dio.
"Rayos, ¿como se lo diría a Kenneth? El ya tenia a Ian y yo no quería robarle a su padre"
Corrección: YA LO HICISTE.
Mierda, mi sub tenia razon, pero lo que me consolaba era que los dos miembros restantes de su familia, me amaban y no me odiarían, así que tome mi teléfono y llame a ...
— ¡Hola!, niña ¡Que alegría saber de ti! — dice la voz del otro lado — Lamento la hora, ¿Crees que tienes algo de tiempo para hablar contigo? — pregunto.
— Desde luego que si niña, y no hay nada que lamentar, Ian se muere por verte — dice, sonrío y finalizo la llamada, entonces miro las pruebas, tomo solo una y...
"DIOS MIO... Esto, si esta pasando"
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Tome las llaves de mi precioso BUMBLEWHITE y las dejo en la sala, lo que me recuerda que aun estoy sola, salgo de casa y camino el par de manzanas hasta la casa de los Cox Gray, toco el timbre y una sonriente Claribelle y un entusiasmado Ian me reciben.
