Capítulo 8

3.4K 279 302
                                    

El roce de su mano... ¡Me estallará el corazón!

-¡Libre!- me estiré al sol y miré al cielo azul.

Suspiré feliz y fui en busca de mis amigos.

-¡Shanna!- oí a lo lejos. Me giré y vi a Kiba acercarse a mí, corriendo con la mano en alto.

-¡Hola, Kiba!- fui hacia él y me detuve en seco, sorprendida, cuando sus brazos se cerraron a mi alrededor, abrazándome con fuerza.

-No sabes cuánto me alegro que estés bien. Me tenías muy preocupado. Hoy fui a verte al hospital, pero me dijeron que y a habías salido. ¡Que alivio!

Me soltó y sentí que me sonrojaba. Aparté la mirada algo avergonzada.

-¡Hoy no tenía planeado hacerlo, pero voy a entrenar con Akamaru. ¿Vienes?

-¡Claro!

Fuimos juntos al bosque donde su equipo y él entrenaban con Kurenai-sensei.

-Anda, Akamaru.- le dijo al pequeño perro escondido bajo su capucha.- Baja.

-¡Guau!

El perrito saltó, y al hacerlo, le quitó la capucha a Kiba.

Era la primera vez que veía el despeinado y desordenado cabello moreno de Kiba.

Sentí un rubor en mis mejillas y un leve picor en los ojos.

-Oye, Shanna... Tus ojos... ¿Por qué son rosas... y no verdes?- preguntó Kiba extrañado.

-¿Qué? ¿Rosas?- dejé a Kiba donde estaba y me acerqué a un río cercano. Miré mi reflejo.

Efectivamente, mis ojos eran de un color rosa oscuro. Aún así, todavía podía verse un pequeño vestigio del color verde de mis ojos.

De golpe, sentí un ardor en el sitio donde el chico me había golpeado, y me asusté al ver cómo el color de mis ojos empezaba a cambiar.

Un suave color blanco pálido se mezcló con el rosa y el verde.

Con miedo y ansiedad, cogí agua con las manos y me lavé la cara con fuerza, y luego me froté los ojos con los puños.

Aterrorizada, vi cómo mis ojos iban volviendo lentamente a la normalidad.

Los colores rosa y blanco habían desaparecido por completo de mis ojos.

Vi un destello dorado en mis ojos antes de que se volvieran verdes claros otra vez, sin dejar rastro de ningún otro color.

Suspiré aliviada llevando una mano al pecho.

Volví con Kiba.

-Mis ojos son verdes. Yo no los vi rosas.- le dije, intentando no poner ninguna expresión. Algo me decía que esto tenía que ver con "ese jutsu".

-¿Eh?- preguntó girándose.- Oh, bueno. Sería por la luz.

-Pero sería un bonito color.- dije para que no sospechara.

-Sí, lo sería.- dijo serio, con la voz risueña y la mirada perdida.

-¿Qué tal llevas el entrenamiento con Akamaru?

-¡Genial!- dijo mirándome de nuevo, sonriendo.- ¿Quieres que te lo muestre?

-¡Sí!

Después de unos minutos, Kiba y yo habíamos acabando jugando con el perro blanco.

Habíamos jugado al escondite y también habíamos jugado al pilla-pilla. Juegos para niños, pero que me había hecho recordar la primera vez que nos habíamos visto. La sonrisa que adornaba mis labios, era de verdadera felicidad y alegría.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora