¡Y este capítulo para despedir el año y darle una buena bienvenida al 2020! ¡Disfrutad!
Promesas restauradas. La arena junto a la hoja.
Mi sonrisa se ensanchó, pero la culpabilidad me inundó.
Me puse bien enfrente del Uzumaki, y mi rostro se volvió serio mientras él me observaba, ya sin rastro de lágrimas en su rostro.
-Naruto, yo tampoco te lo he contado todo. Lo siento.
Él ladeó la cabeza, y yo hice una mueca.
-Desde el día en que me atacaron en el bosque... ¿Lo recuerdas, no? Me hicieron un jutsu prohibido.
-Sí, me acuerdo de eso. ¿Qué pasa?
-Yo...
-¡Nee-chan, tus ojos! ¡Son naranjas!
-¿Naranjas?- inquirí confusa. Me pregunté qué significaría ese color, pero antes debía explicarle a Naruto todo.- Eso no importa ahora. Tengo que decirte algo.
-¿Estás bien?- su voz preocupada llegó a mis oídos.
-Naruto, el jutsu que me hicieron hace que mis ojos cambien de color según mis emociones.- mi tono de voz era suave y bajo, como si así evitaba que él pudiera escucharlo.
-¿Qué?
-Sí. No sé muy bien qué significa cada color, o cuántos son, pero no quiero que la gente lo sepa. Es por eso que usaba esas gafas...
-¿Qué crees que significa el blanco?
Posé mi mirada en la suya. No me atrevía a decir nada.
-¿Estás asustada?
-¿Vas a apartarme tú?- esta vez era mi voz la ahogada, y era yo la que se esforzaba por mantener la compostura.- ¿Vas a contárselo a alguien?
Y esta vez, al contrario que la anterior, fue él quien me abrazó a mí.
-No se lo diré a nadie, nee-chan. Puedes confiar en mí.- se separó y me miró.- Es una promesa.- su sonrisa fue imitada por la mía, y así fue todo el rato que estuvimos hablando hasta que salí de ahí.
Antes de irme, fui a avisar a Kiba de que me iría a casa y que mañana iría a verlo. Tras una mutua sonrisa y dejar el breve mensaje, salí del hospital y me adentré en las calles de Konoha.
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Desde lejos era bastante fácil reconocerlos. Bueno, todos en la aldea eran bastante raritos, pero ellos también llamaban un poco (bastante) la atención.
Un cabello pelirrojo llamativo junto a un brillante pelo rubio recogido de una forma extraña y una figura totalmente negra en la distancia. Todos cargaban extrañas cosas, Gaara su calabaza de arena, Temari un abanico gigante y el otro chico un vulto envuelto en vendas.
Me acerqué animada.
-¡Hola! ¡Por fin os encuentro!- exclamé al posicionarme detrás de ellos. Al escuchar mi voz, los de Suna se giraron para mirarme.
-Hola, pelirroja.- saludó Temari con una sonrisa ladeada.- ¿Nos buscabas?
-Sí, quería despedirme. Y también volver a agradeceros por haber ayudado a mis amigos, aunque suene repetitivo.- sonreí. Me giré hacia el otro chico.- ¿También eres hermano de Gaara?
El chico con la cara pintada sonrió narcisista.
-Yo soy Kankuro, el marionetista.
-¿¡Usas marionetas!?- alcé la voz asombrada.- ¡Eres la primera persona que conozco que sabe hacerlo! ¡Por favor, enséñame!- rogué dando pequeños botes en mi sitio como una niña.
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Genjutsu (Kiba Inuzuka y tú)
Fanfic¡Hola! ¿Qué os trae por Konoha? Me alegro de que llegaráis hasta aquí, mucha gente se pierde antes del camino hasta el País de las Olas, que queda aquí al lado. Bueno, me presentaré, ya que tengo muchas ganas de que sepáis un poco más de mí. Soy un...