Capítulo 53

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7 de Julio, su cumpleaños.

El día estaba oscuro.

No llovía, las nubes no tenían suficiente agua, pero aún así cubrían el cielo y el sol dando una tonalidad gris y triste al ambiente.

Ninguno de los chicos tenía ganas de celebrarlo. Shanna se removió en la cama, y miró por la ventana. Observó al exterior con mala cara. Se lo pensó unos segundos, y tras solamente respirar en silencio, se dio media vuelta, se cubrió con las mantas y trató de dormir de nuevo. 

Sabía que no lo lograría. No había dormido bien durante todo aquel tiempo, siempre teniendo terribles pesadillas que le asaltaban de noche. Se despertaba por la madrugada, cubierta de lágrimas y de un sudor frío. Su habitación formaba sombras aterradoras, y ella no era capaz de dormirse de nuevo.

Tenía pesadillas con Kiba, con Orochimaru y sus serpientes. A veces, aquellos sueños eran tan reales que casi sentía cómo la serpiente blanca subía y trepaba por su cuero, siseando y enroscándose a su alrededor.

Se daba la vuelta y lloraba, en silencio, tratando de ahogar sus sollozos y sus lágrimas en la almohada. 

Los miembros del equipo Gai se levantaron temprano para ir a entrenar por la mañana, reuniéndose con su sensei en el campo de entrenamiento. Naruto, que pasaba por allí en busca de Shikamaru, vio a los cuatro shinobi y se acercó a ellos. 

-Hola.- dijo, algo desanimado, y se acercó al hombre para la sorpresa de los demás.- Gekimayu-sensei [sensei de cejas encrespadas], ¿puedo pedirle un favor? 

El nombrado le miró, sorprendido. 

-Claro, Naruto, ¿qué ocurre? 

-Verá...

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-Oh, este sitio es muy grande...- dijo, mirando al rededor con la boca abierta en un pequeño círculo y con los ojos muy abiertos.- Me gusta mucho más que otro sitio en donde haya estado. 

-Trata de no distraerte y perderte porque te conocemos y no vamos a volver a por ti.- habló, burlándose del pésimo sentido de la orientación que tenía. Le miró con mala cara al oírle. 

-¿Perdona? ¿Creo que se me ha metido tu estupidez en los oídos, podrías repetírmelo? ¿Quizá hasta no me den ganas de enterrar tu cabeza en el suelo y dejar que los gusanos te devoren. 

-Infantil. 

-Idiota. 

-Imbécil. 

-¿Podeís parar los dos? Esto es serio.- recriminó un tercero, con los ojos fijos en el frente. 

-Déjalos, quiero ver cómo se matan entre ellos. 

Tras una mirada cansada y oscura, desvió el rostro, aunque sonrió al oír a los rivales discutir en voz baja. 

-Usas más maquillaje que yo. 

-Quizá no te vendría mal para ocultar tu horrenda cara. 

-Sólo vistes así porque tu pelo es terrible y no quieres que nadie lo vea y se burle de ti. 

-Creo que nunca te has mirado en un espejo... 

-Cállate, idiota. 

-Plana. 

-¿¡Qué has dicho!?- planeaba lanzarse sobre el contrario, quien sonreía con superioridad, pero una tercera voz la detuvo en su sitio. 

-Si alguno de los dos mueve un sólo músculo yo mismo me encargaré de evitar que podáis moveros el resto de vuestra vida. 

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora