Capítulo 61

304 44 118
                                    

Familia.

Shanna se quedó mirando a la mujer, con una mirada extraña en sus ojos azules claros. Sorprendida, no supo qué decir.

-Ah... Disculpe...- tartamudeó, nerviosa. Bajó la mirada.

-Ah, tú eres la niña que mi marido dijo que vendría. Disculpa si te ha asustado, ese hombre es algo impulsivo.- se disculpó la mujer con una sonrisa.- Espero no ponerte en un aprieto haciéndote venir. Ven, pasa, pasa, no te quedes en la puerta, hija.

Shanna se puso más nerviosa al oír aquel apelativo de parentesco, pero sabía que esa mujer tenía ya nietos, por lo que trató de ignorar aquel dato.

-No, no me molesta... Gracias, con permiso.- dijo suavemente, haciendo una reverencia antes de entrar y descalzarse.

-Ven, la comida ya está lista. Hice tempura y tonkatsu. ¿Te gusta?

-Sí, señora, está bien. Gracias.- asintió Shanna cortada. Aquella mujer le había parecido encantadora, agradable y sabia, pero la tranquilidad que ella emanaba no conseguía alcanzar a la chica. Le parecía que aquel cabello rojo le había dejado algo descolocada de más.

-Le diré a Hiromasa que baje para comer, que ya has llegado. Dijo que estaría preparando alguna historia para contarte. Por cierto, soy Eshima.

-Encantada, Eshima-san. Yo soy Shanna.

-Ven, Shanna-chan. La cocina está aquí.

La anciana guió a la menor a través del corto pasillo, dejando a la vista una acogedora cocina con una mesa en el medio, con una pota y un par de platos en el medio, esperando para ser colocados en su lugar y llenos de comida.

-Espera aquí, hija, iré a por mi marido.- avisó la de antaño pelirrojo cabello, saliendo del lugar y obteniendo un tímido asentimiento de cabeza de la menor.

Shanna observó el lugar con curiosidad. Lo que más llamó su atención fue una pequeña mesa en un lado con unas fotografías, y aunque no era su intención inmiscuirse en las cosas de las demás se acercó a mirar.

Había varias fotos de un par de niños juntos, quienes Shanna supuso que serían los hijos de aquellos ancianos. La chica era la mayor, y reía junto a su hermano pequeño frente a la cámara. Había otra dónde ellos, ya más mayores, salían vestidos de gala, siendo la hermana quién llevaba el vestido blanco de novia. En otra imagen estaba ella sola, sonriente junto a otro hombre, con su ropa blanca de princesa y sonriendo abrazada al que la chica supuso que era su marido.

Pudo ver otra imagen con un niño pequeño en brazos de la mujer, al lado de la anciana que acababa de guiar a la kunoichi allí.

Supuso que su hija se había casado y había tenido un hijo, y por fotos que vio al lado había tenido más de uno, aunque no parecía que el hermano hubiese tenido pareja o niños.

Le sorprendió ver una foto boca abajo, tumbada sobre la mesa. Se contuvo y no la levantó para ver de qué se trataba.

Oyó unos pasos y se alejó un poco de ahí como si estuviese haciendo algo malo. Vio a la pareja de ancianos llegar, y ella, inconscientemente, se puso recta y se sintió algo avergonzada. Quizá no debería de haber ido a aquel lugar sin conocerlos antes.

-Ah, la pequeña pelirroja está aquí.- habló el hombre.- Me alegra ver que has venido, joven.

-Gracias por invitarme.- respondió ella, haciendo una leve pero rígida reverencia. Hiromasa rió.

-No estés tan tensa, chica. Siéntete como en casa y dime qué historia quieres que te cuente.

Shanna sonrió, tratando de tranquilizarse. Pidió permiso para poner la mesa, algo que Eshima aceptó siempre y cuando fuese la mayor quien sirviese la comida. Juntas prepararon las cosas, dieron las gracias por la comida y comenzaron a comer con tranquilidad la tempura y el tonkatsu que la mujer había preparado.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora