Capítulo 14

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Los ojos de la alumna.

Shanna cerró sus ojos, concentrada en los sellos que estaba haciendo, mientras que el shinobi la observaba curioso y atento. Quería saber qué iba a hacer la pelirroja.

De pronto, ella se detuvo en un sello, y abrió los ojos de nuevo. Akemi observó un destello en los ojos de la chica. Agudizó la mirada, y pudo ver cómo, lentamente, unas ligeras manchas marrones iban apareciendo en sus ojos casi amarillos, haciendo que brillasen de un color único.

Akemi sintió un aire frío golpearle el pecho, y vio como esa onda de aire se expandía de forma circular alrededor de Shanna.

-Te encontré.- dijo la chica, y dirigió su mirada hacia donde estaba su sensei. Se giró completamente y volvió a hacer sellos. Quería atraparle antes de que se escapara.

Shanna comenzó a crear un pequeño huracán en torno a Akemi, controlando el viento a su antojo, que le revolvía el cabello pelirrojo. El torbellino se fue cerrando, y las columnas de aire se estrechaban más y más. Akemi supo que si no salía de ahí tendría problemas, así que se ocultó bajo tierra y salió fuera del ojo del huracán, unos metros enfrente de su alumna.

Shanna tenía la visión desenfocada, como si estuviera en trance, o tan concentrada que no podía verle. Su pelo se movía violentamente al son del viento,y sus manos seguían haciendo incontables sellos que creaban nuevas ráfagas de aire, dirigidas a su sensei. Él había dejado sus pies enterrados bajo tierra, así que la mayoría de los jutsus no hacían efecto. Pero estaba preocupado por su alumna. Podía notar con su técnica sensorial que a ella no le quedaba mucho chakra, pero parecía que no le importaba y que realmente estaba demasiado metida en la pelea, lo suficiente como para no tirarse al suelo y decir que estaba agotada, como cuando llegaba a su límite.

-Shanna.- la llamó.

Ella no hizo ningún movimiento a parte de los continuos e incansables sellos de sus manos, y su mirada seguía perdida y desenfocada.

-Detente, casi no te queda chakra.

La pelirroja no lo miraba, seguía haciendo gestos y nuevos ataques con la mirada oscurecida.

Akemi se acercó a ella e intentó que volviera en sí, intentó poner una mano sobre su hombro, pero sintió un golpe de viento en el pecho y salió volando. Aterrizó de pie, unos metros más lejos, y Akemi se empezó a preocupar de verdad. No quería saber qué pasaría si Shanna seguía así, y antes de que nada ocurriera la despertaría.

Se acercó de nuevo, esta vez más a la defensiva, y empezó a llamarla, cada vez más fuerte. El viento se arremolinaba a su alrededor.

-Akemi-sensei...- susurró. Sus ojos se centraron en él. Volvían a ser del mismo verde claro de siempre, y volvían a almacenar esa vida que rebosaban. La sonrisa que esos ojos escondían se reflejó en su boca.- Gané.

-¿Eh?- Akemi se giró y vio cómo el huracán y las ráfagas de viento desaparecían, y todo volvía a la normalidad. Volvió a girarse, y vio a su alumna, con el pergamino en sus manos, un poco alejada de él.- ¿Cómo...?

Shanna cayó al suelo desmayada.

---🍥---

-Eres idiota, ¿Lo sabías?

-Humm...

-Levanta, anda.

La pelirroja abrió los ojos lentamente, se revolvió en el suelo y vio al chico de pelo violeta y ojos amarillos sobre ella, mirándola con aburrimiento y fastidio.

-De verdad quieres matarte...

Ella se sentó, y observó al chico alejarse un poco, vestido con su kimono, y se dio cuenta que se sentía bastante bien, no le dolía el cuerpo y sentía que estaba llena de energía.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora