Capítulo 55

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Despedida. Compañero.

Shanna andaba algo alicaída. 

La gente la ignoraba mientras pasaba por las calles, y ella caminaba con la cabeza agachada sumida en sus pensamientos. 

Llevaba dos días entrenando su Taijutsu con Gai, sin descanso. Realmente se estaba esforzando, estaba tratando de dar lo mejor de ella, pero sentía que no podía mejorar. 

Eso le había sentirse algo mal consigo misma. No se sentía capaz, todos sus esfuerzos eran insuficientes y eso la volvía débil e inútil. 

Es cierto que estaba enfrentándose a un ninja de un rango realmente alto, y también que Gai era de los mejores shinobis que practicaban el Taijutsu y que su nivel en comparación no le llegaba ni a la suela de los zapatos. 

Aún así, Shanna le había pedido ayuda a Neji, en secreto. 

Le había pedido que le ayudara con las técnicas cuerpo a cuerpo, ya que era un alumno de Maito y era realmente bueno. Por las mañanas practicaba con el Hyūga, mientras que por las tardes y la noche temprana se dedicaba a pelear con el sensei. Pero, aún así, no conseguía mejorar.

El Taijutsu no era su arte favorito, por no decir que era su menos predilecto, pero aún así quería seguir entrenando. Al menos, cuando se centraba en golpear a su oponente y en defenderse, no recordaba a Kiba. 

Ese día los de Suna volverían a su aldea. Se habían quedado por demasiado tiempo y no había una excusa real para dar, así que se veían casi obligados a regresar. En aquel momento, la pelirroja se dirigía a las puertas principales de la aldea para ir a despedirlos. 

Llegó más rápido de lo esperado. Al ir totalmente perdida en la marea de pensamientos y divagaciones, apenas pudo darse cuenta del paso del tiempo. 

Distinguió al peculiar cuarteto en la lejanía. Como de costumbre, Ryu y Kankuro discutían. Temari hablaba con un Shikamaru recostado sobre una pared y de brazos cruzados, y el rubio Uzumaki se encargaba de entretener a Gaara hablando y expresándose de su típica forma exagerada. 

Prestó atención a la conversación de los más tranquilos primero. 

-...y probablemente van a reforzar la vigilancia mientras que no tenemos un nuevo Kazekage. Han estado debatiendo bastante el tema, pero creo que van a esperar a que Gaara crezca un par de años para nombrarle líder.- afirmó la chica de coletas, segura de sus palabras. El Nara soltó un suspiro. 

-Es la mejor opción, a pesar de todo. Su padre fue el Kazekage anterior, y no sería inteligente por su parte...- siguió hablando, pero Shanna le ignoró y le puso atención a los dos más gritones. Sabía que Shikamaru daría algún argumento totalmente lógico y razonable para demostrar su elevado IQ a pesar de los continuos bostezos que le asaltaban. 

El marionetista y la chica se insultaban el uno al otro. El mayor tenía una sonrisa ladeada de superioridad en el rostro, mientras que la otra le miraba con los ojos brillantes. Quizá de furia o quizá de diversión, si estaban siempre discutiendo tenía que ser porque de alguna forma se soportaban el uno al otro y les gustaba meterse con el contrario. Shanna no quiso ponerles atención y se dirigió donde se encontraba el otro par de chicos. 

Naruto le estaba pidiendo a Gaara que le enviara ramen alguna vez, y que él haría lo mismo. Le rogaba que le enviara cualquiera que fuera de edición limitada, aunque fuera una sola ración, ya que uno de sus sueños después de convertirse en Hokage era probar todos los tipos de ramen en el mundo. El pelirrojo dejó de escucharle (o de fingir que le prestaba atención) y miró atentamente a la contraria. 

-Hola. He venido a despedirme también.- dijo ella, soltando un corto suspiro que no pasó desapercibido por el de ojos azules y cabello rojo. 

-¡Oh, nee-chan!- exclamó el Uzumaki, girándose hacia ella al oír su voz.- No te oí llegar. 

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora