Genjutsu (Kiba Inuzuka y tú)

Capítulo 67

Dúo.

Kaida la observó en silencio. A primera vista, Shanna parecía una chica simple, quizá demasiado infantil e inconsciente sobre el mundo, ilusionada y deseosa de conocer y aprender todo lo que pudiera. Todo causaba en ella curiosidad que necesitaba ser saciada, quería salir y comerse el mundo. Al menos, aquella era la visión que tenía de la pequeña pelirroja. Una niña pequeña e inocente. 

-¿Por qué debería enseñarte?- preguntó la de ojos azules, cambiando el peso de pierna. Shanna miró hacia arriba pensando en su respuesta.

-Hum... Yo... necesito pelear.- dijo, bajando la mirada y componiendo una sonrisa suave y triste. Kaida esperó en silencio.- No puedo confiar en mis jutsus durante mucho más tiempo... No sé cuando mi chakra me podrá fallar.- dio un largo suspiro, dejando caer sus hombros. Observó la espada de madera que sostenía entre sus manos- He estado entrenando un montón, desde prácticas con Neji y con Lee y Gai-sensei hasta algún entrenamiento por mi misma... Esos son entrenamientos de taijutsu. No soy capaz de hacer genjutsu, o al menos no he aprendido aún.- se encogió de hombros, como si supiera que no le quedaba otra de momento.- Y en cuanto a mi ninjutsu, entrené con Akemi-sensei, y también algo con Asuma-sensei, ya que él tiene mucho control sobre el Elemento Viento.- explicó, casi para sí misma, sin ser consciente de que la contraria no debía de conocer ningún nombre.- También tuve algún entrenamiento con Kakashi-sensei, aunque no estoy segura de si a eso se les puede llamar entrenamientos...- resopló, algo molesta.- Él sólo se sentaba a leer esos libros pervertidos de Tako-sensei mientras yo practicaba y practicaba; ¡al menos Akemi-sensei se enfrenta a mí! 

Shanna jugó con la espada de madera en sus manos. Hizo un par de cortes sin fuerza al aire, simplemente moviéndola con todo su brazo extendido. 

-Además...- desvió la mirada, pasándola por el suelo.- Creo... que mi chakra...- se detuvo. Shanna aún no entendía muchas de las cosas que le ocurrían, pero una parte de ella le decía que si el chico, ahora lobo, que la acompañaba día y noche estaba en su interior, era porque había algo raro en ella. Una vez anterior, que ella recordase, la chica había recibido chakra del mayor, y no estaba segura de si debía admitir que ese chakra era extrañamente familiar y similar al suyo propio. A veces, creía que su chakra no era solamente suyo, así que sentía que aquel no era su poder, sino que era el prestado por alguien más.- Quiero hacer las cosas por mí misma.- dijo al final, segura de sus palabras.- Si se me diera la oportunidad, quisiera vencer a un enemigo por mis propios métodos.- explicó. Miró a Kaida.- Por eso quiero que me enseñes. ¡Gekkō-san es muy fuerte, así que seguro que tú también!

Kaida no supo que responder. Su hermano mayor había sido asesinado por uno de los que estaban con Orochimaru, y aunque nunca supo quién, siempre había querido vengarse. Sin embargo, al final había terminado olvidando aquello. Ya había pasado un tiempo desde los exámenes, desde que Gekkō Hayate había sido asesinado, pero ella quería olvidar su propia venganza. Estaba bien recordando y llorando por su hermano en silencio. No quería tratar de llevar a cabo una venganza sin sentido y perder la vida en el intento. Kaida no era tan estúpida, sabía que Orochimaru era alguien peligroso, y también la gente con la que se relacionaba. 

Desvió el hilo de sus pensamientos y volvió a centrarse en la pelirroja. Shanna le parecía algo extraña. Nunca antes había conocido a alguien que pensara que usar chakra y jutsus fuera como hacer trampa en el combate. Quizá aquello no era exactamente lo que la chica decía,  pero era la impresión que la mayor había tomado. Shanna quería hacer fuerte sus puntos débiles, quería vencer a alguien con las habilidades de su cuerpo como lo eran el taijutsu, o las técnicas de espada, reforzando estas con el ninjutsu. 

La mayor pensó en silencio sus palabras un momento.

-No puedo ayudarte.- dijo, haciendo que la pelirroja pusiese una mueca triste al momento.