Capítulo 16

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El entrenamiento de las manzanas

Shanna abrió los ojos, sintiendo una leve luz cubrir su cuerpo, y fijó su mirada en el rostro algo preocupado de Akemi. La pelirroja se sentó mientras se llevaba una mano al pecho, justamente al lugar donde Ōkami le había golpeado para pasarle el chakra. Su cuerpo se sentía bien, no le dolían mucho las heridas que se había hecho en su anterior pelea con el pelinegro, pero sí que sentía algo raro en su chakra.

-Shanna.

Ella respiró unas cuantas veces intentando regularizar la velocidad, asegurándose de que podría hacerlo sin entrecortarse, antes de mirar al hombre de ojos dorados.

-Akemi-sensei...

-Relájate. Luchaste muy bien. Perdiste, pero me diste un poco de pelea.

Ella rememoró el combate, sólo para fruncir el ceño al haber partes que no recordaba. Sobretodo al final, sí recordaba haber cogido un pergamino, pero no qué jutsus había utilizado o qué había hecho el contrario para defenderse. Y, ahora que se paraba a pensarlo, tampoco recordaba hacía cuánto se había desmayado.

-Sensei, ¿Cuánto...?

-Sólo has dormido nueve o diez horas.- le interrumpió el shinobi.- Nunca hubiera pensado que tardarías tan poco en despertarte, considerando lo que has hecho. Es increíble lo rápido que te has recuperado, tu chakra aumentó de golpe...

El moreno no dijo más, sintiendo un chakra bastante diferente al de su alumna mezclarse con el de Shanna, imaginándose con el ceño fruncido qué podría ser.

-Fue Ōkami.- susurró ella sin pensar, mirando al suelo.

-¿Eh?- preguntó Akemi, que no había escuchado bien a su alumna.- ¿Ōkami?

-Sensei, tengo hambre.- dijo la pelirroja, levantándose del suelo y mirando al sol asomar a lo lejos, subiendo por el cielo a través de las nubes. 

-Toma.- el pelinegro le tendió dos manzanas, una verde y una roja, y ella alargó el brazo para cogerlas con una deslumbrante sonrisa. Tomó la manzana roja, y cuando iba a hacer lo propio con la verde, el shinobi se la apartó, haciendo que la chica le mirara con una mueca de confusión.- No te las puedes comer. 

-¡¿Eh?! ¡Pero senseiii...!

-¿Te recuerdo que estás en pleno castigo o no hace falta?

Shanna bajó la mirada avergonzada, dejando caer los hombros con desánimo mirando la fruta roja en sus manos. 

-No hace falta...

-Bien. 

-Y, ¿para qué son las manzanas entonces?- preguntó levantando la cabeza y mirando de nuevo al hombre. 

-Tienes que hacer que intercambien los colores.- el de ojos dorados hizo una marca en la manzana verde que todavía tenía en la mano y se la lanzó.

-¡¿Eh?!- volvió a gritar ella.- ¡Eso es imposible!- se quejó cogiendo la manzana al vuelo.

-Deja de gritar...- murmuró Akemi, aburrido y cansado como de costumbre. 

-No me vengas con complejo de Shikamaru.- murmuró la niña.- Oe, sensei.- se acercó lentamente al nombrado, observándolo con precaución.- ¿Tú sabes cómo se hace?

Akemi le lanzó una mirada de superioridad alzando una ceja, preguntándose a sí mismo si realmente lo acababan de infravalorar y menospreciar. 

-Olvídalo, por supuesto que sí.- se respondió a sí misma, mirando de nuevo las frutas. 

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora