Capítulo 41

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Hanabi. Noche de verano.

Habían pasado los días. Kiba y yo seguíamos quedando juntos siempre que podíamos, cuando no teníamos entrenamientos o él no tenía alguna misión.

Nuestras tardes consistían en quedarnos uno al lado del otro, abrazados, en silencio y disfrutando de la compañía del otro.

Nunca nos habíamos besado en los labios, y eso me volvía loca. Nunca pasaba de las mejillas, la nariz, la frente o incluso las manos, pero nunca había probado sus labios. Y aquello me llenaba de desesperación.

Suspiré, volviendo a casa con la compra. Entré y dejé las bolsas sobre la encimera, y luego fui guardando las cosas en su respectivo lugar. Estaba guardando un cartón de leche en la nevera cuando oí que llamaban a la puerta.

Me acerqué y abrí sin mirar, todavía pensando en Kiba y algo fastidiada por mis ganas de dar un pequeño paso más en nuestra "relación". O lo que Jashin quiera que fuera eso. Y claro, tampoco estábamos "saliendo" en el sentido de noviazgo, salíamos como "amigos" a pasar el rato. Eso también me molestaba bastante.

-Tierra llamando a Shanna... ¿Me recibes? Hola...

Parpadeé unas veces y sacudí levemente la cabeza, para alzar la mirada y ver al poseedor de aquella voz. Una sonrisa tímida se escapó de mis labios.

-Sí, perdón, ya estoy aquí... Estaba pensando en una cosa.- me hice a un lado y bajé la mirada para dejar al contrario pasar.- Ven, entra.

-Sólo será un momento.

El moreno entró y se quedó en el recibidor, y al instante mis ojos se clavaron en los de Kiba.

Apoyada contra la pared, vi cómo el chico que me gustaba cerraba la puerta tras entrar rápidamente, y mirarme con sus intensos ojos negros...

Empezó a decir algo, pero mi mirada sólo bajó un poco y se posó en sus labios. Me quedé sumida viendo cómo se rozaban al hablar, diciendo cosas que en aquel momento no estaba escuchando, tan absorta con el movimiento de sus labios que volví a sumirme en mis pensamientos.

-¿Shanna? ¿Me estás escuchando?

No respondí, y Kiba decidió actuar en ese momento. Se percató de la dirección de mi mirada, y al instante fui consciente de que su cuerpo se acababa de mover y se mantenía pegado al mío, dejando unos centímetros de espacio por el que no nos tocábamos.

Mi corazoncito de un vuelvo y comenzó a latir desenfrenadamente, viendo cómo el mayor colocaba sus manos a cada lado de mi cabeza y como bajaba la suya para poder verme mejor.

Apenas había espacio entre él y yo, encendiendo al instante mis alertas y trayéndome de nuevo a la realidad.

-¿K-kiba...?

-Te he preguntado si me estabas escuchando... Parece que no.

-Lo siento, es que estaba pensando...

-¿En mis labios?- me interrumpió, formando una pícara sonrisa de medio lado que casi me mata.- ¿En qué pensabas, Shanna?

-Ah.. eh, yo... Yo...- tartamudeé, bajando la mirada a cualquier lugar que no fueran sus ojos o su boca. Decidí ponerla en mis pies, eran más interesantes.

Sentí el cálido tacto de Kiba en mi mandíbula, levantándome la cabeza con suavidad para dejar un tierno beso en mi frente.

-¿Me escucharás ahora?- preguntó, con un tono de voz suave y dulce que me hizo derretirme por dentro. Asentí tímidamente.

-Está noche son los fuegos artificiales de verano. Lo sabes, ¿no?

-¿Es hoy?- confusa y tratando de escapar del hechizo que Kiba Inuzuka le había impuesto a mi alocado corazón, miré hacia el interior de la casa, buscando con la mirada un calendario a pesar de saber que no había ninguno ahí.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora