Capítulo 38

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Nos veremos pronto, ¡Lo prometo! Y siempre cumplo mis promesas.

El sábado por la mañana me costó levantarme, no iba a negarlo.

Aún así, me había puesto el despertador más pronto de la hora a la que debía levantarme, sólo por... si realmente se me pegaban las sábanas.

Me levanté medio dormida y me dirigí al baño, donde me lavé la cara con agua fría para despertar mejor. Desayuné algo rápido, me cepillé los dientes y el pelo y me vestí con mi habitual traje de shinobi. Me puse las gafas antes de salir y me dirigí a la puerta de la aldea, dónde se encontraba Shikamaru bostezando al lado de los de Suna.

Me acerqué sonriente y saludé desde la lejanía mientras me acercaba al pequeño grupo. Todos se giraron a mirarme al oír mi voz. Observé disimuladamente el hecho de que Shikamaru se encontraba al lado de Temari, apoyado en la puerta.

Gaara estaba entre los hermanos, como era costumbre, y Kankuro tenía los brazos cruzados y esa sonrisa de superioridad dibujada en sus labios.

-Vaya, así que al final viniste.- dijo el chico de la cara pintada.- Por un momento pensé que no vendrías.

-¡No es tarde, he llegado pronto! ¡Ni siquiera tenías un poco de fe mí!- fingí llorar cruzando el brazo delante de los ojos, aunque en realidad estaba alegre.

Kankuro masculló algo sobre una Ryu, pero no llegué a escuchar nada.

-No sabía que fueras a venir, Shanna.- habló Shikamaru, y elevé la mirada para verlo.- Si lo hubiera sabido no habría venido.- bostezó aburrido, pero por alguna razón no estaba tan segura de su última afirmación.

-Shikamaru, ¿sólo viniste a despedirlos porque te mandó la Hokage?- pregunté, cerrando un poco los ojos.

-Por supuesto.- aseguró.- ¿Por qué me levantaría un sábado por la mañana si no tengo nada que hacer? Que problemático.

-Entonces, ¿nos estás echando la culpa a nosotros de que hayas tenido que madrugar?- le preguntó Temari, mirándolo con un brillo extraño en los ojos y una sonrisa ladeada.

-¡No quiero decir eso!- respondió el Nara, arrugando un poco el ceño.- Sólo estás dando por hecho cosas que no he dicho.

-No has dicho eso pero realmente lo estás pensando, ¿cierto? Simplemente somos una molestia, algo muy "problemático"- presionó Temari, haciendo comillas con sus dedos.

-No, tampoco he pensado eso.- se defendió Shikamaru, con un tono de voz que denotaba molestia.- Tú sola has llegado a esa conclusión.

-¿Quieres decir que no habrías venido a despedirme si no te hubiera obligado la Hokage?- atacó ella de nuevo.

-¿A dónde quieres llegar con eso?- gritó sobresaltado el moreno, atosigado de repente por la chica rubia.

Pillé en seguida lo que estaba ocurriendo. Sonreí por dentro.

-Eso, Shikamaru. No le estarás echando toda la culpa a Tsunade-sama, ¿no?- puse los brazos en jarras como una madre que regaña a su hijo.

-¿Tú también, Shanna?- se quejó, mirándome ahora a mí.- ¿Acaso os he hecho algo?

Reí mientras Temari suspiraba y apartaba la mirada. Kankuro tenía las cejas alzadas y una sonrisa ladeada en el rostro.

Miré a Gaara, quién tenía sus ojos puestos en mí. Aquello me puso un poco nerviosa, pero sonreí y me acerqué a él.

-Escríbeme alguna vez, ¿si?- pedí, sonriente.- Yo también lo haré.

Gaara asintió ligeramente y se dio la vuelta.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora