Capítulo 46

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Pensamientos. Confianza.

-Gaara... ¿Qué estás pensando?

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El jinchūriki del Ichibi observó en silencio a la pelirroja unos segundos.

Al igual que como fue en el camino hacia el balcón, Shukaku comenzó a hablar con Gaara, dejando a la chica sumida en un profundo silencio mientras el mayor escuchaba al Bijū.

-Entonces, si es cómo tú dices, explícame por qué estaba en ese estado.

Gaara no respondió a su pregunta, lo que le dejó vía libre para seguir hablando al Ichibi.

-¿No tienes explicación, niño? ¿Quieres que te de la mía?

El jinchūriki decidió ignorarlo por el momento y responderle a la chica.

-No estaba pensando...

-¿En nada?- interrumpió ella, algo escéptica.- ¿Puedes no mentirme, por favor?

Gaara la miró pensando que decir.

-En tí.

Al instante, Shanna de sobresaltó y algo de color inundó sus mejillas. No se esperaba esa respuesta, así que la había pillado de improvisto. Repitió sus palabras, tratando de comprenderlas mejor.

-¿En... mi?

-¿Te encuentras mejor?

La de la Hoja, confusa por el rumbo que acababa de tomar la conversación, asintió despacio.

-Sí... Pero, ¿que me pasó? Yo... Empecé a sentirme mal de repente, y no sabía...

-Es por lo que hay en esa habitación...- dijo el pelirrojo, en un tono de voz más bajo.- Sólo tenías que alejarte un poco de allí.

-No se lo contarás todo, ¿cierto?

-...- Sin nada más que argumentar, el chico se quedó callado.

Shanna ladeó la cabeza ante aquella revelación. Entonces, Gaara no había querido llevarla a su cuarto porque estaba cerca de esa habitación, no porque quería estar con ella... Se sintió un poco mal al saber eso.

-¿Qué hay... detrás de esa puerta?

Los tres sabían que esa era una pregunta peligrosa que podía traer problemas, pero la curiosidad de la chica la venció. Necesitaba saber qué había en ese cuarto, una necesidad tan grande que casi parecía ajena y que se desbordaba fuera de su cuerpo.

Gaara no pudo decir nada. No podía decirle la verdad, y Shukaku no se lo permitiría. Así que se quedó en silencio, haciendo que Shanna supiera al instante que Gaara no podía decírselo.

-Gaara...- murmuró ella.- Tú...- pensó un momento las palabras ante decir nada.- No soy tu enemiga.- dijo al final, casi hablando consigo misma.- Nunca quise haceros daño a tí, a tus hermanos o a tu aldea...

-¿A dónde quieres llegar?- preguntó el pelirrojo algo confuso.

Shanna no sabía cómo seguir. No quería preguntarle directamente si le había hecho algo, y realmente quería creer que ese momento de debilidad
se había dado por lo que había en esa habitación. Pero no sabía cómo confirmarlo, y se repetía a sí misma que ser precavida no estaba de más.

-¿Me harías daño?

Elevó la mirada del suelo para verlo, y el rostro del de Suna estaba algo sorprendido.

-¿Yo? ¿Por qué iba a hacerte daño?- preguntó con su usual tono de voz, algo menos frío que de costumbre. Shanna suspiró y sintió algo de alivio recorrer su cuerpo.

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora