Capítulo 74

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Sello

-Das lástima.

El rostro de Shanna no parecía suyo. Tenía una gran sonrisa de medio lado, irónica y sorprendida, y sus ojos brillaban como si fueran de fuego. Sus cejas alzadas como si acabara de llegar a una gran revelación le daban un aire de locura. 

-Estoy harta, harta de soportar a monstruos como tú que pisotean a todos los que encuentran por debajo de ellos para sentirse mejor consigo mismos. He soportado suficiente. 

-Shanna, para.- intervino Kaida, tirando del hombro de la pelirroja hacia atrás. La obligó a retroceder un par de pasos y la miró de frente. El rostro de la menor estaba crispado de la rabia.- No queremos causar problemas. 

-Está loca.- rió nerviosamente el chico, retrocediendo un paso. El extraño chakra amarillento que Shanna emanaba pareció hacerse más intenso.- Otra monstruito de la Hoja. Más os vale controlarla o quizá no pueda controlarme cuando le cuente lo ocurrido al líder.- dijo, con un tono autosuficiente y repulsivo.  

Los puños de Shanna se cerraron con tanta fuerza que se pusieron blancos. Sin querer, clavó sus uñas en las palmas de sus manos, haciendo heridas en ellas de las que ella ni siquiera era consciente. Avanzó un paso hacia el contrario, haciendo que Kaida afirmase su agarre. 

-Shanna, no.- avisó amenazante la mayor, pidiendo ayuda con una rápida mirada hacia sus compañeros. Ibi también caminó hacia delante y tomó la mano de Shanna, viendo una pequeña línea de sangre escapar del interior de su puño. 

-No lo toleraré más.- gruñó por debajo la de ojos rojos, vibrando, con la mandíbula apretada y los ojos bien abiertos.- Nunca más. A pesar... de todo... La basura siempre seguirá siendo basura.

-T-tranquila, Shanna, estoy bien...- dijo Ryu, poniéndose frente a ella y tratando de calmarla. Sin embargo, parecía que la pelirroja no la miraba, sino que tenía su mirada fija con odio en el chico. Este parecía algo asustado con el aspecto de la contraria, con su cabello rojo encrespado y sus ojos llameando de la ira.- No te rebajes a su nivel...

-Esa basura... merece morir.- concluyó ella, seria, con un tono de voz despreocupado. Estaba a punto de atacar, pero Gaara levantó un gran muro de arena entre la chica y el shinobi de Suna. Le lanzó una mirada cristalina al chico, con un rostro impasible.

-Vete.- ordenó, antes de que el contrario parpadeara unas veces, chasqueara la lengua, y se fuera murmurando y maldiciendo. 

-Shanna, haz el favor de relajarte.- pidió Temari, tomándola de un brazo y obligándola a caminar hacia atrás, por el camino del que venían.

-No queremos empezar ninguna enemistad entre ambas aldeas, así que despéjate de una vez y deja de hacer el tonto.- riñó Kaida, con el ceño fruncido, observándola y siguiéndola desde atrás. 

A pesar de que el aura de chakra amarillo desapareció de su alrededor, los ojos de Shanna seguían siendo como rubíes, seguían ardiendo incansablemente; y su mandíbula y puños seguían apretados. 

Ella no volvió a decir nada ni a levantar la mirada a los ojos de ninguno de sus compañeros, ni siquiera a Gaara, cuya mirada sobre ella era tan potente y silenciosa que la sentía sobre ella como un gran peso. Decidieron que sería mejor regresar a las habitaciones, aunque los demás se reunirían tras dejar a Shanna y a Ōkami en la habitación de la pelirroja, quien fue algo amenazada por Kaida para que no dejase su cuarto y que se tranquilizase. 

Ella estaba allí sentada con las piernas cruzadas cobre su futón, y las manos aferrándose a sus rodillas con fuerza. Ōkami yacía inconsciente junto a ella, dejado delicadamente en el futón por Ibi. Shanna se mantenía muy quieta en su sitio, seria, con su rostro ahora relajado a pesar de que sus ojos siguieran teniendo el mismo color que la sangre. 

Genjutsu  (Kiba Inuzuka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora