Capitulo 11

85 7 0
                                    


Aila: No lo voy ha cargar.

La muchacha aún algo adormilada iba delante estos últimos meses han sido un descubrimiento, ya no es ninguna niña se ha convertido en toda una mujer, ha visto cosas y echó cosas que nadie se imaginaria.

Llegaron a la playa donde viven salió corriendo por la arena desea abrazar a su madre y saborear de nuevo su comida, el ambiente se noto tenso. Miro por la zona la mujer no está se empezó a agobiar pero al notar las manos de su padre sobre sus hombros se relajo un poco.

Helga: Ven, deja sobre la mesa...

La mujer y su mejor amiga que llevaban en brazos ramas, pero al volver ha reencontrarse los cuatros se alegraron de volver a verse, la pareja se acercaron y se vinieron en un beso, y las dos amigas se abrazaron por un largo tiempo.

Helga: Gracias a los dioses que os han traído sanos y salvos.

Ailana: Nada puede con padre y mucho menos conmigo.

Helga: Qué orgullosa estoy.

- Extareis exahustos venir a sentaros, ahora os daremos de comer y beber.

Floki fue el primero en sentarse que se quitó su casco, guantes y el chaleco manchada de sangre dejando ver a un hombre abatido su esposa fue a dejar la bebida y lo examino detenidamente.

Ailana: Gracias.

Le dijo a su amiga que le acaba de servir en su cuerno le dio un gran trago ya que viene canina.

- ¿ El mapa de Bjorm os ha llevado a ver el mar mediterraneo?

Ailana: Hemos visto más que eso.

- ¿ Me lo contaras?.

Ailana: Mañana te lo contare todo amiga.

Empezaron ha comer sin parar ya que están hambrientos, no paran de beber y comer pero también hablan entre ellos, disfrutando de una bonita noche, aunque a partir de mañana todo cambiara.



Abrí poco a poco los ojos, tarde unos segundos en darme cuenta de que estoy con mis segundos padres me frote los ojos mientras al mismo tiempo bostezo me bajo de la hamaca aún están durmiendo. Me estiro mientras miro " la casa"; mi estomago me empezó a sonar lo que me hizo sonrojarme un montón.

No queda nada de comida así que cogí mi arco y las flechas, me metí en el interior del bosque mi estomago sigue sonando, me escondí detrás de unos arbustos esperando. Hasta que vi un conejo es la presa perfecta, ya te tengo.

Justo cuando iba a lanzarla alguien más concretamente la flecha de " alguien" atreveso los ojos del animal, me quede sin ninguna expresión pero al ver quien la había lanzado puse los ojos en blanco y salí de mi escondite.

- No solo pides a " terceras personas" que te ayuden para librarte de mí, si no que también me quitas la comida.

Ivar: Ha que lo querías, no me había dado cuenta.

Lo que me faltaba que se burle de mí baje el arco y guarde nuevamente la flecha, le di la espalda y continuó la búsqueda de comida mientras el tullido la observa detenidamente como se aleja de su lado.




Bjorm: Supongo que me perdí el desayuno.

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora