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                                                                                      Lagertha

Torvi- ¿Querías verme, Lagertha?.

La chica acaba de entrar en el cuarto de la reina y también su ex suegra, que está acariciando a su ave, mientras bebe vino. Al verla se le ilumino la cara y la ofreció que se sentara y en una copa le sirvió vino.

Torvi- Gracias.

-Lo mío es tuyo.

La chica mira la copa que sujete entre sus manos y que está llena de vino, pero enseguida vuelve a mirarla.

-Ya queda menos y estoy haciendo el equipaje, por cierto ¿Bjorm...

Torvi-Ya no estamos juntos, él ya no me ama al menos no del mismo modo que yo a él.

De pronto se hizo en la habitación el silencio, pero no duro mucho ya que dos mujeres ( guardaespaldas míos); irrumpen en la sala, una de ellas se acerco a Lagertha y le susurro algo en uno de sus oídos. Torvi no dejo de mirar la escena y intento escuchar lo que decían pero fue una total perdida de tiempo.

-Bien, ahora voy.

La chica dejo la copa encima de la mesa, veo como las dos mujeres se marchan dejándonos solos y me disculpo con ella por interrumpir nuestra conversación.





                                                                                        Ivar

Termino de ponerme las protesis de las piernas, hoy es el gran día por fin después de tanto tiempo ha llegado mi venganza y no pienso desaprovecharla; con cuidado me levanté de la cama con mi bastón, me muevo a duras penas, pero lo hice. Al llegar a las mazmorras donde se encuentran las celdas, no me hizo falta decir nada para que él soldado abriese la puerta.

-Bonito día para navegar.

Cojo un taburete y me dejo caer en ella, deje a mi lado el bastón vi que ya le han dado la comida y el agua pero no lo ha tocado, vuelvo a mirarle con una sonrisa.

-Debes estar contento, vas a matar a muchos "impuros".

Sacerdote-No he dejado de rezar para que no muera y pueda regresar a mi hogar.

-Yo también quiero lo mismo y lo lograremos.

Sacerdote-¿ Porqué estás tan seguro?.

-Personalmente aré que se cumpla.

De nuevo sonrió, él ya tiene en su cabeza todo el plan montado para el combate, está todo bien calculado, llamo al guardia, él cuál le quita el plato y vaso.

-Se te acabo el tiempo.

De nuevo cojo mi bastón le miro por última vez y salgo de la celda.

-Llevarle al barco y encerrarle.

Con ayuda de mi bastón me encamino al pequeño establo, veo a los caballos comiendo y los están preparando para el gran día.



Astrid-No tienes buen aspecto, ¿segura que no quieres comer?.

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora