38

13 2 0
                                    


                                                                               Wissex


𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-¿Lagertha?.

Al escuchar su voz dejo de mirar aquellas margaritas, sigo en cuchillas viendo como se pone a mi lado.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-¿Todo bien?.

-Solo miraba las flores.

Me pone un mechón de mi cabello rubio detrás de mi oreja derecha, nos levantamos y decidimos dar un paseo por el jardín real. Debemos andar con mucho cuidado, ya que el castillo tiene muchos ojos y nadie puede saber por su religión que estamos juntos o no se que nos llegaran a hacer.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-¿Seguro que estás bien?.

-Sí.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-¿Seguro?.

-¿Bautizaras a Ubbe?.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Si él quiere si.

-Aunque no lo quiera debe hacerlo.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-No le podemos obligar.

Asiento mientras camino a su lado, me rasco el cabello sutilmente mientras le sigo escuchando.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Mañana vendrá con él rey.

-Lo se.

De la nada veo a alguien salir corriendo, lo que me puso alerta y acelero para ver quién es. Pero me coge del brazo derecho impidiendo ir a ver quién es, tengo que ver si es enemigo o amigo.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Entra al castillo.

-Entra tú, yo voy a ver quién es.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Lagertha.

No le hago ni caso y voy a ver quien es, ya que igual es alguien malo o intruso. Los dos nos dirigimos hasta el final del jardín y nos encontramos a la futura reina de Wissex líandose con...¿mi hijo Bjorm?.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Pobre rey.

-Nunca se debe de enterar.

𝗘𝗱𝗺𝗼𝗻𝗱-Será lo mejor.







                                                                           𝓤𝓫𝓫𝓮

No dejo de moverme en mi cama y no consigo dormir, intento cerrar los ojos y contar abejas. Pero ya he contado como cuarenta abejas y nada de nada, no dejo de dar vueltas a lo del bautizo. Padre se bautizo, a día de hoy no se porque lo hizo, pero igual lo hizo por un bien común, igual que lo are yo.

-Padre, ¿que debo hacer?.

Esto es una tontería absoluta la verdad, me incorporo en la cama, miro el cuarto que me han asignado, es enorme demasiado para mi solo. Salgo de la cama, caminando hasta la silla donde deje mis ropajes, me empiezo a vestir voy a entrenar.

Salgo de mis aposentos con mis cosas, voy a ir al campo de entrenamiento para pensar en lo de bautizarme o no.

Intento concentrarme en como era padre, se que no hace una barbaridad de tiempo que está con Odin y los demás bebiendo y comiendo. Suspiro ya que no se porqué me está costando recordarle, es como si mi mente estuviera olvidándolo a propósito y desconozco cual es el motivo.

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora