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La pareja se acaba despertando después de una larga noche, primero se despertó ella que le dolía un poco la cabeza, se sienta en la cama y se pone sus manos en la frente ya que se empezaba a encontrar fatal.

Hvithserk- Te dije que no tomaras tanto.

Estaba tan molesta con su comentario que le golpea en uno de sus hombros y vuelve a ponerse las manos en su frente con muchas molestias.

-No hables.

Él chico se levanta de la cama se iba a comenzar a vestir, pero me quito las manos y camino a gatas hacia él, le obligo a que se vuelva a meter en la cama y me abrazo a él muy fuerte.

-¿Qué crees que va a ocurrir?.

Hvithserk- No tengo respuesta a ello.




                                                                                   Ivar

Cojo aire y lo vuelvo a soltar sin dejar de mirar al horizonte, llevamos una mala racha estoy muy cabreado pero para que sepan de lo que hablo ahora les contaré.

"

Todo anda ya preparado para comenzar nuestro gran duelo, no dejo de buscarla con la mirada pero solo vi a Bjorm y Ubbe entre sus demás hombres y mujeres.

Hvithserk- Ivar, ¿en que estás pensando?.

No preste atención a lo que me dijo, solo sigo buscándola necesito ver que está ahí, cerré los puños de pura rabia al no encontrarla.

Pero de pronto como si los dioses me hubieran escuchado de la nada apareció junto a su único hijo y detrás de ella vi a sus "guardaespaldas".

Pongo los ojos en blanco, este momento va a ser genial, sentí como mi hermano puso sobre mi hombro derecho su mano haciendo que volviera a la realidad.

Helena- Este no es momento de soñar despierta.

Detesto que me griten en las orejas me hice para un lado y me fijo en Helena, debo vigilarla ya que Lagertha es... solo MÍA.

-Ya saben lo que deben hacer.

Harald- Llévate.

Astrid- No, yo debo.

Harald- NO... tú debes irte con ella, piensa en el bebe.

Helena- ¿Conmigo?.

Doy la orden y entre dos de mis hombres que irán con ellas las montan a las dos en mi carro, así las dos estarán bien vigiladas y la cristiana se mantendrá al margen de Lagertha.

-Con ellos estaréis a salvo.

Cuándo las dos están montadas en el carro doy una palmada en el culo del caballo que sale escopetado, detrás de ellas van algunos de mis hombres para protegerlas y sobre todo vigilarla.


                                                                         Helena

Llegamos hasta la colina más alta del bosque, quise saltar del carro pero es imposible hacerlo, ya que detrás y a cada lado están sus hombres; cuándo llegamos a la colina la primera en bajar del carro fue Astrid yo me quede mirando los dos ejércitos que poco a poco se van acercando, suspiro mirando.

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora