Capitulo 18

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Estoy muy decepcionada conmigo misma, no me extraña que no me quisiera en la batalla debería haberme quedado en Kattegat; aún es de noche en una pequeña bolsa guarde mis cosas, me cambie de ropa y me díriji a los barcos sin darme cuenta de que cierto vikingo me observa en silencio.

Deje mi bolsa en el suelo de ella saque un pequeño cuchillo me vi reflejado en el y de nuevo llore como una estúpida que es lo que soy, tire el cuchillo y me empecé a dar golpes por todo el cuerpo, hasta que cierto vikingo me detuvo pero no le contuve la mirada.

IV-La cagas una vez y ya te rindes.

Cogió mi cara muy fuerte intente apartar la vista pero evidentemente no me lo permitió, se acerco hasta que nuestras narices se tocan nunca antes lo había tenido tan cerca... me gusta, pero sigo sin alterarme me miro las muñecas y todo mi cuerpo sin decir palabra alguna lo que no me gusta para nada.

IV-Levanta.

¿Qué levanté?,¿acaso me va a golpear?... vi como se aleja de mí, de nuevo mi curiosidad me llamó, me levanté no tarde en ponerme a su lado; nos adentramos en el bosque donde también están algunas armas, cabezas de animales y dianas fabricadas con madera y tela.

IV-Se que no es como el de Kattegat, pero para ti está bien.

-¿Has echó todo esto tú solo?.

IV-Floki me ayudó.

En tal poco tiempo todo lo que han echo y solo para que practique, es asombroso intente no llorar de emoción.

IV-¿Todo bien?.

-No se... que decir, estoy perpleja todo esto lo habéis echo....

IV-No te confundas lo hicimos para usarlo todos.

-Siempre tan considerado.

Se echó a reír mirándome saco una espada, me la arrojo la cogí y me ataco primero, pero devolví el ataque, se maneja maravillosamente a decir verdad pero puse todo mi esfuerzo y le devolví sus ataques lo que le gusto lo vi en sus ojos azules.

-¿De qué te ríes?.

Me empujo y me rasgo mis pantalones no me sangro lo cuál me dejo sorprendida, vi su espada sobre mí como aquella vez; pero saque mis dos hachas detuve su espada y la lance lejos, con la otra hacha se la puse en su cuello sonriendo.

-Muerto.

Baje el hacha sigo mirando sus azules ojos mientras guardo mis hachas, iba a probar mi puntería con mi arco y flechas, pero sentí algo en mis piernas antes de que pudiera darme cuenta me tiro al suelo y se puso encima mía sujetando mis muñecas.

-Eso es trampa.

IV-Nunca hay que dar la espalda a un enemigo.

-Eres un tramposo.

IV-No soy ningún tramposo.

-Sí lo eres.

Intenté que me soltará pero cuánto más me muevo más me apreta, entonces hice algo que ni yo misma me esperaba, acerque mi boca a la suya hasta que por fin lo besé. Ese momento no lo podré olvidar y tampoco tengo palabras para describirlo.

Cuándo nos separamos por falta de aire se aparto enseguida, mire hacia otro lado algo sonrojada por mi atrevimiento aún no me lo creo. Él se puso a entrenar como si aquel beso no hubiera ocurrido y eso me hizo sentir lo peor del mundo.

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora