Capítulo 22

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Por la radio del auto de Gastón se reproducía el tema "Bésame" de la banda mexicana de pop llamada Camila, lo cual era muy correlativo a lo que acababa de suceder hacía unos diez minutos

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Por la radio del auto de Gastón se reproducía el tema "Bésame" de la banda mexicana de pop llamada Camila, lo cual era muy correlativo a lo que acababa de suceder hacía unos diez minutos.

Me giré hacia la ventanilla del automóvil y me permití sonreír mientras escuchaba la empalagosa letra de la canción. La culpa no se removía tan fácil, pero el recuerdo del momento en el que Sebastián me acorraló contra la pared de la vivienda que se encontraba junto al gimnasio y me besó "sin piedad, en silencio, sin razón, porque quiere el corazón", como detallaba justamente el tema musical de Camila, tampoco se borraba tan rápido. Me era inevitable pensar en aquellos minutos que compartimos, donde nuestros corazones parecían estallar junto a los sentimientos que renacieron mientras nuestros labios se fusionaban en un beso apasionante.

Antes de que empezara por segunda vez el estribillo de la canción, Gastón apagó la radio sin emitir palabra y siguió circulando por la calle que conducía hasta mi casa.

—No intentes disimular, el reflejo de la ventana te delata—dijo Gastón con amargura, ajustando sus manos alrededor del forro negro del volante del auto.

—Perdón—susurré con incomodidad, enderezándome en el asiento.

—¿Perdón por qué?

—Por todo.

—¿Podés ser más específica? —insistió, estacionando a un lado de la carretera.

—¿Te estás aprovechando? —me giré a mirarlo.

—Sí—se sinceró, girando el torso hacia mí para centrarse en mis ojos.

—Entiendo que estés enojado, no tenía idea que...

—Por supuesto que estoy enojado—habló sobre mis palabras, acelerado—, ¿cómo me tengo que sentir después de ver a mi novia besándose con su ex? Me decepcionaste, Nadia, no sabía que eras así.

—No lo soy—respondí inmediatamente, a pesar de que dudaba de mis palabras. Siempre cometía el mismo error: besaba a Sebastián y defraudaba a alguien. Primero fue a Gala y ahora lo estaba haciendo con Gastón—. Digo—quise corregirme, con el objetivo de ser un poco más sincera conmigo misma y con el chico que había traicionado injustamente—, siempre cometo la equivocación de ocultarle a las personas lo que siento y lo que pienso, lamentablemente pasó otra vez, y me duele que por culpa de eso tenga que afectar a quienes prefería no lastimar.

—¿Y qué es lo que sentís y pensás? —me preguntó en un tono más suave.

—No te amo Gastón, no como a un novio—confesé sin titubeos—. Hoy te llamé porque necesitaba decirte esto, y no quiero vivir el resto de mi vida junto a vos haciéndote creer que sos el hombre que amo cuando, en realidad, no es así. Sos una persona maravillosa, y me ayudaste muchísimo, pero no estoy enamorada de vos, y te juro que lo intenté, pero...

Sin Rencor | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora