Total... ¿Quién necesita dos brazos?

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Yangyang no sabía como había terminado con Jeno sentado sobre él.
Tampoco sabía porque su amigo estaba congelado en su pecho, con el rostro completamente sonrojado.
Y definitivamente no sabía porque su brazo dolía como el infierno.

Los gritos de Chenle y Renjun se escuchaban a los lejos. Xiaojun y Hendery que estaban parados en shock con los ojos muy abiertos viendo a Yangyang y Jeno en el suelo, empezaron a moverse al escuchar los gritos de Hansol llegando hacia ellos.
Hansol levantó en sus brazos a Yangyang, ese fue el momento en el que él sintió el dolor punzante aumentando en su brazo.

- Duele... Hansol, duele mucho... - el sudor caía por la ahora pálida frente de Yangyang. Cerró sus ojos con fuerza. Sentía que el brazo se le estaba cayendo en pedazos, volteo a ver su brazo izquierdo, mierda, efectivamente su brazo se estaba cayendo en pedazos. Sus ojos comenzaron a cristalizarse. Jeno le pedía disculpas casi cada segundo mientras se esforzaba por controlar sus lágrimas.

- Yang, mirame, ya iremos al hospital ¿Está bien? Mirame.... - Hansol caminaba rápidamente hacía la van de SiCheng, quien afortunadamente había llegado, todos los chicos estaban ya adentro sentados explicándole a SiCheng lo ocurrido.

- Sube cielo, llegaremos rápido, y verás a tus padres. - SiCheng cerraba la puerta rápidamente, encendiendo el auto mientras pisaba el acelerador a fondo. - Hansol, llama a Haechan o Jaehyun, están en turno ahorita. -

Las llamadas no eran contestadas, la ansiedad de Hansol iba en aumento mientras un adolorido Yangyang empezaba a caer inconsciente.

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- ¿Aló? Hijo ¿Qué ocurrió? No llores cariño, habla despacio. - Taeil se levantó de su escritorio, dejando todo atrás, las llaves del auto eran suficientes. - ¿Qué? ¿Yangyang? ¿Qué hospital? ¿Ya llamaste a tu padre? Lo llamaré. Llego en 10 minutos, mierda, no, 5 minutos... tranquilo, no fue tu culpa, ya llegaré contigo... - el corazón de Taeil latía a toda velocidad, pero no era momento de llorar, aún no, tenía que darle fuerza a Hansol, fuerza que alcanzara hasta que él llegara y pudiera abrazarlo - Los amo a los dos, no fue tu culpa, nadie sabía que esto iba a pasar, todo estará bien cariño, ya voy enseguida. - la llamada se colgó y las lágrimas empezaron a caer, escuchar a sus bebés llorar siempre le partía el corazón, tenía que correr, no podía dejar que sus hijos se sintieran mucho tiempo así. Solos. Culpables. Tristes.

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Haechan estaba recogiendo su mochila, al fin, su turno había terminado, podía volver a casa con su familia.

- Hae, se que ya saliste pero... - Irene entro de repente en la sala de descanso.

- No Irene, estoy cansado, ya quiero ver a mis bebés... - una sonrisa logró salir en su rostro.

- De eso venía a hablarte, verás, debemos regresar la clavícula dislocada de Yangyang para poder enyesar su brazo, pero no para de gritarnos en alemán y lanzarnos patadas y golpes de kung-fu... quiere que llegues, que lo hagas tu. -

El color se fue del rostro de Haechan. - ¿Cómo que Yangyang? No, él debe estar ya en casa. - sacó su teléfono encontrado las 15 llamadas perdidas de Taeil y las más de 30 de Hansol. Su teléfono estaba en vibrador. - Oh mierda, si es Yangyang.

- Claro que lo es, creeme que no conozco a otro chico que pueda insultar en coreano, alemán e inglés al mismo tiempo, aunque, estoy casi segura que lo escuche maldecir en chino cuando intentaron regresar su clavícula la primera vez. -

Haechan salió corriendo a emergencias, incluso antes de abrir las puertas sabía que era Yangyang, estaba gritando en alemán de nuevo.

Lo que vio no tenía nombre, Yangyang estaba parado sobre la camilla, en lo que se podría llamar una posición de ataque (Si, definitivamente estaba pasando mucho tiempo con Renjun y Chenle) Taeil y Hansol intentaban calmarlo mientras alejaban a los otros enfermeros. Yang le decía a Taeil que solo quería a su padre, no confiaría en nadie más. No pudo evitarlo, comenzó a reír. No sabía si las lágrimas eran de risa o de tristeza, solo quería llegar y abrazar a su bebé.

Todos voltearon a ver de donde provenía la risa, encontrando a Haechan en la entrada, Hansol llego corriendo a pedir perdón, no había podido proteger a su hermano.

Hae tomó el rostro de Hansol en sus manos y besó su frente. - Eres un maravilloso hermano mayor, todo está bien cielo. - Hansol abrazó a su padre, llenándose de paz.

Hae caminó hacía Taeil y tomó su mano para apretarla un momento antes de acercarse a un ya algo calmado Yangyang.

- Yang, estoy seguro de que escucharé la historia luego, pero primero... tenemos que cortarte el brazo. - Hae le tomaba la mano a su hijo con cara de preocupación.

- ¿¡QUÉ!? - Si era posible que Yangyang estuviera más pálido, lo había logrado.

- No es cierto cielo, además a este punto ya te encariñaste con él, pero, debemos regresarlo a su lugar para poder enyesar lo demás, se que debería decirte que no dolerá y bla bla bla, pero en ésta familia no mentimos cariño, dolerá, dolerá mucho, pero solo será un momento. ¿Confías en mi? - Hae apretaba la mano de Yangyang mientras trazaba círculos en sus nudillos.

- Sí, conf... AHHHHHHHHHHHHHH - el plan de Haechan había funcionado, agarrar a Yangyang con la guardia baja para que no estuviera tenso o a la defensiva. Él aún estaba shokeado por el dolor y su padre ya estaba empezando a vendar y enyesar su brazo. Demonios, no le había dado ni tiempo de llorar.

- Muy bien. - el doctor al fin se animaba a acercarse de nuevo mientras se protegía el pecho. - Toma esto para dolor chico y regresa en un mes, para quitarte el yeso. -

- Gracias Chanyeol, perdón por el golpe, él solo estaba algo asustado. - Hae agarraba la receta, mientras Yangyang se bajaba de la camilla.

El doctor dio un paso atrás cuando el chico estuvo completamente erguido. - Claro, claro... lo que sea por el pequeño de Hae, ahora llevátelo, ¿Cómo rayos sabe tantos idiomas? No se ni que dijo y me sentí idiota en cuatro idiomas diferentes... - el Doctor Park les dio la espalda para revisar otros pacientes, mientras Yangyang sonreía maliciosamente.

Ya en casa, después de cenar...

- Bien. - Hae terminaba de recoger la mesa con Taeil. Hansol y Yangyang se veían el uno al otro con pánico.

- Queremos saber... - Taeil agarraba la mano de Haechan sobre la mesa.

Voltearon a ver a sus hijos al mismo tiempo, diciendo en una sincronía perfecta. - ¿Qué carajos pasó? -

TODO QUEDA EN FAMILIA | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora