Pacto con el Diablo.

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Hansol odiaba y amaba ser él algunas veces.

Había sido criado de una manera dulce y afectuosa, no solo por padres maravillosos sino con tíos postizos atentos y primos que lo veían como un ejemplo a seguir, debido a esto, su comportamiento y actitud siempre eran las correctas, era el ejemplo de un Hyung Perfecto —la mayoría de veces— y aunque fuera un poco agotador no va a negar que tenia sus beneficios.

Como el hecho de caerle bien a los adultos.

Días atrás había tenido una cita más formal con Woochul e incluso había conocido a sus padres que ahora formaban parte del Club "Amamos a Hansol" habían insistido en que se quedara a cenar con ellos y él con gusto accedió, había ayudando a la señora Shin a cocinar e incluso había conversado con el señor sobre política con soltura.

Estaban encantados con él, lo cual agradecía porque él también estaba encantado con su hijo... Woochul lo veía con un brillo en los ojos cada vez que hacía reír a alguien en la mesa y ¡oh Dios! amo la forma en la que sus mejillas se sonrojaron de manera adorable cuando le pidió permiso a sus padres de que le acompañara a una fiesta de Halloween con su familia, no fue idea suya, claro está había sido un plan malévolo de su padre, pero aunque él quería fingir que era mala idea en realidad quería tenerlo ahí, de alguna manera el cuadraba en la locura de su familia.

Los padres habían aceptado sin dudar sin saber que su hijo estaría con una secta de lunáticos.
Literalmente.

—Sol, ¿es esto legal? —preguntó Woochul, mientras el nombrado acomodaba su túnica negra con detalles dorados.

—Solo vamos a preparar malvaviscos en una fogata. —exclamó extendiéndole al menor su propia túnica—. Es mhmm ¿una tradición?

—¿Una fogata con malvaviscos disfrazados de lo que parecen ser miembros de una secta? —soltó, colocando la pesada capa negra sobre sus hombros y cerrando los botones—. Me huele a cárcel.

—Primero, tenemos un buen abogado. —Hansol se encogió de hombros, colocando un gorro de lana en la cabeza de Woochul, el frío afuera no era una broma—. Segundo, los vecinos ya saben que solo contamos historias, comemos y jugamos un rato en el parque, no tienes de qué preocuparte.

Eso pareció calmar el menor, que tenía las mejillas sonrojadas al sentir las manos de Hansol en su cabello, alisó un poco su túnica antes de poner atención en los detalles bordados sobre la tela, ¿él había dejado a alguien sin túnica o había sido hecha especialmente para él? Sus dedos pasaron por la letra M bordada en el pecho pero Hansol le quitó la pregunta de la boca.

—¿Te gusta? Pensamos en bordar una S, por tu apellido, pero ya que eres nuestro invitado papá dijo que deberías tener la M de Moon... —murmuró Hansol un poco avergonzado, intentado inútilmente de ocultar su sonrisa.

—¿Soy parte del Clan Moon? Me gusta. —asintió, sonriendo hacia él y elevando el pecho con orgullo—. El traje es perfecto.

—Bien, entonces vamos con todos.

Tomó sus llaves y le abrió la puerta al menor para salir y empezar a caminar por la acera hacia el parque donde su familia esperaba, la luna brillaba de una manera encantadora, alumbrando las suaves y tiernas expresiones de Woochul en su conversación.

Cuando llegaron la fogata ya estaba iniciada, la mayoría llevaban sus sombreros puntiagudos pero algunos friolentos como Renjun y Mark habían cambiado por un gorro de lana como Woochul, Lían había sido la única normal que parecía estar disfrazada de una manzana verde ¿o era un kiwi? Todos los habían recibido con gritos y bailes improvisados extremadamente ridículos hasta para ellos.

TODO QUEDA EN FAMILIA | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora