ERES MI TODO [Sin Editar]

Capítulo 1

Tu príncipe no tan azul

Mi día comienza normal, me levanto, desayuno, tomo una ducha y voy a la escuela Woldster.

- Ya me voy mamá- dije abriendo la puerta.

- ¡Que tengas un buen día!- gritó desde la cocina.

Cerré la puerta tras de mi esperé unos cuantos minutos el autobús- Lo siento, ya debes tener una idea de quién nos atrasó- habló William, el chofer.

- No te preocupes, creo que ninguna persona en éste autobús está desesperado por llegar a la escuela.

Él rió y esperó a que tomara asiento para continuar su trayecto hacia Woldster. Estaba sentada junto a Jaen, una chica que conozco de hace poco, ella es una estudiante nueva, y comienza a caerme realmente bien.

- ¿Sabes? Nunca me has dicho si te gusta alguien- preguntó ella.

Tenía razón...

- En realidad, ahora mismo... Nadie- me encogí de hombros.

- No te creo- dice admirada-. Yo llevo un par de semanas aquí y ya me enamoré- contó estallando a carcajadas.

- ¿A si, de quién?- pregunté cuando acabamos de reír.

- Bueno, no sé como se llama.

Frunci el ceño.

- ¿Dijiste que estás enamorada?.

- Si, eso dije.

- Pero no sabes su nombre- afirmé llena de confusión.

- Así es.

- Debes estar loca- dije riendo.

- Oye... Quizás tu lo conozcas- dijo nerviosa.

El bus se estacionó interrumpiendo nuestra conversación.

- Debo ir a mi clase, voy tarde- dijo ella sacudiendo su mano en despedida.

Abrí la boca para decir "nos vemos" pero ella ya se había ido. Esa chica siempre hace lo mismo.

Suspire y comencé a caminar a mi clase, también voy tarde. Espero que la señora Holen pueda entenderlo y no me baje unos cuantos puntos en mi nota.

Mientras caminaba intentaba encontrar esa tarea que habían dejado para ésta clase. Soy puntual con mis tareas y tengo buenas notas, soy esa estudiante a la que le lanzan basura por gritar "¡dejaste tarea!", lose, soy una insensible.

- Buenos días señorita- saludó mirándome a través de sus amarillentos anteojos.

- Hola señora Holen, disculpe la tardía- dije entregándole mi tarea.

- Oh es verdad- dijo mirándola- ¿quien mas trajo su tarea?.

- ¡No!- gritaron todos a la vez. Otros maldecían por lo bajo, mientras que otros insensibles como yo abrían alegremente su bolso.

Tomé asiento reteniendo mis ganas de reír, miré a mis compañeros y algunos estaban desesperados.

- Vaya vaya, la señorita duende volvió a hacer de las suyas- susurró un chico a mis espaldas.

No debo voltear para saber de quien proviene la voz.

- Sí- respondí encogiéndome de hombros.

- Más te vale que ésta vez amenacé a un nerd para que hiciera mi tarea, de otro modo estarías muerta.

Me volteé con el ceño fruncido.

- ¿Que pasa contigo Jack? Creí que habías dejado de ser menos inútil, pero parece que sigues siendo el mismo chico de cristal- dije molesta.