Un chico desconocido
¿Porque acepté a venir a ésta fiesta? Algo me dice que no pasará nada bueno aquí.
- ¿No crees que es genial?- gritó Jaen a mi lado debido a la música.
Negué con mi cabeza haciendo una mueca. En verdad no me gusta ni un poco.
- ¡No seas aburrida, vamos a bailar un poco!- dijo jalando mi brazo.
- No quiero ya dejame.
Ella me miró con sus ojos entrecerrados y yo agache mi cabeza avergonzada.
- ¿No sabes bailar cierto?- dijo en un tono diferente, parecía estar triste por ello.
Bien, sé que un joven debería saber bailar al menos su cabeza, pero tampoco hay que ponernos sentimentales por ello.
- No- respondí.
Ésta es la principal razón por la que no me agradan las fiestas, no sé bailar.
Ella de repente sonrió y tomó mi mano suavemente- yo te enseño.
Pareció hablar enserio, quería enseñarme a bailar así que no pude negarme.
Fuimos hasta donde estaban todos bailando y ella comenzó a moverse. Yo sólo la miraba e intentaba hacer lo mismo que ella.
- Soy pésima en esto- le dije rendida.
- ¡Vamos sólo mueve tus caderas, brinca o sacude tu cabeza!- dijo ella haciendo las cosas que dijo- ¡esto es electrónica cariño!- gritó emocionada.
Sonreí al verla bailar de manera alocada. Comencé a escuchar el ritmo de la música y a mover mi cuerpo lentamente. Poco a poco tomaba mas confianza, dejaba de sentir que todos me miraban.
Miré a mi alrededor y todos bailaban sin mirarse entre sí, y eso me tranquilizó.
Al pasar el rato, sin darme cuenta, estaba bailando. Jaen me miró y sonrió.
Finalizó la canción y fuimos por unos refrescos.
- Vaya, eso fue genial- dije alegre.
- Me alegra haberte ayudado a ser una joven normal- dijo golpeando levemente mi hombro.
Sonreí y ella hizo lo mismo.
- Dame un par de refrescos- pidió Jaen.
El hombre le entregó unos vasos con un líquido amarillento.
- ¿Esto tiene alcohol?- le pregunté mirando el contenido del vaso con desconfianza.
- No lo creo- dijo tomando un poco- él no lo agrega si tu no se lo pides.
- ¿Entonces esto que es?.
- No lose, me sabe un poco a limonada.
Decidí no beber, no tomaría de algo que desconozco. Además ya fue demasiado al venir a una fiesta donde probablemente haya alcohol.
Ella bebió todo lo que había en el vaso y enseguida quizo ir a bailar.
- Ve tu si quieres, quiero estar aquí por un rato- le dije. Ella asintió con su cabeza y se fue a bailar. Parece que a ella le agradan bastante las fiestas.
Miraba a todas las personas detenidamente hasta que mi vista calló sobre un chico, que estaba sólo haciendo lo mismo que yo. Parecía que a él también le habían obligado a estar aquí.
Nuestras se cruzaron y aparté la mirada nerviosa. Me a tomado desprevenida. Yo nunca miro de esa manera a los chicos.
Pasaron unos segundos hasta que involuntariamente voltee a ver de nuevo en su dirección. Él miraba de nuevo a las personas y yo aproveché para examinarlo un poco más con la mirada. Tenía su cabello rizado y tenía una tierna mirada.
Sé lo que dirán, te gusta sólo porque también tiene el pelo rizado. Pero no, el suyo es diferente, no es excusa.
Una chica se acercó a él y comenzó a hablarle, pero él se paró de su asiento y salió de la casa.
¿Si yo me acercara a él me trataría de la misma manera?. Quizás no, ya que ese chica desde una montaña se podría apreciar su mal comportamiento, ella sólo quería un chico diferente para ésta noche en su cama.
No le había visto nunca en Woldster, ¿sera amigo de Jack?.
- Hola- habló una voz ronca a mis espaldas.
Me giré y me encontré con un chico, nada confiable, mirándome de arriba a abajo, aunque estoy sentada.
- ¿No quieres bailar un poco?- preguntó pasando su brazo por mis hombros.
- No, gracias- dije, y de la manera más amable posible, quité su brazo.
- Vamos no te hagas la difícil- dijo acercándose a mi.
- Ya no molestes- dije apartándolo.
- Dejala Nick.
¿Jack?.
El hombre se apartó de mi obedeciendo a Jack, el mismo le dio una mirada asesina.
Jack tomó asiento a mi lado- gracias- dije avergonzada.
- Descuida, mi deber es cuidarte, ya que te obligué a estar aquí- dijo dándome una cálida sonrisa.
Hice lo mismo y me giré para buscar a Jaen. Ella no está por ninguna parte.
- ¿A quien buscas?- preguntó curioso. Cuando volteé a verlo, a sus espaldas logré ver a Jaen subiendo las escaleras junto a ¿Cristopher?.
- Lo siento- dije bajando de la silla. Corrí hasta las escaleras con la intención de llevármela de aquí.
Ella se tambaleaba un poco, por lo que se sostenía de Cristopher para poder subir. Las personas me estorbaban, uno que otro borracho me pidió subir con el.
Cuando logré subir, había perdido de vista a Jaen. Noté que una puerta estaba medio abierta, sin pensarlo dos veces fui hasta esa puerta.
Al abrirla me encontré con Cristopher besando a Jaen mientras intentaba quitar su blusa.
- ¡Sueltala ahora mismo!- grité corriendo a su lado.
Él se sorprendió un poco por mi repentina llegada, aún así me dio una mirada de desagrado.
- Largo de aquí- dijo jalando del brazo a Jaen.
- Dije que la sueltes- respondí tomando el otro brazo de ella.
- Dejame terminar- dijo él.
Me enojó bastante escuchar eso, así que pateé su parte baja logrando que la suelte.
- ¿Terminar? Ella ni siquiera está consciente- dijQe enfadada. Saqué a Jaen de la habitación.
- ¿Lara?- susurró algo dormida.
- Si, soy yo- le dije en tono tranquilo- vamos te ayudaré a ir a casa.
Ella pasó su brazo por mis hombros y bajamos. Salimos de esa casa y le ayudé a caminar hasta mi casa.
Mi madre no está en casa, así que no debo preocuparme por que la vean así.
La llevé hasta mi habitación y la acosté sobre mi cama.
- No por favor Cris no puedo- susurró con temor.
- Jaen- susurré- soy Lara.
Ella rompió a llorar y me abrazó- yo no quería- dijo llorando.
- Tranquila nada pasó- le tranquilice.
Ella se quedó dormida, y no pude quitarla de mis brazos. Al rato yo también cerré mis ojos y me quedé profundamente dormida.
ESTÁS LEYENDO
ERES MI TODO [Sin Editar]
RandomLara Robinson. Una chica que asiste a la escuela Woldster y lleva una vida normal. Hasta que sus padres deciden irse de viaje. Conoce la alocada y romántica vida de ésta chica.