23.

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— ¿Cómo te sientes? ¿Puedes escucharme? —Pregunto aquel doctor poniendo su lámpara algo lejos de los ojos del chico, el cual, cerró sus ojos al sentir el impacto de la luz.

Yuta asentía leve con su cabeza, por alguna razón, pequeñas lagrimas se hacían presentes en sus ojos, en ambos ojos, tanto Yang-mi, como la madre y hermano del chico, lo miraban con atención, su mirada solo mostraba dolor pero odio combinado cuando su vista se hizo presente en la figura de su madre.

—Yuta...despertaste...

Yang-mi se acercó a él de manera que su mano tocara la de él, le sonrió de manera amable, aunque Yuta conocía esa sonrisa, no es de esas sonrisas que te da la gente cuando nota que te encuentras bien y estable, al contrario, esa sonrisa mostraba amor y felicidad de saber que su amado había despertado, aunque lamentablemente, Yuta jamás la tomo como algo importante.

El chico respiro profundo, durante los siete días que permaneció en el hospital sin despertar, por fin podía dejar de usar la máscara de oxígeno, de un modo u otro, Yuta se sentía mejor incluso para dejar fluir su respiración.

— ¿Qué hace mi madre aquí? Y... ¿Quién es...el?

—Mucho gusto, soy Taeyong, el abogado de tu madre. —Dijo aquel chico sonriéndole a Yuta de una manera que ni él se imaginó.

Aquella sonrisa y aquel poco parecido que tenía Taeyong hacia su madre, hacían dudar demasiado a Yuta, sin embargo, se quedó en silencio, no quería discutir por ahora, no cuando acababa de despertar, pero el hecho de que su madre estuviese ahí, lo enfada de cierta manera.

—Hijo, ¿Estas bien?

—Estoy despierto...con salud... ¿Eso...responde tu pregunta? — Decía el chico sin mirar a su madre, al contrario, su mirada se dirigía a los lados, aunque vaya que sus palabras resultaron más tranquilas de lo que los demás pensaron.

El ambiente permaneció en silencio por unos segundos, Yuta siguió con su mirada hacia su derecha, Yang-mi no sabía que decirle, y si su madre dijera al menos una palabra del tema relacionado con su familia, iniciaría una pelea que en verdad no valdría la pena en estos momentos, era la primera vez que Yuta se encontraba tranquilo ante ella y debía aprovechar esta oportunidad.

— ¿Pueden por favor...dejarme solo? — Pregunto Yuta aun sin verlos.

—Claro que si hijo. — Hablo su madre en el mismo tono que Yuta.

Todos salieron de la habitación dejando a Yuta solo, el cual, al ya no ver más personas en donde el, inmediatamente miro hacia al frente, las pocas lagrimas que salían anteriormente de sus ojos, se habían vuelto unas lágrimas más visibles, el hecho de tener a su madre, de un modo u otro, lo seguía dañando, aún hay muchas cosas por las que no la ha perdonado. ¿Cómo podría...?

Al parecer la tarea no era difícil, aunque vaya que lo difícil era que mañana por la noche su madre se iría oficialmente, jamás dijo a donde iría, de un modo u otro, para la madre de Yuta, tanto su esposo como su hijo, ya no existían más para ella, ya que esta misma, decidió iniciar otra vida, en otro país.

El chico giro su cabeza al escuchar como un cuerpo impactaba fuertemente con la pared del pasillo, justamente el pasillo que se encuentra en frente de la habitación de Yuta, si, cada que se trata de tarea, su padre siempre le ha dicho que mantenga la puerta abierta. Aquella imagen que vio solo destruyo una vez más el corazón del chico, se trataba de su padre con una chica nueva en la casa, si, hizo esto desde que se separó de su madre.

Vio cada detalle de la escena, como su padre besaba el cuello de aquella chica mientras esta se encontraba recargada en la pared, la misma causante de tal sonido. Yuta cerró sus ojos así como apretaba sus puños con fuerza, odiaba todo lo que hacía su padre, sin embargo, siempre se contenía.

— ¡Eres un hijo de puta! — Grito Yuta para así salir corriendo de su casa.

Al parecer a su padre no le importo, no lo siguió, ni le grito, no hizo nada, solamente vio cómo su hijo salió de la casa para así regresar a lo que anteriormente se encontraba haciendo. Yuta incluso azoto la puerta, el chico noto que ya había anochecido puesto que hizo su caminata tranquila en vez de seguir corriendo.

Suerte que aun tenia puesta su sudadera, ya que con esta misma cubrió su cabeza, no quería que nadie ahí lo viera llorando, más por el hecho de que probablemente estarían aquellos niños que siempre lo golpean y hacen de las suyas con él.

Luego de una larga caminata, el chico llego al parque sentándose así en una de las bancas de este mismo, a lo lejos había casi lo de siempre por las noches, unas parejas dándose cariño, personas caminando con sus perros e incluso con acompañantes, esto hizo sentir tranquilo al chico de cierta manera.

— ¿Ahora eres alguien malo como nosotros idiota? — Pregunto esa persona que tanto odiaba el chico, Jaehyun había llegado detrás de el al mismo tiempo que le daba un golpe en su cabeza.

— ¿Qué haces aquí Jaehyun?

— ¿Ahora me contestas de esa forma? — El chico sonrió entre dientes para luego chiflar y llamar a sus demás amigos. — Sabes que nunca vengo solo, al parecer tu sí, es malo eso ¿Sabes idiota?

—Vete de aquí, quiero estar solo.

— ¿Qué? ¿Otra vez tu padre se metió con una zorra?

Después de dicha pregunta, Yuta tenso su mandíbula y se puso de pie para así darle un fuerte golpe al chico en el rostro, jamás se imaginó que haría esto, su mano dolió, pero ese golpe valió la pena, por una parte se sintió aliviado, pero por otra, deseo no haberlo hecho. Los amigos de Jaehyun al ver ese golpe, tomaron a Yuta de los brazos por indicación del mismo para llevarlo a un lugar lejos del parque.

Por más que intentaba resistirse no podía, incluso lloro más desde que noto una bodega a lo lejos, tal vez ahí seria el lugar donde nuevamente seria golpeado, en los pensamientos del chico, ya debía acostumbrarse por eso, en la escuela no era sorpresa que lo golpearán, así que, ¿Por qué aún seguía sufriendo por eso?

—Jamás vuelvas a golpearme de esa manera idiota. — Dijo Jaehyun en un semblante frio.

Los chicos que anteriormente tenían a Yuta agarrado de los brazos, lo arrojaron al suelo para así dejar que Jaehyun hiciera lo suyo.

En cuanto el chico cayó al suelo, Jaehyun se apresuró por relamer sus labios y así empezar a golpearlo, no importaba de la manera que fuera, solo quería golpearlo y hacer que este sufriera, lo había golpeado y para Jaehyun, si alguien como Yuta llegase a tocarlo, es alguien muerto...


Quería golpear la camilla en la que estaba, si, ese recuerdo no había sido de su madre, pero por una parte, se relacionaba con el tema, Yuta se resistió, por más que quería golpear la camilla con ambas manos, sabía que no podía, estaba esposada una de sus manos e impedía tal movimiento.

En estos momentos, era malo que Yuta se pusiera de ese modo, enojado y de cierta forma que hacía que se estresara, incluso cerro sus ojos para dejar caer las lágrimas en paz, escucho la puerta de entrada abrir y cerrarse, ni siquiera le importo quien fuera la persona que entrara, ahora estaba llorando y sufriendo solo por un simple recuerdo, aunque después de todo, ¿Quién se esperaría que el tipo de persona que más odias en el mundo llegara a apoyarte más que nadie?

Ese toque, esa mano, aquella mano, hizo que Yuta abriera sus ojos y tranquilizara el movimiento de sus manos, esa persona con gafas de sol, con esa voz que tanto el odia, apareció en la escena haciendo que de un modo u otro, Yuta se sintiera un poco más tranquilo, sin embargo, los sollozos del chico no dejaron de sonar. 

—Tranquilo Yuta, no estás solo...


-balsamicmoon

Blind | Yuta ゆたDonde viven las historias. Descúbrelo ahora