13.

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So-Hyun aún mantenía su cabeza recargada en la cama y acariciando la mano de Yuta, el chico dejo de llorar pasando ya un buen rato, junto cuando creían que a partir de ese momento todo estaría tranquilo, alguien decidió tocar la puerta de la habitación haciendo que la chica colocara nuevamente sus lentes de sol y se reincorpora en la silla soltando la mano del chico.

Yuta pensó que tal vez sería otra vez su secretaria, la cual, si volviese a entrar, inmediatamente la correría de la escena, con esta sería la tercera vez que correría a Yang-mi, y si, sus sentimientos por ella empezaban a cambiar, aunque no hablando de amor, al contrario, Yuta solo la quería para tomar sus ratos libres, aprovechaba que tenía buen cuerpo y lo hacía suyo, sin embargo, ya no pensaba más en eso, él estaba más concentrado en saber quién quería matarlo.

Cuando la puerta se abrió, no dejo a la vista la persona que Yuta creyó, al contrario, una señora con un atuendo demasiado fino al igual que peinado, entro a la habitación con un semblante entre serio y preocupado.

Tanto Yuta como la señora cruzaron miradas, Yuta tenía la mirada nerviosa pero mezclada con seriedad, a cambio esa señora cambio su mirada a una de alivio al ver los ojos abiertos y la salud estable de Yuta.

—¿Quién es? — Pregunto la chica en susurro de manera nerviosa.

Yuta escucho, mas no quiso responder, no con la presencia de esta persona, hablo de ella hace unos minutos, y la manera en la que lo hizo no fue buena, fueron palabras lleno de odio y coraje, So-Hyun lo supo desde que Yuta no respondió a su pregunta.

—No sé quién sea esa chica, pero ¿Puede retirarse de aquí un momento? — Hablo amablemente aquella señora.

—Ella est--

—Saldré en este momento señora. — So-Hyun hizo una reverencia y saco su bastón blanco dando pasos cuidadosos pero lentos para llegar a la salida de la habitación.

Suerte que había bancas justo al lado de la puerta de entrada, así le facilitaría las cosas a la chica, ya no tendría por qué caminar lentamente por dos minutos hasta llegar a los asientos.

Gracias al buen oído de la chica, mientras su postura en el asiento era normal y tranquila, solo se mantenía callada escuchando la pequeña conversación que aquella señora y Yuta mantenían, después de todo lo escuchado, se quedó sin palabras y a punto de llorar.

—Qué haces aquí? ¿Por qué justo cuando estoy en el hospital decides venir? ¿Cuánto ha pasado? ¿Once años? — Hablo primero Yuta en forma de reclamo.

—Hijo déjame hablar, lo único que necesito decirte es qu--.

—¡¿Qué te deje hablar?! ¡¿Y te crees alguien con el derecho de hablar?! No tienes nada que decirme, todo me lo botaste en la cara cuando tenía trece años, creo que eh recapacitado lo suficiente ¿No crees? — Yuta relamió sus labios y tenso su mandíbula dejando a su madre en total silencio. — Todo adolescente vive su vida como se merece, ellos... ellos son felices incluso con sus amigos o familia, tu... tú te fuiste dejándome en el cuidado de mi padre, si creíste que sería feliz con él, creo que deberías arrepentirte, él ni siquier--.

—¡Lo sé todo hijo! Somos una basura de padres, claro que me arrepiento de haberlo hecho, pero...yo ya no era feliz con tu padre. — Interrumpió su madre justo cuando Yuta volvió a caer en lágrimas. — Espero y algún día me perdones, quería una nueva vida, iniciar de nuevo, ambos sabíamos que tu padre se había vuelto un hombre diferente, me tenía que ir de un modo u otro.

—Te fuiste pensando solo ti, ni-ni siquiera recordaste que tenías un hijo y... me dejaste vivir mi vida como una basura mientras tu vivías de lujos y cuidabas a tus otros hijos perfectos. — Trago saliva y apretó sus manos en las sabanas de la camilla. — Mientras estudiaba y sufría de bullying en la secundaria, siempre... espere que algún día llegaras con una queja a la escuela pidiendo que expulsaran a los niños que me hacían bullying, siempre espere algo de ti, creí que llegarías con uno de mis chocolates favoritos y me abrazarías como si aún fuera un bebe, cada cosa que espere de ti...siempre fue un fracaso, desde ese momento, supe que... estaba solo.

Yuta mantuvo su mirada al frente sin ver a su madre, la cual, ya se encontraba con pocas lágrimas en el rostro, aunque era cierto, su madre vivía de lujos sin importarle nada, Yuta era solo una víctima más de bullying en su escuela y no podían volver al pasado para cambiar las cosas.

Cuando el chico sintió el contacto de una mano con la suya, deseo mil veces que solo fuera la suave y delicada mano de So-Hyun, aun no podía hacer nada, esta era la realidad, la realidad en la que se encontraba discutiendo con su madre después de varios años.

—Lo siento Yuta, estoy aquí para reparar mis errores, quiero ser una vez más la madre que alguna vez tuviste antes de los trece.

—¿Para reparar tus errores después de once años? No gracias, eh sufrido lo suficiente para que intentes lastimarme una vez más, esas esperanzas que tuve de que alguna vez volvieras ya desparecieron, solo... quiero disfrutar de mi miserable vida, ¿sí? — Cerro sus ojos y acomodo su cabeza en la almohada dejando caer aún más lágrimas...

Los tacones de la madre de Yuta resonaron fuertemente desde que salió de la habitación, So-Hyun aún se quedó sin palabras, cada momento que estuvo con Yuta, cada pequeño momento, siempre prensaba que la que más sufría era ella, con esta conversación, solo sabe una cosa.

Ella y Yuta han sufrido, intentan seguir adelante, sin embargo, un obstáculo diferente llega a ellos.

—So-Hyun puedes pasar. — Hablo Yuta para después carraspear con la garganta.

—¿Quiere que le traiga algo? — Pregunto la chica mientras limpiaba sus lágrimas.

—Solo dile al doctor encargado de mí que me dé de alta de una buena vez, quiero largarme de aquí. — Dijo Yuta aun con los ojos cerrados.

—Pero, aun tienes que dejar que la herida sane, no... no puedes salir así porque sí.

—¿Soy tu jefe no? Haz lo que te digo. — Ordeno a mala gana. — Después de eso, solo...

—¿Si?

Llévame a tu casa So-Hyun.


-balsamicmoon

Blind | Yuta ゆたDonde viven las historias. Descúbrelo ahora