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Dando ya las seis de la mañana, Yuta se levantó para concentrase en llamar a su asistente. Era obvio que en un día tan especial no podía estar en el trabajo, eso sí, nada se lo podía impedir. De un modo u otro Yuta está a cargo de la empresa.

—Eunwoo, hoy no estaré presente en la empresa, necesito que le digas a Taeyong que termine lo que no pude terminar ayer y también que lleve los papeles que ordeno So-Hyun al almacén de datos. Cualquier cosa Taeyong se hará cargo, no estaré disponible en todo el día.

—Claro jefe, le avisare en cuanto llegue allá.

—Muchas gracias, nos vemos mañana.

Una vez colgando, Yuta regreso a su cama. Cubriendo su cuerpo por debajo de las sabanas y pasando sus brazos por el cuerpo de la chica, la cual aún se encontraba dormida.

So-Hyun, al sentir los brazos del chico sobre su cuerpo solamente se acomodó un poco más para que pudieran estar más cerca. A los pocos segundos de ya estar ambos en un ambiente cómodo, se concentraron en dormir. Al menos eso pensó Yuta, eso hasta que escucho la voz de So-Hyun.               

— ¿No iremos a trabajar?

—Tengo que ir al hospital, no me siento bien.

— ¿Qué te paso? Ayer te notabas bien. — Comenzó a decir la chica preocupada. Incluso se sentó para poder tocar las mejillas del chico, sin embargo, este la volvió acomodar en la cama. 

—Tranquila, es solo que...de tantas balas que recibí hace meses, el dolor volvió a nacer.

— ¿Puedo acompañarte?

—Claro que sí. Ahora...solo hay que dormirnos, tengo que...estar allá a las nueve, ¿Sí?

La chica asintió con la cabeza para luego volver a dormirse. Yuta no dejaba de sonreír más por el hecho de que faltaban horas. Luego de tanto tiempo, realmente podían ser felices, podrían verse el uno con el otro a los ojos...

.    .    .

9:00 am

Llegando al hospital, Yuta y So-Hyun entraron como siempre con los brazos entrelazados. Tomaron el elevador y al llegar con una de las enfermeras, Yuta le hablo acerca de la cita para las nueve, de acuerdo a esto, los llevo a la sala donde seria lo ocurrido. So-Hyun aun no sabía que era lo que iba a pasar y esto tranquilizaba al chico.

—Puede quedarse aquí, solo las retiraremos y aseguraremos que todo está bien. — Aviso la enfermera sonriente.

— ¿De qué están hablando? — Pregunto la chica confundida.

—So-Hyun, ¿Sabes que me encantan las sorpresas? — Yuta sonrió y So-Hyun solamente asintió con la cabeza. — Hoy...amm...lo siento, no...no puedo decirlo yo. — El chico inmediato cubrió su rostro con una de sus manos para poder respirar tranquilamente. Estos momentos era en los que más quería llorar. 

—Kang So-Hyun, venga conmigo. — Menciono la enfermera para entrelazar su brazo con el de la chica.

Ambas avanzaron hasta la habitación que se encontraba justo en frente. Yuta camino detrás de ellas aun tratando de limpiar sus lágrimas. Estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría la chica.

Cuando la enfermera le indico a So-Hyun que tomara asiento en la camilla, un doctor apenas se encontraba entrando a la habitación al mismo tiempo que colocaba los guantes de látex.

—Muy bien señorita Kang So-Hyun, hoy nos haremos cargo de retirar esas vendas que han estado estorbando sus ojos. No será lento, le aseguro que será más rápido de lo que va pensar.

Y al escuchar esto So-Hyun, Yuta no dejo de verla. Esa expresión de sorpresa que se encontraba en su rostro más esa sonrisa que poco a poco se fue formando en la chica, le daban más ganas de llorar a Yuta, no podía. En estos momentos era la persona más feliz del mundo.   

Aunque vaya, como había dicho el doctor, el procedimiento sería rápido. Retirar las vendas y comprobar que la chica tuviera una vista buena. Cuando el doctor le fue retirando las vendas, lo hacía con cuidado. Debía salir todo perfecto, no por nada Yuta gasto bastante dinero. 

—Al momento que ya no sienta las vendas sobre sus ojos, mantenga estos cerrados hasta que le indique que los abra. — Decía el doctor mientras retiraba ya la última parte de la venda. Cuando todo estuvo listo, aquel doctor prosiguió por tomar una linterna y prender esta misma. Así este prendió aquel objeto pasándolo por los ojos cerrados de la chica. — ¿Percibes la luz de la linterna?

—S-Si...

—Bien. — El doctor sonrió. — Ahora por favor, abra los ojos. 

De acuerdo a la indicación del doctor, la chica poco a poco abrió sus ojos, ese color miel aún se hacía presente en sus ojos. Yuta al ver esto no dudo en quedarse como completo idiota. La imagen que daba So-Hyun con esos ojos, dejaba a Yuta más enamorado de lo que ya estaba. 

La chica sonrió entre dientes al ver por fin la habitación en la que se encontraba, los espacios de esta misma, así como los muebles que se hacían cargo de darle más sentido a la habitación.

— ¿D-Donde esta Yuta? — Pregunto la chica observando al doctor. Este en segundos le señalo con su mano al chico.

— ¿Qué tal? Te dije que soy guapo.

Ambos chicos sonrieron entre dientes, So-Hyun bajo de la camilla y corrió lo más rápido que pudo hacia el chico para luego abrazarlo. Rodeo sus brazos en el cuello de este, así como Yuta rodeaba sus brazos en la cintura de la chica y no paraba de dejar besos en las mejillas y frente de la chica. Ahora mismo ya se encontraba llorando, su chica ya veía. Su chica por fin pudo saber cómo era Yuta físicamente.

— ¡Gracias Yuta! ¡De verdad gracias! — Comenzó a decir la chica con una emoción nunca antes vista.

En tan solo segundos esta comenzó a llorar. ¿Por qué no estarlo? Sus ojos ahora podían hacerle saber a la chica en donde estaba, con quien estaba. So-Hyun se aferró más al chico, así como no paraba de llorar.

—T-Te amo Yuta... gracias. — Repitió una vez más la chica sin dejar de abrazarlo.

—Gracias a ti por...estar aquí conmigo. — Menciono Yuta llorando de la misma forma que la chica.

Besos, abrazos...esos sencillos detalles que hacían que ambos se enamoraran más de lo que ya estaban. So-Hyun podía ver, y era lo único que le importaba por ahora al chico.


Se me juntaron las cosas el fin de semana, pero aquí están los dos capítulos que les dije 💖
-balsamicmoon

Blind | Yuta ゆたDonde viven las historias. Descúbrelo ahora