37.

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La ambulancia tardo al menos cinco minutos en llegar, para Yuta comenzó a ser una eternidad, no veía señal alguna de Yang-mi respirar, y tampoco de So-Hyun, todo el espacio estaba en silencio, y Yuta no paraba de desangrar. Cuando las sirenas de la ambulancia comenzaron a hacerse presentes, el chico se desmayó, solo que cuando su cuerpo cayo por completo al suelo, jamás soltó a So-Hyun.

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Al abrir sus ojos por completo, noto ya una luz que lo hizo cerrar sus ojos de manera inmediata, aunque vaya, al mirar de reojo noto que aún estaba en la ambulancia, su boca estaba cubierta por una mascara de oxígeno, así como una doctora se encargaba de parar la hemorragia, la sangre comenzó a salir más rápido desde que pusieron a Yuta en la camilla de la ambulancia, todos hacían su mayor esfuerzo, puesto que el chico había perdido demasiada sangre.

—Tranquilo, estaremos pronto en el hospital, resista por favor. — Decía la doctora mientras seguía limpiando la sangre.     

Aunque después de lo dicho, Yuta a los pocos segundos, nuevamente se volvió a desmayar dejando así a la doctora más desesperada, la respiración del chico poco a poco disminuía, por lo que apresuraron más el camino hacia el hospital, tres víctimas estaban siendo llevadas al hospital y solo una de ellas se estaba quedando sin vida.

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Cuando las dos chicas ya habían llegado al hospital, los doctores rápidamente las llevaron a la sala de operaciones, So-Hyun había tenido grandes heridas en su cuerpo desde la caída que tuvo, por lo que era necesario ver como estaban sus huesos. Yang-mi ahora mismo estaba siendo operada, según los registros del  electrocardiograma, los latidos de su corazón poco a poco comenzaban a disminuir, aunque vaya, no se diga de Yuta, desde que llego a otra sala de operaciones, tenía las mismas condiciones que Yang-mi, todo ahora era peligroso. Vida o muerte.

La operación de Yang-mi aún no estaba completa. So-Hyun estaba siendo checada, pero en estos momentos, cuando los doctores menos se lo esperaron, ahora tenían a dos pacientes a punto de morir, el electrocardiograma no paraba de sonar por lo que rápidamente se apresuraron por tomar los desfibriladores.

—A mi señal. — Hablo un doctor mientras se hacía cargo de desabrochar la playera de Yang-mi, lo mismo fue con So-Hyun. — ¡Tres, dos, uno! ¡Shot! — Grito el doctor, después de esto el pecho de Yang-mi dio un ligero brinco, sin embargo, aún no había respuesta alguna. So-Hyun paso por esto de igual forma. — Otra vez, ¡Tres, dos, uno! ¡Shot! — Nuevamente sucedió lo mismo, aún no había señal de vida, por lo que verían que sucedería esta última y tercera vez. — ¡Tres, dos, uno! ¡Shot! — Para cuando dio el último grito, el doctor prosiguió por colocar sus manos en el pecho de la chica, intentaba aun recuperar los latidos del corazón, sin embargo, aún no había señal de nada.

—Doctor, se ha ido, tiene que...dar la indicación. — Hablo una de las doctoras ahí, sin embargo, el doctor seguía sin rendirse, duro así solo un minuto más. 

Al momento de que se detuviera, intento controlar su respiración, su cuerpo ya estaba sudado y aun no podía creer que acababa de perder a un paciente, no lo creía, sin embargo, de un modo u otro tenía que dar la indicación.

—Once con quince minutos de la noche, hora de muerte.

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La operación del chico fue exitosa, en estos momentos aún estaba recostado, su herida ya estaba cerrada, lo único que hacía esperar era por los puntos, aunque vaya, aún no había sido notificado de si ambas chicas habían logrado sobrevivir.

Blind | Yuta ゆたDonde viven las historias. Descúbrelo ahora