Minato llevaba un par de días comportándose de manera extraña. Su semblante de vez en cuando se ponía serio y su mirada se perdía en puntos fijos de la pared. Por más que tratase de averiguar qué era lo que estaba pasando, me era imposible descifrarlo.
Han pasado nueve años desde que lo vi por primera vez y me sigue gustado como en nuestras primeras citas, pero el verlo así me pone intranquila. ¿Qué puede estar pasando por su mente? Sé que tiene mucha responsabilidad bajo sus hombros, sobre todo por ser considerado como el Rayo amarillo de Konoha, se ha ganado tanta fama como enemigos, muchos admiradores de su gran poder pero también muchos otros que desearían poder eliminarle.
Tendré que ponerme en contacto con Genma. Están en el mismo escuadrón de misiones y de seguro que sabe lo que pasa por esa rubia cabeza.
Es la una de la mañana y hoy no habido misión para mí. A pesar de que soy una ninja capaz como la que más, últimamente, como las cosas están algo calmadas, dejamos que los más jóvenes se encarguen para conseguir experiencia. Aun así, la guerra está empezando a estallar de nuevo y todos nos veremos involucrados, tanto los mayores como por desgracia los jóvenes ninjas recién salidos de la academia.
Muevo mi cabeza para evitar que las pesadillas de la guerra se cuelen en mi memoria. No es una visión agradable imaginar sus consecuencias, a todos los amigos y familiares que perderás. Decido distraerme haciendo la comida, ya es tarde, Minato tiene que estar al llegar de una de sus misiones y mi tripa comienza a sonar como si no hubiese comido en meses.
Me dispongo a calentar algo de agua para hacer arroz cuando unas manos agarran suavemente mi cintura y un suave beso es depositado en mi nuca. Ya ha llegado. Hoy está de buen humor y se le nota. Me giro y me da un beso en los labios mientras el sonido del agua intentando hervir suena de fondo.
-Tengo algo que contarte, pero aun no es nada oficial.
Por un momento su repentina sinceridad me dejó paralizada. No tenía ni idea de que sabría tan pronto sus quebraderos de cabeza.
-Dime, ya sabes, puedes confiar en mí.
Alcé el pulgar en señal de aprobación. Me sonrió y me contó sus planes de futuro, sus conversaciones con el Hokage sobre el destino de este título. Es cierto que Minato estaba siendo de gran ayuda, tanto en pequeños grupos buscando información como él solo en misiones de reconocimiento y eliminación de objetivos, era algo bien sabido. Pero a pesar de eso, que el tercero estuviese pensando el dejar ya el legado y que su sucesor fuese Minato, era algo que me asombró tanto que me dejó sin palabras.
-Guau, ya sabes. ¿Qué dirás, ya sabes?
-Aun no lo sé- se rascó la cabeza algo confundido. –Supongo que si el Hokage confía tanto en mí para presentarme a ese puesto, no me quedará más remedio que aceptar. Aunque sinceramente, nunca lo imaginé tan cerca, ahora hasta casi me da miedo acercarme a mi sueño.
Me reí como nunca. Minato teniendo miedo. Miedo a ser Hokage, que había sido siempre su sueño, desde que era un crío. Le abracé fuertemente.
-Tranquilo Minato, sé que tomarás la decisión correcta.
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Kushina
FanfictionEsta es la historia de la vida de Kushina, de cómo llegó a ser quien fue y del romance que más tarde se produjo entre ella y Minato.