El dolor la incertidumbre me carcomía las entrañas. A mi lado, Minato lucía terriblemente tenso. Sentí como si miles de agujas se clavasen en todo mi cuerpo, mientras la piel de mi estómago ardía con fuerza. Y aunque intenté aguantarme, un grito salió de mi boca.
-¡Kushina! Aún no he completado el sello.
-Apártate de ella –le cortó el hombre de la máscara-¿O te da igual que mate a tu hijo?
Aun con todo el dolor que sentía, me retorcí para ver a aquel sujeto. Parecía más bajo que Minato, pero no se podía adivinar nada más de él, ya que una gran túnica tapaba todo su cuerpo y una máscara tapaba su rostro. Lo único que quedaba a la vista eran las manos que sujetaban a mi hijo y un kunai, parecían jóvenes.
-No te muevas, tranquilo.
-Deberías aplicártelo a ti mismo, Minato, yo estoy muy, muy tranquilo.
Alcancé a escuchar un deje de risa por su parte, pero el dolor no me dejaba concentrarme en sentir furia por ese hombre, hasta que vi como lanzaba al bebé. Como un acto reflejo, grité su nombre todo lo que mis cuerdas vocales resistieron. Antes incluso de que me quedase sin fuerzas, Minato sujetaba entre sus brazos al bebé. El hombre misterioso estaba ahora más cerca, pero seguía sin poder ver nada de él.
-No eres el "rayo amarillo" por nada, pero, ¿ahora qué?
El sonido de una explosión a mis espaldas resonó con furia y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, sin pausa. Dios, ojalá estén bien. El hombre se acercó hasta ponerse a mi lado.
-Eres un desgraciado- le escupí, sin poder contenerme.
Ni siquiera se inmutó, y eso solo hizo que la rabia bullese en mi interior con fuerza. Ni siquiera tuvo que hacer ninguna clase de esfuerzo para cargarme y llevarme, y eso solo hizo que mis sentimientos de culpa aumentasen cada vez más. El sello empezaba a debilitarse.
-¿¿Qué es lo que quieres??- pronuncié con dificultad. Retener al Kyuubi me estaba costando toda mi energía.
-He venido para arrancarte el Kyuubi y usarlo para aplastar Konoha.
-¿Qué...?
La incredulidad me desbordaba. Otra vez alguien estaba intentando fastidiar toda mi vida para hacerse con un poder que nunca pedí. Otra vez unos malnacidos hacían daño a las personas que quería.
-El jutsu espacio-temporal de Minato se basa en unos sellos especiales que le permiten moverse de uno a otro instantáneamente- la confianza con la que pronunció el nombre de mi marido hizo que se me pusiesen los pelos de punta.-veo que ha añadido uno también al diseño de tu sello, asique siempre puede estar ahí para protegerte...pero me las he apañado para alejarlo de ti. Y ahora, tu sello está debilitado por el parto-la emoción mezclada con un odio visceral impregnaba su voz-¿tienes idea de lo mucho que he esperado este momento?
Por la única rendija que su máscara tenía, vislumbré un destello rojizo. ¿Podía tratarse de un Uchiha?
Un estallido de poder recorrió todos los huesos de mi cuerpo, haciéndome estremecer de dolor. La incómoda sensación de rencor que mantenía sellada dentro de mí se iba desencadenando. El ardor que sentía en la barriga comenzó a expandirse por toda mi piel, quemándome, provocándome llagas en su superficie. La sensación de vomitar algo terriblemente grande se acomodó en mi garganta, mientras a mi alrededor fluía un denso chackra rojo, que a cada segundo iba adquiriendo una forma más monstruosa.
"Quédate dentro" le grité con todas mis fuerzas al zorro. "Por favor, quédate dentro"
Mi temperatura corporal ascendió tanto que ni las lágrimas podían salir de mis ojos sin evaporarse.
-¡Vamos, libérate y sal de ahí, Kyuubi!
Aquel torrente de energía me abandonó en un segundo. Sentí que iba a desfallecer. Toda la energía que tenía había desaparecido de repente, no podía ni mantenerme en pie, incluso respirar me costaba. Un aullido desolador me taponó los oídos y me heló la sangre en las venas. Su colosal figura se recortaba en la oscuridad de la noche y sus ojos rojos miraban con furia hacia todas partes.
-Nos vamos a Konoha.
-Detente...
Las palabras apenas salían de mis labios. La figura encapuchada se dio la vuelta.
-La verdad es que los del clan Uzumaki tenéis algo realmente especial, ni siquiera arrancándote el bijuu de tu interior has muerto. Pero tranquila, está en la naturaleza del propio Kyuubi asesinar a su antiguo jinchuuriki.
ESTÁS LEYENDO
Kushina
FanfictionEsta es la historia de la vida de Kushina, de cómo llegó a ser quien fue y del romance que más tarde se produjo entre ella y Minato.