La sonrisa más pura que había visto se encuadró en su rostro, sus ojos se achinaron y la felicidad rebosaba por todos sus poros.
-Oye, Minato, ¿quieres quedarte a comer, ya sabes?
La frase salió de mis labios casi sin pensarla, porque realmente, era lo que más me apetecía en este mundo ahora mismo. Asintió rápidamente y ambos nos pusimos manos a la obra. A mí, particularmente, se me daba de pena la cocina, era muy mediocre, sabía lo justo para sobrevivir, en cambio, él había sido bendecido con el don de la cocina. Por un momento desee que Minato viniese todos los días a hacerme las comidas.
Reímos, hablamos y nos miramos a los ojos, mientras nuestras manos se rozaban, a veces sin querer, a veces queriendo. Con él se podía hablar de todo, desde lo bueno que era Yuki hasta el doloroso recuerdo de mis buenos días. Incluso sin quererlo, era capaz de abrirme a él, como si le conociese de toda la vida.
Hacía mucho tiempo que no probaba una comida tan deliciosa como aquella.
-Guau, Minato, es increíble, ¿has pensado en dedicarte a la cocina en vez de ser ninja?
No podía parar de comer, y de disfrutar. Solo me dedicó una sonrisa y me recordó que su sueño era ser Hokage, pero que en sus ratos libres disfrutaba mucho de la cocina. Las horas pasaron hasta la noche. Casi ni me había enterado de lo absorta que estaba mirando sus ojos azules y su dulce expresión cuando me miraba.
-Debería irme ya-dijo mirando su reloj. En su cara apareció un deje de tristeza.- ¿Nos veremos otro día?
-Claro.-le sonreí.
Le acompañé hasta la puerta de mi casa. Con Yuki enredado entre nuestros pies, nos dimos un beso de despedida y segundos más tarde, desapareció.
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Kushina
FanfictionEsta es la historia de la vida de Kushina, de cómo llegó a ser quien fue y del romance que más tarde se produjo entre ella y Minato.