Había quedado con Robert y Anna a las 17:00 de la tarde, miré mi móvil para comprobar mis mensajes y respondí a varios de ellos. Cuatro de mis padres preguntando como estaba y dos de mi hermano. Había un nuevo mensaje de Anna enviado hace unos minutos.
Carol, ha habido un problema. Se ha adelantado mi vuelo a Dortmund, le he dado a Robert tu dirección para que pase a buscarte. Salgo en 5 minutos
Bloqueé mi móvil y fui a cambiarme de ropa. Decidí ponerme la camiseta del Bayern que me regaló mi hermano con el 19 a la espalda, con unos vaqueros y unas deportivas Nike. Mientras me peinaba sonó el tímbre.
-¿Qué haces aquí tan pronto? -Pregunté al abrir la puerta-
-Bonita camiseta. -Rió Robert-
-Salgo en dos minutos.
Fui a cerrar la puerta y la mano de Robert me lo impidió.
-¿Me piensas dejar aquí con el frío que hace? -Preguntó él- Venga, Carol... déjame entrar.
Abrí la puerta y dejé que Robert entrara en casa.
-Puedes sentarte en el sofá, no tardaré mucho.
Me di la vuelta para dirigirme de nuevo al baño y Robert vio el dorsal
que llevaba mi camiseta.
-¿Mario Götze? -Preguntó-
Me paré en seco y me di la vuelta.
-Venga, ¡Yo soy más guapo que él! -Dijo Robert indignado-
-¿Estás hablando enserio? -Reí-
Entré al baño a terminar de prepararme y cuando ya estaba terminando sonó mi móvil. Cuando entré al salón vi a Robert sentado en mi sofá con su móvil en la oreja.
-Así que imposible conseguir tu número, ¿No? -Preguntó-
Me quedé en la puerta boquiabierta mientras escuchaba la risa de Robert. No sabía cómo, pero había conseguido mi número. Colgó la llamada y se levantó del sofá caminando hacia mi.
-Robert 1, Carol 0. ¿Piensas remontar el partido?
Continuó acercándose a mi, y como otras veces, yo me alejaba a cada paso que daba. Sin darme cuenta había entrado en el baño, Robert siguió y cerró la puerta detrás de mi.
-Robert, abre la puerta.
-¡No voy a hacer nada! -Rió él levantando las manos- Al menos mientras lleves esa camiseta sin mi apellido detrás. -Volvió a reír-
-¿Por qué le haces esto a Anna?
-¿Anna? -Suspiró- Quizás este no sea el mejor momento para hablar de eso. ¿No quieres aprovechar para hacer otras cosas? -Sonrió él-
A pesar de que su idea era de lo más tentadora decidí resistirme, una vez más, por Anna.
-No, Robert. -Dije quitando su mano de mi cadera y su aliento de mi cuello-
-Está bien. -Dijo él volviendo a levantar sus manos- ¿Nos vamos ya?
-Si no me hubieras acorralado en el baño quizás ya estaríamos allí.
-No te quejes, será peor si me haces enfadar.