Caminabamos agarrados de la mano, era de noche y Robert me llevaría a cenar a un lugar que me gustaría mucho.
-Me daría un baño en la playa ahora. -Dije mientras paseabamos por el paseo marítimo-
-¿Ahora? -Preguntó Robert-
-Sí, ahora. ¿Tú no?
-Si es contigo claro que sí. -Respondió-
Robert soltó mi mano y pasó su brazo por mi cuello, a lo que yo respondí agarrando su cintura.
-¿Prefieres los paseos por aquí o los de Múnich? -Pregunté-
Robert se lo pensó por unos segundos y suspiró.
-Creo que estos paseos me gustan más. -Respondió finalmente-
-Estoy deacuerdo. -Reí-
-Aquí es.
Robert paró de andar y apartó una silla que estaba al lado de una mesa a la izquierda de donde caminabamos.
-Sientate, Carol. -Sonrió-
Acepté la propuesta de Robert y me senté en la silla que había apartado. Acerqué la silla a la mesa y Robert se sentó en la silla que tenía enfrente.
A pocos metros de donde estabamos sentados, el mar.
* * * *
-¿En qué piensas?
Alcé la vista y me acomodé en la silla. Apoyé mis codos en la mesa y miré fijamente a Robert. Sus ojos azules, esos ojos azules eran aún más bonitos si en ellos se reflejaba la luna.
-En el día que nos conocimos. -Sonreí-
-¿En serio? -Rió- Yo no me acuerdo de eso.
-¡Robert! -Me quejé-
-¡Hace mucho de aquello! ¿Cuántos años tendríamos? Ni me acuerdo. -Reía-
-Bueno, pues en el día que nos volvimos a ver. El 1 de enero, en la cafetería.
Robert sonrió y soltó sus cubiertos.
-De eso sí me acuerdo.
-Me diste tu número a escondidas de Anna. -Recordé-
-Sí. -Rió- Y lo rompiste. No me arrepiento de haber ido aquel día.
-Ni yo de quedar con Anna. -Sonreí- Hacía tanto que no nos veíamos... Me acuerdo cuando estabas empezando en el fútbol y aún jugabas para la cantera del Dortmund.
Robert asentía con una dulce sonrisa mientras me miraba.
-Luego te fuiste a Múnich y desapareciste por completo. -Recordó-
-No nos volvimos a ver.
-Ingresé en el primer equipo, conocí a Marco y a Mario, me casé con Anna...
-Yo mientras vivía en Múnich y trabajaba en una tienda de videojuegos. Tu vida antes de esto ha sido más entretenida. -Reí-
Robert sonrió y miró a su derecha por unos segundos. Ver el mar mientras cenabamos era de lo más bonito, a ambos nos fascinaba.
-¿Prefieres esta vida antes que la vida al lado de Anna? -Pregunté decidida-
Robert volvió a mirarme y rió levemente por mi pregunta.
-Estaba muy enamorado de Anna, Carol. Fueron muchos años juntos, hasta que llegaste tú. Fue verte y darme cuenta de que era contigo con la persona que debería pasar el resto de mi vida. Y luego me engañó con Marco. Todo lo vivido esos años desapareció por completo.
Miraba atenta a Robert mientras hablaba, vi un gesto de dolor en esa última frase.
-...y respondiendo a tu pregunta, es contigo con la que estoy cenando esta noche, no con Anna. Prefiero una vida contigo.
Veía verdad en sus ojos, era imposible no creerle.
-Eres lo mejor que me ha pasado nunca, ¿Lo sabías?
Robert agachó su cabeza avergonzado y pude ver en él una sonrisa.
-No sabes lo importante que eres para mi. -Dijo aún sin mirarme-
-Te aseguro que no más de lo feliz que me hace verte cada mañana.
-Nada comparado con la sonrisa que se te dibuja en la cara cuando te digo lo mucho que te quiero.
Robert bebió el último trago de vino de su copa y la volvió a dejar en la mesa.
-¿Nos vamos? -Dijo apoyando sus manos en la mesa-
-Sí. -Dije levantandome- Empieza a hacer frío.
Robert se levantó y, tras despedirse del camarero que nos había atendido durante la cena, me agarró de la mano y comenzamos a andar hasta tocar con los pies la arena de la playa.
-¿No te querías bañar? -Sonrió enfrente del agua-
-Ya no, hace frío. -Dije frotando mis brazos-
Robert se cruzó de brazos y con la ayuda de sus pies se quitó los zapatos que llevaba puestos.
Al captar sus intenciones, me retiré poco a poco de él.
-Robert, llevo el móvil en el bolso. -Advertí-
-Pues deja el bolso. -Rió-
Robert se acercó a mi con sus ojos fijados a los mios y subió las mangas de su camisa a la altura de sus codos.
-No. Robert, no. -Dije retrocediendo cada vez más rápido-
-¿No qué? -Preguntó sonriente-
-No a lo que estás pensando.
Al caminar hacia atrás sin mirar, tropecé con el bordillo que separaba el paseo marítimo con la playa. Caí sentada en el bordillo y Robert, como un buen caballero, comenzó a reír a carcajadas.
-¿Estás bien? -Preguntó agachandose hasta mi altura-
-Sí. -Respondí aún sentada-
-Pues venga.
Robert agarró mis piernas con una mano y sujetó mi espalda con la otra haciendo que volase por los aires. No había nada que hacer.
Comencé a gritar y a pegar a Robert como podía con mis manos y pies haciendo que los zapatos que llevaba puestos cayeran a la arena.
Robert me soltó en la orilla del mar haciendo que mis pies se mojasen y un escalofrío recorriera mi cuerpo.
Intenté salir del agua pero Robert agarró mis manos y me llevó de espaldas por el agua mientras reía sin control.
-Ya te has bañado, ¿Estás contenta? -Preguntó sonriente soltando mis manos-
Robert salió del agua y saqué de mi bolso su Iphone 5. Aún en el agua y con las manos mojadas, sujeté su móvil con dos dedos a centímetros del agua.
-Ni se te ocurra. -Advirtió el polaco señalandome con el dedo-
Caminé hacia atrás hasta que el agua mojara un poco más arriba de mis rodillas.
-''Si es contigo claro que sí'' -Le imité-
-Ya me he mojado, ¿No lo ves? -Dijo señalando su cuerpo-
Bajé mi mano con el móvil entre mis dedos y Robert comenzó a ponerse nervioso.
-Si se moja se rompe. -Dijo señalandome con su dedo índice-
Reí por su comentario y bajé un poco más mi mano.
Robert no aguantó más y vino hacia mi hasta mojar sus piernas con el agua. Hizo un gesto de dolor al notar el agua fría y continuó andando hasta llegar a mi.
Arrancó el móvil de mi mano haciendo que rozara el agua sin llegar a mojarse y lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.
Sin aguantar mis ganas, salté a los brazos de Robert y haciendo que aguantase el equilibrió le besé sonriente mientras alborotaba su pelo con mi mano mojada.