Capítulo 43 -Temas pendientes

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Pasaron varios días más en los que vimos en varias ocasiones a Marco, Anna, Ann y Mario, fuimos a la playa, quedamos varias tardes para pasear por Ibiza, cenar fuera...

Había coincidido con Ann varias veces a solas o con Robert y Mario de por medio, y, como bien dijo Robert, era totalmente diferente. Ann reía y compartía opiniones con nosotros, aun así, no llegamos a tener una amistad. Cuando Marco estaba también a nuestro lado, Ann era una persona diferente, sacaba su móvil y no levantaba la vista de él. Entre Robert y yo llegamos a la conclusión de que cuando Ann actuaba de esa forma era, a parte de por estar Marco delante, para evitar ver a Mario y a Marco hablar y reír juntos, ya que no había ni un momento en el que estuvieran a más de un metro de separación. Cuando eso ocurría, Ann respondía de forma breve y cortante si le preguntabas algo o intentabas hablar con ella. Aún así, a Marco no parecía importante, y era hoy mismo cuando pensaba hablarle sobre esto.
* * * *
Robert había quedado con Mario para hablar sobre unas cosas que le quedaron pendientes sobre el club, y que Mario le iba a resolver.
Yo aproveché para quedar con Marco y salir a dar una vuelta por el paseo marítimo sin la presencia de Ann y Ann, que también habían quedado. Las parejas, por una vez y sin que se volviera a repetir,  estaban desordenadas.
Llegué hasta el hotel de Marco donde este me esperaba en la puerta de entrada.
-¡Marco! -Saludé alargando la última vocal-
Marco se giró tras oírme y me saludó de la misma manera acompañandolo de un abrazo.
-¿Qué tal, todo bien? -Preguntó separandose de mi-
Asentí con la cabeza y acomodé la gorra de Marco, que tras el abrazo, se había descolocado. Marco sonrió y comenzamos a andar.
* * * *
-Marco. -Interrumpí el silencio- ¿Qué tal te cae Ann? -Pregunté con una sonrisa-
Marco me miró serio y se contagió de mi al verme sonreir.
-Bien, ¿Por qué? -Respondió breve-
-¿Sólo bien? -Pregunté casi sin dejarle terminar-
-Bueno, bien...
Marco volvió a mirame y mi cara le hizo cambiar de opinión. Rió y antes de que pudiera empezar a hablar, hablé yo primero.
-A ver, Marco... empecemos de nuevo. ¿Qué tal te cae Ann?
-A ver, Carol... Ann... -Comenzó- Ann es la novia de Mario, y me cae bien, ¿Por qué no me iba a caer bien? -Rió-
-No sé, Ann parece no opinar lo mismo.
-¿Por qué? -Volvió a preguntar-
-¡Marco! ¿Tenemos que empezar otra vez? -Me quejé-
Marco rió y pareció darse cuenta de lo que quería hablar.
-A ver, Carol... -Suspiró- La relación que tengo con Mario, ese es el problema. -Dijo finalmente-
-Eso ya lo sé. -Reí- Pero, ¿Por qué es el problema? Marco, ¿Acaso Ann tiene celos de ti?
Marco se sorprendía al escuchar mis palabras.
-Está mal que lo diga yo, pero a veces... a veces Ann puede tener celos de mi. Cuando estoy con él, nos reímos juntos y hablamos en voz baja sobre algo ella siempre hace gestos o pone caras raras que nos incomodan.
-Me lo imagino, Marco...
-Y por culpa de esto ya a habido varios problemas. -Me cortó-  Hemos estado más de una semana sin hablarnos por culpa de Ann.
Marco comenzaba a enfadarse y su tono de voz era cada vez más fuerte, estaba claro que el tema de Ann le hacía enfadar.
-...al principio Mario hacía más caso a Ann en este tema, pero ahora pasa un poco de ella, porque si por ella fuera, Mario y yo sólo nos veríamos por temas de trabajo como dice ella, y por esa regla Mario y yo no nos veríamos nunca, nada más con la selección.
Cada vez que iba a hablar, Marco retomaba lo que decía anteriormente y continuaba hablando.
-Y claro, Ann escucha cosas y lee cosas que la hacen pensar mal, y eso nos perjudica.
-¿Qué escucha? -Pregunté extrañada-
-Las redes sociales, la televisión... ¿Te acuerdas de lo que hablamos en el avión? -Preguntó Marco alterado-
Asentí con la cabeza para que Marco continuara hablando. Por mi cabeza pasaba una única palabra. Una mezca de dos nombres.
-Quiera o no, Ann ve esas cosas en el Instagram, Facebook y Twitter de Mario, incluso en el suyo, ¡Hay fotos de esas por todas partes! -Rió Marco tapandose la cara-
-¿Y esa es razón para que le caigas mal?
Marco se encogió de hombros.
-Supongo que sí, en su cabeza todo es diferente.
-Te odia porque os llevais bien. -Afirmé-
-Más que bien. -Rectificó- Mario es como un hermano para mi. Mi amigo, al que le cuento todos mis problemas, el que me entiede, el que me ayuda cuando tengo algún problema, el que me aconseja... -Enumeraba Marco con sus dedos-
Escuchaba atenta lo que Marco decía, se estaba sincerando y sus explicaciones hacían que en mi cabeza se aclararan varias cosas.
-...de todas formas, me da igual lo que piense Ann, no voy a dejar de ver a Mario porque ella quiera.
-Si lo hicieras serías muy tonto.
-Lo sé, pero sólo dejaría de ver a Mario si él quisiera, y eso... eso es imposible, yo necesito tanto a Mario como Mario me necesita a mi. -Pausó- ¿Entiendes?
-Entiendo. -Concluí-
-Bien. -Suspiró- Qué agusto me he quedado.
Marco y yo terminamos la conversación riendo y coincidimos en sentarnos en una terraza para tomar algo.
* * * *
-Entonces, ¿Vendrás a verme a Dortmund? -Preguntó el rubio-
-No lo dudes, Marco. -Sonreí-
Marco me devolvió la sonrisa y pareció contentarse con mi respuesta.
-¿Te quedarás a dormir en mi casa?
-Claro, y me pasearé en ropa interior como hiciste tú. ¿Te parece bien?
-No, no quiero que Robert me pegue otra vez.
Ambos reímos y nos sonreímos. Nuestra amistad aumentaba cada vez más, y eso me encantaba, Marco era un gran amigo y sabía que ambos lo pasaríamos mal cuando se acabaran las vacaciones y no nos vieramos día a día.
Marco volvió a mirarme y pareció recordar lo dicho anteriormente.
-Ahora que lo dices, hablando de Robert...

See you again (Robert Lewandowski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora