-Avísame cuando llegueis a España, yo avisaré a papá y mamá
-Siempre tan protector... -Pensé mientras sonreía-
-Vale Angel, mañana hablamos
-Descansa Carol :)
Enchufé mi móvil al cargador y lo dejé en la mesilla que había al lado de mi cama. Aún tenía que terminar de guardar las últimas cosas en la maleta así que encendí la pequeña televisión que tenía en mi habitación y saqué las prendas que me harían falta en España. Todavía eran las nueve y media de la noche, así que aún llegaba a tiempo a ver la última hora de los deportes.
-¿Dónde guardé mis shorts rosas Adidas? -Pensé después de haber sacado toda mi ropa del armario-
Me senté de nuevo en la cama intentando recordar la última vez que los usé y decidí buscarlos en la habitación de invitados.
Armarios vacíos y cajones vacíos, ni rastro del pantalón. Lo había mirado todo, excepto detrás del armario y debajo de la cama.
-Imposible que esté ahí. -Pensé-
Me subí encima de la cama y salté intentando que mi vista llegara hasta arriba del armario. Nada, tampoco estaba ahí.
Descarté la idea de mirar detrás del armario, no quería morir aplastada por semejante mueble a pocas horas de irme de vacaciones, así que mi última opción era mirar debajo de la cama.
Me arrodillé en suelo y alumbré con una linterna que había encontrado en el cajón de izquierda a derecha.
No había encontrado mi pantalón, pero sí algo mejor.
Alargué la mano y agarré la gorra que había debajo de la cama.
La gorra negra con una franja blanca en el medio que vestía Marco el día que vino a Munich, justo esa.
La limpié del polvo que había cogido debajo de la cama y volví a mi habitación pensando:
1º: ¿Cómo había llegado hasta ahí?
2º: ¿Marco no la había echado en falta?
3º: ¿Tanto tiempo hacía que no había limpiado esa habitación?
4º: ¿Qué debería de hacer con ella?
5º: ¿¡Dónde coño esta mi pantalón rosa!?
Volví a mi habitación con gorra en mano y buscando una solución a mis preguntas.
-Quizás apareció ahí cuando Marco vino aquella noche y tiró su ropa a la maleta. -Pensé-
Dejé la gorra encima de la cama y continué haciendo mi maleta.
* * * *
Hipótesis sobre cómo había llegado la gorra de Marco hasta ahí rondaron mi cabeza durante toda la noche.
¿Y si él la había puesto ahí adrede para que yo la encontrara? ¿...y le llamara para que volviera a por ella? ¿...y así volvernos a ver?
Miré el reloj, apenas eran las diez y media y aún quedaban nueve horas y media para el vuelo, y sin poder decirle nada a Marco sobre su gorra. Un WhatsApp de Robert me sacó de mis pensamientos.
-Has terminado de hacer la maleta?
-Sí, todo preparado :) Menos los pantalones rosas que llevaba el otro día, no los encuentro!
Robert tardó unos segundos en contestar.
-Hablas de estos? Jajaja
Esperé a que mi móvil descargara la imagen que Robert me había enviado mientras sonreía sin explicación. El simple hecho de estar hablando con él y pensar en los días que ibamos a pasar juntos. Solo eso era razón para que sonriera.
La imagen que me había mandado Robert, mis pantalones. Los pantalones que llevaba buscando toda la noche. Ahora tenía sentido que yo tuviera los suyos. Concretamente los tenía puestos. Justo ahora.
-Sí, esos
Acompañé mi mensaje con una cara de desagrado mientras reía aliviada.
Recogí mi plato y mi vaso y los llevé a la cocina. Me lavé los dientes y guardé mi cepillo en el neceser que me llevaría al viaje. La gorra de Marco aún continuaba en la cama. La miré durante unos segundos, ¿Debería contarle que la tenía yo? ¿O sería mejor callarme? Agarré la gorra y fui al salón para tumbarme en el sofá antes de irme a dormir.
-Deberias irte a dormir, mañana a las 7 tienes que estar despierta para abrirme la puerta de tu casa
-Lo estare de sobra, no me perderia estas vacaciones por nada del mundo
-Ni yo, Carol
Ese último mensaje de Robert acompañado de tres corazones con los colores de la bandera de España me hizo sonreír otra vez.
Salí de la conversación para comprobar la última conexión de Marco. Estaba en línea. Quizás no sería tan mala idea decirle que su gorra estaba en mi poder. Pero seguro que le molestaba, tiene cosas más importantes que hacer que atenderme a mi por una maldita gorra. Cerré la conversación vacía y volví a la de Robert. Joder, se le cayó aquella noche cuando vino de cenar con Mario y Robert, por hacer la maleta rápido se le cayó al suelo y le dio una patada y se metió debajo de la cama, ¡No era tan raro!
* * * *
Quedaban diez minutos para que llegara Robert, si no se retrasaba. Comprobé que lo llevaba todo por tercera vez desde que me levanté y comprobé mis notificaciones.
-Buenos dias peque, habeis salido ya?
-Buenos días Angelito, estoy esperando a que venga Robert para ir al aeropuerto :) Te has despertado solo para preguntarme? Jajaja
-Y a la hora que haga falta para saber que estás bien..
Cada vez tenía más claro que mi hermano era lo más importante de mi vida, lo mismo en lo que se estaba convirtiendo Robert.
Me levanté para abrir la puerta tras escuchar, en el silencio de la mañana, el motor de coche de Robert rugir.
-Buenos días. -Dije tras alzarme para darle un beso a Robert-
-¿Preparada?
Asentí efusivamente y Robert me volvió a besar.
Me despegué de él para ir a la habitación a por mi maleta y guardé mi móvil en mi bolsillo.
-¿Nos vamos? -Pregunté sonriente-
* * * *
Llegamos al aeropuerto y solo quedaba media hora para que saliera nuestro vuelo, cuando unas muletas y una pierna vendada me llamaron la atención.
Comencé a ponerme nerviosa sin explicación.
-Joder, ¿Qué hace aquí?. -Pensé-
-¿Pasa algo? -Robert empezó a acariciar mi brazo-
