El rostro de Robert continuaba serio mientras leía el mensaje.
-¿Quién es?
-Marco. -Respondió cortante-
Bloqueó su móvil volviendolo a dejar encima de la mesa y tapó su cara con sus manos sin decir nada.
''Joder, se lo ha dicho'' -Pensé-
-¿Pasa algo? -Pregunté acariciando su brazo-
-Marco viene esta noche a Múnich y no tiene dónde quedarse a dormir. A Mario le ha surgido un imprevisto, y en mi casa sólo hay una cama.
Respiré aliviada de que Marco no le hubiera dicho nada de lo que me contó Anna.
-Que duerma en tu cama, contigo. -Solté una carcajada y me tapé rápidamente la boca mientras todo el restaurante me miraba-
-¡Qué gran idea! -Dijo Robert irónico- No pienso dormir en la misma cama con Marco.
Mientras yo seguía riéndo, el camarero dejó nuestros platos en la mesa y se marchó después de desearnos un ''Buen provecho''.
-Yo tengo una cama libre en mi casa, si Marco quiere...
-¡No! -Me interrumpió Robert- Marco es muy... No, no se puede quedar en tu casa.
Sorprendida, comencé a reír por lo alterado que se había puesto Robert.
-¿Ahora de qué te ríes? -Preguntó soltando una leve risa-
-¿Por qué no se puede quedar Marco a dormir en mi casa?
El móvil de Robert volvió a encederse, otro mensaje de Marco aparecía en su pantalla.
''Llego a Múnich en 1 hora, dónde coño voy a dormir Robert?!''
-Parece algo nervioso. -Dije evitando reírme- Dile que se queda en mi casa, pobrecito.
-No va a dormir en tu casa.
-Venga, Robert, ¡No tiene dónde dormir! Además, Marco no me atrae nada. -Mentí intentando convencerle-
Robert arqueó una ceja mientras me miraba incrédulo.
-¿Qué? -Pregunté evitando reír una vez más-
-¿Me prometes que si Marco se queda en tu casa no va a pasar nada? -Preguntó señalándome con el dedo-
-Solo si él no quiere que pase nada. -Respondí con una sonrisa-
-¡Carol!
-¡Vale, vale! Venga, dile que duerme en mi casa.
Robert respondió al mensaje de Marco y empezamos a cenar.
* * * *
Eran las doce y esperábamos en el aeropuerto. Marco vestía con unos pantalones azules, una sudadera blanca Puma y una gorra negra con una franja blanca en el medio. Iba acompañado de una maleta negra, por su tamaño dudé el tiempo que se iba a quedar en Múnich. Robert nos presentó y estuvimos hablando de camino al coche bajo la atenta mirada de Robert, que no paraba de mirar mal a Marco por sus preguntas.
* * * *
Robert aparcó enfrente de mi puerta y Marco y yo entramos a mi casa. Le enseñé la casa y le llevé hasta la que sería su habitación.
-Si no te importa, voy a dormir ya, vengo muy cansado del vuelo.
-Claro, si necesitas algo estoy en la habitación de al lado.
* * * *
Estaba sentada en el sofá como cada noche mientras veía la televisión cuando oí la puerta de la habitación abrirse. Segundos después apareció Marco con sus característicos bóxers negros Puma entrando al salón mientras se frotaba los ojos. Se quedó mirándome unos segundos, no sabía qué decir, noté como me sonrojaba y me acomodé en el sofá nerviosa.
-¿No tienes frío?
Marco se miró y se dio cuenta de cómo iba ''vestido''. Intentó taparse y yo comencé a reír.
-Creo que esto no es la cocina... -Dijo nervioso- Sólo quería un poco de agua... -Continuó mientras alborotaba su pelo-
Me levanté del sofá dejando la manta en este, curiosamente ya no hacía tanto frío.
Saqué un vaso del armario y me dispuse a llenarlo cuando una caricia en mi espalda me hizo tensarme.
