CAPITULO 4

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Tras horas de lucha por la liberación de Christopher en la aduana de México, Alejandro consiguió llamar a uno de sus mejores abogados y este aclaró el malentendido de las drogas.

Al parecer, al estar en la fila de facturación, un hombre que transportaba doga vió se dió cuenta que los chicos que iban enfrente de él eran famosos, así que pensando que a ellos no les dirían nada, en un descuido decidió meter la droga en la maleta de Christopher y así poder pasar la droga sin peligro.

Lo que no sabía era que por muy famosos que fueran los chicos que tenía enfrente, ellos no estaban exentos de ningúna ley y el pobre chico al que le había metido su preciada droga, acabó en un calabozo junto a un montón de criminales mas.

Todo acabó bien, menos para el hombre que realmente tranportaba la droga, al cual le metieron en la cárcel por delito de contrabando.

..

Joel, Erick, Zabdiel y Richard, quienes llevaban mas de tres horas sentados en los bancos del aeropuerto sin saber nada de su amigo, se llevaron una grata sorpresa al verle atravesar el aeropuerto en su dirección, con un manojo de billetes en las manos.

El primero en reaccionar fué Zabdiel, quien nada mas verle se levantó como una bala del asiento y corrió hacia su pareja, quien le recibió con un enorme y reconfortante abrazo.
-Gracias a dios. Dijó abrazándole con fuerza. Pensaba que te iban a meter preso.
(Christopher negó con la cabeza a la vez que una tierna sonrisa se formaba en sus labios)
-Estoy bien, tan solo ha sido una mala experiencia.

Sintiendo como seis pares de manos mas se unían al abrazo, Christopher se sintió totalmente lleno, seguro, en familia.
-Vale, vale, vale. Dijó Alejandro separando a los chicos unos de otros. Esto es muy bonito, pero recordar que tenemos que cojer un avión a Nueva york.
(Mirándole seriamente, Richard se cruzó de brazos)
-Estabamos en un momento tierno. ¿Porque lo estropeas?
(Riéndose, Alejandro negó con la cabeza y agarró su maleta)
-Démonos prisa, nuestro vuelo sale en media hora.

★★★

El llegar a Nueva york tras tantos meses sin pisar suelo Estado unidense hizo que un extraño sentimiento de nerviosismo recorriese el cuerpo de los cinco chicos.
La última vez que estuvieron ahí estaban espacando de un loco psicópata que quería matarlos y ahora, meses después, estaban de vuelta, a punto de iniciar su gira por Estados unidos y con un nuevo manager que los mantenía totalmente a salvo.

Dejando las maletas en la recepción del hotel en el que iban a hospedar, Alejandro miró extrañado a los chicos.
Estos estaban totalmente callados, con la mirada perdida y los labios ligeramente apretados.
-¿Estáis bien?
Saliendo de golpe en el trance en el que había caído, Erick miró confundido a su manager.
-¿Que?
-Estáis muy callados. Dijó Alejandro posando la mirada en los demás, quienes le estaban mirando. Os pasa algo.
(Negando várias veces con la cabeza, Christopher mostró una falsa sonrisa)
-No nos pasa nada, solo estamos un poco cansados del viaje.
-Claro. Se burló el mayor. Y los cerdos vuelan. Haber chicos, os conozco lo suficiente como para saber que vosotros no os callais ni dejabo del agua, literalmente. Y veros ahora callados y pensativos me hace pensar que os pasa algo.
-No nos pasa nada. Defendió Richard. Como bien te ha dicho Christopher, estamos cansados.

Rindiéndose ante las penetrantes miradas que le estaban echando los chicos, Alejandro rodó los ojos.
-Esta bien, pero que sepáis que no me creo nada de lo que habéis dicho. Sé que os pasa algo, y como buen manager que soy, no voy a parar hasta averiguarlo.

...

Tras terminar el primer concierto en Nueva york, los chicos llegaron cansados al hotel.
-¡BRAVO! Les aplaudió el recepcionista del hotel al verlos entrar. He visto el show por internet y chicos, sóis unas grandes estrellas.
-Muchas gracias. Sonrió amablemente Joel. Nos encanta tener fans en Nueva york!
Pulsando de una sola vez el botón del ascensor, Alejandro sacó su teléfono del bolsillo.
-Voy a hacer una llamada, enseguida vuelvo.

Nada mas irse su manager, Richard agarró a todos sus amigos desprevenidos y los metió bruscamente dentro del ascensor.
-¿Que haces? Bufó Zabdiel apoyándose contra la pared. ¡Casí me matas!
(Haciendo la señal del silencio, Richard hizo un gesto para que todos sus amigos se acercasen a él)
-¿Sabéis que día es mañana?
-Em.. No. Respondió Erick. ¿Cual es?
-Es 31 de Octubre, Halloween!
-¿¡Que?! Gritó Christopher horrorizado. Pe-pero... ¿¡Como no me había dado cuenta?! Tenemos que hacer algo! Disfrazarnos y salir de fiesta!
-Si. Dijó Joel rodando los ojos. Todo eso está muy bien, pero no creo que Alejandro nos deje salir sin supervisión de un guardia, y mucho menos por la noche.
-Tranquilos. Susurró Richard poniendo una de sus típicas caras de póquer. Tengo una excelente idea.

★★★

La mañana siguiente amaneció fría, lo suficientemente fría como para que a ninguno de los chicos les apeteciese salir de su cómoda y calentita cama para ir hasta el central park a que les hiciesen una entrevista al aire libre.

Pero como siempre, el señor Alejandro simepre conseguía lo que quería y consiguió sacar a los cinco chicos de la cama.
-Vamos! Murmuró arrastrando a Zabdiel por el pasillo del hotel. Llegamos tarde, no tengo tiempo para vuestros lloriqueos.
-¡No quiero! Se quejó Zabdiel. ¡Hace demasiado frío afuera!
(Rodando los ojos, Alejandro metió al chico en el ascensor)
-¿Porque siempre tienes que ser tú el que se queda dormido? Los demás llevan media hora esperando abajo.
-¡Porque me gusta dormir! Se defendió Zabdiel. No me culpes por ello.

Una vez en el piso de abajo, Alejandro se encontró con una imágen bastante poco común.
Tirados en el suelo del hole, Erick, Christopher y Joel sujetaban con fuerza a Richard, quien estaba vomitando en una bolsa negra de plástico.
-¿¡PERO QUE DIABLOS..?!
-ALEJANDRO! Gritó el recepcionista al verle llegar. Uno de tus chicos no se encuentra bien, creo que tiene fiebre.

Abriendo complementamente los ojos, este corrió al lado de Richard, quien seguía vomitando sin parar.
-¡Richard!
-Tienes que llevarle al médico. Dijó Christopher nada mas verle llegar a su lado. Por favor...
-Pe-pero... ¿y la entrevista?
-No te preocupes. Dijó Erick sujetando por la espalda a Richard. Nosotros iremos.
-No-nose. Dijó Alejandro con miedo. Sería la primera vez que os dejo solos trás... Bueno, lo ocurrido hace meses.
-Estaremos bien. Dijó Christopher mirando a sus amigos. Yo me ocuparé de ello. Además, es solo una entrevista, habrán cámaras y gente adulta rodeandonos, es prácticamente imposible que nos ocurra nada.

Tras unos segundos meditándolo, Alejandro asintió con la cabeza.
-De acuerdo. Pero antes prometerme que me llamareis nada mas llegar al central park.
-¡Lo prometemos! Dijeron Christopher, Erick, Zabdiel y Joel a la vez.
(Arrugando el ceño, Alejandro miró a Richard, quien aún seguía vomitando)
-De acuerdo. Venga vamos, tenemos que ir al hospital.

★★★

Para cuando la entrevista terminó justo en el centro de Nueva york, ya eran las tres del mediodía.
Esta había sido medianamente normal, salvo por un par de preguntas incómodas que tenía que ver con lo ocurrido meses atrás.
Al principio los chicos se negaron a hablar sobre aquello, pero pronto se dieron cuenta que ocultar un secreto a sus fans no les hacia nada bien. Así que contaron una pequeña parte de la historia saltando algunos detalles como lo de ricky martin, Alonso y todo eso...

Metiéndose velozmente en el auto que les iba a llevar de vuelta al hotel, Christopher sonrió al chofer.
-Paul, necesitamos que nos lleves un momento a una tienda de disfraces.
(Este frunció el ceño)
-¿Disfraces? Es que váis a salir esta noche?
-Algo así. Contestó Zabdiel cerrando tras de si la puerta del auto. Pero por favor, no se lo cuentes a Alejandro.

Tras unos segundos pensándoselo, el chofer asintió con la cabeza.
-De acuerdo, lo haré. Pero quiero que esta noche cuando salgáis me llaméis para que os lleve a donde quiera que vayáis. No quiero que andeis solos por la calle y menos en Nueva york.
-Muy bien. Dijó Christopher estrechándole la mano. Trato echo.
-Por cierto. Preguntó el chofer extrañado. ¿Donde está el quinto Cnco?
(Mirándose entre ellos, los chicos soltaron una gran carcajada)
-Cubriéndonos.

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora