CAPITULO 16

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Los fuertes pasos que daba Joel mientras corría por el pasillo resonaban por las viejas paredes del motel.
Ya llevaba más de diez minutos corriendo de un lado para otro y tanto él como ninguno de los demás había encontrado a Erick o Zabdiel.

Joel estaba corriendo por los pasillos de la tercera planta, cuando un grito se escuchó tras él.
-¡JOEL!
Deteniéndose de golpe, este giró la cabeza confundido.
¿Zabdiel?
Su amigo corría velozmente en su dirección. Tenía la respiración agitada y ambas manos en el pecho.
-Menos mal... Jadeó este llegando junto a Joel, quien le miraba con los ojos bien abiertos. No te puedes creer lo que me ha pasado...

Con un repentino e inesperado movimiento, Joel le agarró del cuello y le estampó contra la pared del pasillo, haciéndole girar.
-¡¿DONDE ESTÁ ERICK?! Gritó volviendo a estamparle contra la pared. ¿¡DONDE?!
-¿De-de que hablas? Habló Zabdiel con la voz entrecortada. ¡Yo no sé nada! He estado todo este tiempo encerrado en los servicios.
(Mirándole con ojos llenos de ira, Joel le soltó de golpe y dejó que Zabdiel recuperará el aliento)
-Explícate.
-Fui a lavarme los dientes. Comenzó a decir Zabdiel mientras se masajeaba la zona del cuello donde le había agarrado Joel. Estaba en el servicio cuando las luces se apagaron de golpe. Intenté salir para volver a encenderlas pero algo al otro lado de la puerta me lo impedía. Al principio pensé que érais alguno de vosotros gustándome una broma, pero tras pasar el tiempo y al ver que no venías a por mí, me dí cuenta de que no habíais sido vosotros. He estado encerrado todo este tiempo allí hasta hace media hora, que he podido tirar la puerta abajo.

Mirándole con una mezcla de confusión e ira en el rostro, Joel se alejó un poco de su amigo, quien aún estaba con la mano en el cuello.
-Entonces... quien estaba antes en el pasillo conmigo... ¿no eras tú?
(Zabdiel ladeó la cabeza)
-¿Antes? Joel, es la primera vez que te veo en toda la noche.

⭐⭐⭐

Christopher estaba caminando velozmente por el pasillo de la cuarta planta, cuando una alta melodía salió de su bolsillo trasero haciéndole dar un salto.
Su teléfono
Soltando un largo suspiro a causa del susto que le había dado, Christopher se llevó el teléfono el teléfono a la oreja.
-Richard. Susurró con la mano en el pecho. ¿Que ocurre? Les habéis encontrado ya?
-No. Murmuró Richard al otro lado de la línea. Te llamaba para preguntar lo mismo. ¿Donde estás?
-En la cuarta planta. Voy a seguir buscando por aquí y luego iré a ver si Joel ha tenido más suerte.
(Un suspiró se escuchó al otro lado de la línea)
-Esta bien. Yo seguiré buscando.

Pulsando la tecla de "colgar", Christopher se volvió a guardar el teléfono en el bolsillo y miró al frente, encontrándose una gran sorpresa.
A tan solo unos metros suyo, una pequeña figura se encontraba sentada en el pasillo; con la espalda pegada a la pared y ambas piernas flexionadas de tal modo que los muslos tocaban su pecho.
El corazón de Christopher comenzó a dar bandazos.
-¿Erick?
Al escuchar su nombre, este le miró y se levantó con un único y uniforme movimiento grácil que hizó que Christopher sintiera un escalofrío en la espalda. Había una cosa que Erick no había sido nunca, y eso era grácil. También había algo raro en él, algo distinto.
-Siento haberte asustado. Erick hablaba con cuidado, casi ceremonosiamente, como si fuesen desconocidos.
-No, para nada. Contestó Christopher con un extraño dolor en el pecho. Es que... ¿Cuanto llevas aquí? Los chicos y yo te estábamos buscando.
-Lo siento. Murmuró el menor mirándose nervioso las manos. Yo... creo que me perdí.

Christopher se le quedó mirando. Por un momento creyó ver un gesto en la mirada de Erick mientras este le respondía a la última pregunta. No era un gesto típico en él, era más bien... como una medio sonrisa malvada.

Unas fuertes pisadas resonaron detrás de los dos amigos, haciendo que el extraño e incómodo silencio que se había originado entre los dos se evaporase al instante.
Eran Joel, Richard y Zabdiel, quienes corrían jadeantes en su dirección.
Joel, al ver a Erick apoyado en la pared junto a Christopher, salió corriendo hacia el y le dió un fuerte abrazo.
-Menos mal que estás bien... Murmuró hundiendo el rostro en el cuello del menor. Pensaba que te había pasado algo.
-Estoy bien. Sonrió Erick separándose del abrazo.
(Christopher le miró fijamente)
-Salgamos de aquí.
-Estoy de acuerdo con Christopher. Dijó Zabdiel posando una mano sobre el hombro de su pareja. Ya es de día, deberíamos seguir conduciendo hasta llegar a Miami. Alejandro debe de estar muy preocupado.

Asintiendo silenciosamente con la cabeza, todos los chicos comenzaron a caminar hacia las escaleras, deseando salir de aquel motel de una vez por todas.

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora