CAPITULO 10

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Una suave brisa de aire frío entró ligeramente por la ventana del dormitorio de Zabdiel, quien dormía plácidamente envuelto en mantas de lana.
Al sentir el aire frío chocar contra su cuerpo, este abrió poco a poco los ojos, encontrándose con una oscuridad total.
-¿Chris?
-Shhh. Dijó una voz a su izquierda. Duérmete, es temprano.
-No puedo. Murmuró Zabdiel intentando acostumbrar sus ojos a la oscuridad del dormitorio. Hace frío.
-Lo sé. Pero debes seguir durmiendo, podrías despertarles.
Frunciendo el ceño, Zabdiel miró a la silueta de Christopher, la cual estaba echada a su lado.
Había algo en ella que no era normal.

Quitándose de golpe la manta de encima, Zabdiel sacó los pies fuera de la cama y se sentó en el borde.
-¿A donde vas? Preguntó Christopher colocándose tras su espalda.
(Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Zabdiel, mandándole oleadas de calambres de pies a cabeza)
-V-voy al servicio. Dijó Zabdiel intentando controlar el impuso de salir corriendo. Enseguida vuelvo.

Justo cuando este iba a levantarse de la cama, unas grandes manos le agarraron de los hombros y le lanzaron hacía atrás, haciendo que Zabdiel cayese de espaldas sobre el colchón.
-No te vas a ir a ninguna parte. Dijó una voz totalmente diferente a la de Christopher en su oído. No hasta que me des lo que es mío.

Nada mas decir eso, un cuerpo pesado se subió encima de su pecho, inmovilizándole de pies y manos.
-P-por favor. Se quejó Zabdiel bajó su cuerpo. Suéltame.
-Nooo. Susurró nuevamente en su oído. Quiero lo que es mío Zabdiel de Jesús, y tu me lo vas a dar.
(Este negó con la cabeza, a la vez que silenciosas lágrimas comenzaban a resbalar por sus pómulos)
-Es un sueño. Murmuró para sí mismo a la vez que cerraba los ojos con fuerza. Esto tan solo es un sueño.
-¿Ah, si? Preguntó divertido. Y crees que en un sueño se siente dolor?

Antes de que Zabdiel pudiese abrir la boca para responder, aquella cosa se acercó bruscamente a él y le clavó los dientes en el hombro, haciéndole gritar de dolor.

...

Eran las cuatro de la madrugada cuando un sabor amargo inundó la boca de Christopher, haciéndole tragar secamente saliva.
Agua
Abriendo de golpe los ojos, este se incorporó velozmente en la cama, posando su mirada en Zabdiel, quien descansaba plácidamente a su derecha.
Mostrando una tierna sonrisa, este se levantó de la cama y bajó las escaleras hasta la cocina, donde se sirvió un gran baso de agua fría.

Mientras bebía, un extraño ruído metálico hizó que funciese el ceño y caminase hasta la ventana que daba al jardín, donde tan solo la luz de la luna iluminaba una pequeña parte de el.
Desde donde estaba, se podía ver el viejo árbol que daba a la entrada a la casa. Este era bastante viejo, sin hojas y con una extraña rama asomándose a un lado como si fuese un brazo, dándole un toque lúgubre.
A Christopher nunca le había gustado ese árbol. De echo, hace un año, cuando compraron la casa él pidió quitarlo pero sus amigos decidieron no hacerlo, ya que formaba parte del paisaje y la naturaleza. "Tonterías" pensó Christopher en ese momento. "Lo único que hace es asustar a todo el mundo que se acerca a la casa".

Negando con la cabeza, Christopher dejó el baso de agua en el fregadero y se dirigió hacía las escaleras.
Pero justo antes de que pisase el primer escalón, una extraña sensación recorrió su cuerpo, como si algo malo estuviese pasando.

Sin pensárselo dos veces, este subió corriendo las escaleras y se adentró en el cuarto de Zabdiel, encontrándose con que este estaba echado sobre la cama, moviéndose de un lado a otro.
Su piel se erizo, Zabdiel lucía mal, parecía que luchaba contra algo, la forma en la que estaba era fatal.
Christopher reaccionó y se acercó con temor a su pareja.

Zabdiel murmuraba un "suéltame" mientras lloraba. Ahí fue cuando Christopher se dió cuenta de que estaba en una pesadilla.
Tomó a Zabdiel entre sus brazos y empezó a moverlo para que se despierte.
-Mi amor despierta. Susurró mientras le acariciaba suavemente.

Poco a poco, Zabdiel comenzó a reaccionar y cuando abrió sus ojos lo primero que vió fué a un Christopher mirándolo, su rostro estaba humedo y todo su cuerpo temblaba.
Sin pensárselo se abalanzó al cuello del castaño y envolvió sus brazos alrededor suyo con fuerza, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello.
-Ayúdame. Sollozó contra el cuello de su pareja. Sácale de aquí.
(Christopher cerró los ojos con fuerza)
-Shh, tranquilo. Dijó acariciandole suavemente la espalda. Tan solo ha sido una pesadilla.

Dejándose caer sobre el cuerpo de su pareja, Zabdiel comenzó a llorar desconsoladamente.
-Él... Él estaba aquí. Lloró fuerte. Quería hacerme daño.
-Nadie va a hacerte daño. Dijó Christopher rodeandole con sus brazos. De eso me encargo yo.
(Zabdiel le miró a los ojos, a la vez que unas pocas lágrimas resbalaban por sus mejillas y acababan deshaciéndose en las sábanas)
-¿L-lo prometes?
-Lo prometo.

★★★

La mañana siguiente amaneció con un espléndido sol.
El viento ya no soplaba y la temperatura había ascendido consideraramente, haciendo que una brisa de aire caliente entrase por las rejillas de las ventanas.

Richard, quien se había levantado temprano junto a Christopher para ir a comprar a la ciudad, estaba sentado en el lado de copiloto del auto, esperando a que su amigo apareciese por fin por la puerta.
Cuando lo hizó minutos después, este tenía el rostro serio, como si estuviese preocupado por algo.
-¿Estás bien? Preguntó Richard viéndole entrar en el auto. Tienes mala cara.
(Christopher se encogió de hombros, a la vez que metía la llave en el contacto y la giraba de un solo movimiento haciendo que el motor se encendiera inmediatamente)
-Estoy bien, solo estoy un poco cansado.
-¿Y eso? Preguntó Richard frunciendo el ceño. ¿No as dormido bien?
(Christopher negó con la cabeza)
-Zabiel ha tenido una pesadilla está noche. Si le hubieras visto cuando le encontré... No paraba de decir que había alguien en el dormitorio, que quería hacerle daño a él y a todos nosotros. Me tiene muy preocupado Rich, hacía mas de seis meses que no tenía pesadillas.

Podando la mirada en los árboles que pasaban a toda velocidad a su lado, Richard apoyó su cabeza en la ventanilla del auto.
Primero Erick y ahora Zabdiel. Ambos habían tenido "pesadillas" con un tipo que quería hacerles daño en mitad de la noche, cuando el resto estaban dormidos. ¿Acaso era la misma persona? Solo había una cosa clara en todo ese asunto; sea lo que sea, no era ninguna pesadilla.

Regreso [Cnco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora